La Provincia - Diario de Las Palmas

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historia

La prensa en la Isla

Gran Canaria lideró hasta la segunda mitad del siglo XX los porcentajes más altos de España por número de cabeceras periodísticas por habitante

Portadas de periódicos grancanarios. LA PROVINCIA/DLP

El libro La prensa en la isla de Gran Canaria (1809-1931) (Mercurio Editorial, 2016) intenta cubrir una de las grandes asignaturas pendientes de la historiografía local reciente: el estudio del periodismo en la isla de Gran Canaria. Si bien sobre la prensa en Tenerife existían trabajos de investigación, estaba todavía pendiente un estudio conjunto para todo el archipiélago Canario, y por extensión, su incorporación definitiva a la Historia de la Prensa en España. Este vacío investigador era hasta ahora más inexplicable cuando se indaga en profundidad en los periódicos editados en Canarias y en particular en los de Gran Canaria, tal como detalla este estudio de Jorge A. Liria, recientemente publicado y que fue presentado en Madrid en junio pasado. El investigador detalla y constata que nos encontramos en una isla con un número de cabeceras considerable, aunque con una vida generalmente corta para muchas de ellas, pero también es cierto que subsiste una minoría durante muchos años. Este estudio ha sido desarrollado en el Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), bajo la dirección de la doctora Susana Sueiro Seoane.

El trabajo dedica una especial atención a la situación sociopolítica en cada uno de los periodos, pero también al estado de la legislación de imprenta, las clasificaciones de los periódicos en cada uno de los tres apartados y monografías temáticas sobre los asuntos considerados determinantes, como el desarrollo del movimiento obrero, la I Guerra Mundial en Canarias, la crisis de 1918 a 1920, el pleito insular, la emigración 1914-1920, la Guerra de Marruecos y el estado inmediatamente anterior y posterior a la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera.

A grandes rasgos, el contexto histórico afecta con algunas características similares a las publicaciones periódicas analizadas en Gran Canaria respecto a las del resto del Estado. Sin embargo no se puede asegurar que las coincidencias sean lo habitual. En este sentido, la prensa grancanaria prolonga hasta la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera un marcado componente político. Los diarios y semanarios de Gran Canaria no inician un proceso de modernización empresarial, tal como sucede en el resto del territorio estatal, sino que muy al contrario, se alimentan de las organizaciones políticas, inmersas en objetivos distintos: la perpetuación del sistema caciquil, de un lado, y los movimientos obreros, por el otro.

De este modo, los periódicos pertenecientes al sistema, dominadores de los mecanismos económicos gracias al bien afianzado caciquismo, son mayoría. Casi todos orbitan en torno al Partido Liberal Canario y sus distintas facciones históricas, fruto de las divisiones surgidas a lo largo de los años. Sus grandes opositores en Gran Canaria son los diarios y semanarios surgidos de los movimientos obreros, principalmente del Partido Republicano Federal. Esta marcada división es la característica ideológica más importante con el arranque del siglo XX y que subsiste durante la II República.

El periodo que comprende el inicio del reinado de Alfonso XIII y la I Guerra Mundial está caracterizado por el surgimiento de un gran número de publicaciones en Gran Canaria, que sitúan a la isla en los primeros lugares del Estado en cuanto a diarios y semanarios por número de habitantes; pero que acrecientan su importancia relativa si las cifras las relacionamos con el menos del veinte por ciento de la población que sabe leer y escribir. Esta proliferación se produce a pesar de la pervivencia de elementos teóricamente contrarios, como las altas tasas de analfabetismo, el bajo nivel económico de la sociedad o el nulo tejido industrial. Sin embargo, la prensa grancanaria tiene como primer tema, por su constancia, el pleito insular. El nacimiento de los movimientos obreros y la aparición de medios de comunicación afines a la izquierda y el republicanismo federal desvirtúa tenuemente este objetivo. Sin embargo son menores en número y en medios económicos. Por ello, casi toda la prensa grancanaria se une bajo los intereses de la burguesía local que lidera el pleito insular, la división provincial, como objetivo que camina de forma inseparable al control caciquil que ejercen.

Los denominados periódicos del sistema hacen de la Isla un fortín, tanto en lo informativo como en lo político y social. El caciquismo se nutre de esta identificación. En este espacio, surgen periódicos favorables a una u otra facción dominante, generando con ello disputas intensas que acaban casi siempre con la desaparición de los medios más débiles y que se enfrentaban con el Partido Liberal Canario liderado por Fernando León y Castillo.

Imprentas y periódicos

La financiación de los periódicos entra en liza. Los anuncios son limitados. Los más importantes son los de navieras y consignatarias. Así, quienes no lograban insertarlos estaban avocados a su desaparición. Son frecuentes las cabeceras que nacen como apoyo a una facción política y sólo subsisten hasta su derrota electoral. El mismo camino traza la mayoría de las publicaciones obreras -salvo El Tribuno-, las satíricas, literarias y empresariales, carentes de apoyos financieros, dudosas cifras de tiradas, que apenas llegan a los mil ejemplares, y anuncios que casi nunca se cobran.

La proliferación de cabeceras permite la subsistencia de tipografías, como La Verdad, El Diario, El Tribuno o La Atlántida, que superan casi siempre la vida de los diarios y semanarios, a los que en ocasiones ceden su dirección para establecer sus redacciones. Es aquí donde sí aparece la actividad empresarial, que se impone como drástica realidad acreedora cuando las insostenibles deudas acumuladas por los periódicos y revistas acaban por engullirlos y obligarlos a desaparecer.

En este entramado, la participación de las colonias de residentes extranjeros juega un papel muy destacado en Gran Canaria. Si bien las oligarquías caciquiles locales son las que arbitran la vida y muerte de la mayoría de las publicaciones, el sostenimiento económico pasa por las manos de las grandes familias radicadas con intereses en el Puerto de La Luz y en su mayoría de nacionalidad británica. Esta connivencia interesada entre elites locales y extranjeras es otra de las características determinantes de la prensa de Gran Canaria, que en consecuencia es la primera de España en ver el nacimiento de una publicación en inglés y dirigida preferentemente a la colonia británica en Canarias y África Occidental. Esta extravagante experiencia, no entendida en el resto de España, es sólo la constatación de una gran porción de intereses diferenciados en Canarias respecto al resto del Estado. El hecho se convierte en evidente cuando llega la I Guerra Mundial. Como en el resto de España, la prensa se divide entre aliadófila y germanófila, aunque los primeros son mayoría, dada la importancia económica que los británicos ostentaban en Canarias en general, y en Gran Canaria en particular.

La guerra estuvo muy cerca de las Islas, lo que supuso una gran crisis como consecuencia del aislacionismo al que fue obligado el territorio insular, cuya economía dependía entonces en gran medida de las exportaciones a Europa, preferentemente a Reino Unido y a bordo de barcos de la Corona Británica. La guerra aceleró la desaparición de las cabeceras periodísticas más débiles, y sólo algunas aparecieron en este periodo, aunque con una vida muy corta dada la precariedad de aquellos años. La contienda supone un freno a las campañas políticas de tinte localista, pero a su fin, éstas se reanudan con fuerza, aunque aparecen dos nuevos temas de atención informativa: la pobreza y Marruecos.

Los complicados años siguientes, que van desde 1918 a 1921, se caracterizan por la escasa aparición de nuevas cabeceras, al menos, con la intensidad de los años comprendidos entre 1901-1911, hasta la creación de los cabildos insulares. En un marco de pobreza manifiesta, la empresa sigue sin aparecer de forma generalizada junto a los periódicos grancanarios, pues perviven las características de las décadas precedentes. Con excepción de Diario de Las Palmas (1893) y LA PROVINCIA (1911), las dos cabeceras que introdujeron mayor grado de estructura empresarial y periodística en la Isla desde su creación. La llegada de la Dictadura de Primo de Rivera se produce sin tiempo para la recuperación económica y por ello el número de cabeceras es escaso. La prensa enmudece durante el letargo de la dictadura y bajo el obligado manto de la censura militar. Sólo seis diarios procedentes de la etapa de la Restauración Borbónica logran superar la crisis tras la I Guerra Mundial y la Dictadura de Primo de Rivera para acercarse al inicio de la II República.

Fuente básica para la Historia

La prensa grancanaria es una fuente de particular importancia para las investigaciones históricas y literarias, sin embargo, hasta ahora se carecía de un estudio que situara de forma conjunta ideologías, tendencias, fiabilidad, tecnologías y todos los elementos que rodean la producción diaria, semanal, mensual o anual, según los casos, de los periódicos de Gran Canaria. Estas causas animaron al autor a emprender este trabajo de investigación que contiene un estudio extenso de la situación de la prensa grancanaria. Asimismo, las constantes comparaciones con el resto de la prensa que se editaba en España nos sirven para encontrar los elementos de semejanza, pero también aquellos que diferencian a los periódicos grancanarios de sus colegas peninsulares.

Los años que cubre la investigación de Jorge A. Liria nos presenta un estudio panorámico, es decir, diacrónico, desde el inicio de la contemporaneidad española (1808) hasta el surgimiento de la Segunda República (1931). En otras palabras: la reimpresión del Correo político y militar de la ciudad de Córdoba, en 1809 (y sin ser una cabecera propia canaria), marca el inicio de la prensa en la isla "redonda"; que ve cómo, en 1928, se reanuda la publicación de El País. De ahí el encuadramiento histórico-cronológico que da soporte al libro. Aunque será desde la década de los cuarenta del Ochocientos, cuando tanto la prensa oficial como la privada tomen impulso en el ámbito geográfico que analiza.

La prensa es un medio de comunicación de masas que, en nuestras Islas, adquiere una vigencia de más de dos siglos. El autor le otorga un hueco para la esperanza a la prensa, y se apresura a afirmar que sigue gozando de buena salud; frente a los embates de la radio, la televisión y las diversas redes sociales, aunque su grado de influencia está compartido y por ello más etéreo, y en consecuencia con cifras de venta sensiblemente más bajas.

Por otro lado, la temática de la que se hace eco nuestro autor nos refiere, claramente, a una monografía en toda regla. Hacía falta, qué duda cabe, un estudio de la prensa grancanaria, dada su escasa presencia en la realidad histórica de esta isla, algo por lo demás que no desentona con el desconocimiento general que esta materia ha venido sufriendo en el resto de Canarias. Este ha sido el objetivo prioritario que ha venido a cubrir Jorge A. Liria.

Dos trabajos clave hacen comprender de una manera indubitable que la prensa canaria tiene entidad propia como disciplina objeto de estudio; además de haber sido impulsores de otras investigaciones relevantes en este campo. Son los realizados por los doctores Ricardo Acirón Royo (La Prensa en Canarias. Apuntes para su historia, prólogo: Oswaldo Brito, estudio preliminar: Ángel Benito, Santa Cruz de Tenerife: Servicio de publicaciones de la Caja General de Ahorros de Canarias, 1986), y, sobre todo, el de Julio Antonio Yanes Mesa (Historia del Periodismo Tinerfeño, 1758-1936. Una visión periférica de la Historia del Periodismo Español, prólogo: Ricardo Acirón Royo, Madrid: Centro de la Cultura Popular Canaria, 2003). En esta línea, la obra de Jorge A. Liria forma parte, junto a los estudios ya citados y a otros, de la nómina de obligada consulta que nos permitirá llegar a un mayor conocimiento de la prensa canaria contemporánea. El proyecto en este momento es la publicación en un futuro no muy lejano de un estudio regional sobre la misma, en el que se ponga negro sobre blanco lo que ha significado su presencia para la comprensión de nuestra Historia y el impacto en las vidas cotidianas de nuestros paisanos.

Todos estos trabajos, y los que se sumen en el futuro, irán subsanando el desconocimiento o marginación que la Historia de la Prensa Canaria ha venido padeciendo en las obras que sobre el periodismo español no han dejado de salir en los últimos años.

Olfato crítico

El autor de este estudio se ha enfrentado al reto de darle una coherencia y una profundidad al conjunto de los periódicos grancanarios analizados desde su doble condición de historiador y periodista. Esta última faceta profesional le ha servido para agudizar su olfato crítico, tarea nada fácil, que consiste esencialmente en distinguir entre información y opinión, objetividad y subjetividad; lo cual le lleva a moverse como pez en el agua en los distintos géneros periodísticos: desde el informativo (centrado en la finalidad informativa), el de opinión (con sus respectivas secciones en las que se expresa una opinión o valoración de la propia información: editoriales, artículos de opinión), y el denominado interpretativo (que combina la información con la opinión: crónicas, reportajes, entrevistas?).

En otro orden de cosas, en el libro se estudia el conjunto de las publicaciones periódicas que vieron la luz, especificando la periodicidad de su salida al mercado. Desde este punto de vista, las cabeceras con mayor continuidad temporal y relevancia informativa tuvieron un carácter diario. Pero, también, en su extenso recorrido por los periódicos estudiados recoge, examina, clasifica, compara, interpreta, valora y elabora (realizando una profunda lectura y análisis crítico) no solo informaciones relativas al devenir de la historia de España, Canarias y de Gran Canaria, sino que también pone de manifiesto las características propias de los títulos estudiados, al menos de los de mayor trascendencia, y que podemos circunscribir a su línea editorial, la presentación gráfica, las ilustraciones?

La agrupación de los contenidos sigue un orden cronológico y se presenta con un criterio en el que dominan los elementos políticos, institucionales, sociales y económicos. Cronología y los aspectos indicados son, a la par que elementos historiográficos de primer orden, criterios ampliamente compartidos cuando se trata de agrupar, para facilitar su estudio, los elementos de la compleja realidad histórica vista a través de la prensa. En efecto, el autor no cae en el exclusivismo interpretativo de cada medio impreso, sino que contextualiza perfectamente cada época estudiada. Así, pues, los principales capítulos que abarca su libro son siguientes: Prensa e Historia, algo más que una relación de fuentes; El pleito insular impulsa los primeros pasos del periodismo en Gran Canaria; Inicio del reinado de Alfonso XIII y la I Guerra Mundial; La I Guerra Mundial y la crisis de 1920-23 definen un cambio en la prensa grancanaria; La crisis del Estado liberal de la Restauración prepara a Gran Canaria para la llegada de la Dictadura del general Primo de Rivera; La Dictadura de Primo de Rivera y la división provincial de Canarias en 1927. A ello se unen anexos, donde destaca el dedicado a la legislación de prensa contemporánea del periodo analizado.

Es muy interesante, y debemos resaltarlo, la clasificación que Jorge A. Liria realiza, en otro ejemplo más de su afán de análisis, síntesis, sistematización y exposición, alejado del fácil descriptivismo, de la tipología de las distintas cabeceras. El abanico de estas es amplio: desde los rotativos de presupuestos ideológicos republicanos, o bien culturales y científicos; los órganos de los partidos de la Restauración, también de empresa o aquellos editados fuera de la capital; la prensa satírica, incluso la católica y la escrita en inglés (siendo el primer caso que se dio en España); hasta otras publicaciones, apartado donde incluye el nacimiento de la prensa obrera con los destacados El Tribuno y El Trabajo.

La ingente cantidad de cabeceras estudiadas y el más de medio centenar sobre las que centra su investigación por su mayor trascendencia, suponen una imagen del periodismo impreso que Liria acompaña de observaciones a las que recurre cuando escribe de las principales imprentas surgidas y de los propietarios, fundadores y directores de los medios analizados. Sin embargo, algo que podría parecer engorroso se transforma en este libro en un ingente y exitoso esfuerzo de síntesis que el autor logra cuando se enfrenta a la prensa que se desarrolla en toda la provincia, dándole un carácter más general a la obra, dotándola de manera tangencial dentro del conjunto del libro. En el plano de los datos técnicos, aborda la profusa reglamentación a la que se vio vista la prensa desde los poderes del Estado, lo que nos permiten una comparación con otros puntos de España, y una fácil incorporación a los estudios generales.

Hemerotecas y los archivos

La existencia de este estudio sería imposible, al menos en su calidad actual, sin el manejo por parte del autor de una copiosa bibliografía, referida no solo al tema específico de la prensa, con artículos y volúmenes vinculados al terreno canario y fuera de él; sino también relacionada con la política, la economía, la sociedad, y otra de significado más genérico y de contenido vario. El cuerpo central de la investigación se sostiene en el estudio concienzudo de la historia de la prensa en Gran Canaria utilizando para ello los fondos conservados en las bibliotecas, hemerotecas y archivos. El listado de archivos utilizados es extenso y variado: Hemeroteca El Museo Canario (HMC), Hemeroteca Universidad de La Laguna (HULL), Biblioteca Municipal de Santa Cruz de Tenerife (Bmsctf), Hemeroteca Editorial Prensa Canaria (HEPC), Casa-Museo León y Castillo (CMLC), Hemeroteca Municipal de Madrid (HMM), Archivo Histórico Provincial de Las Palmas (Ahplp), Biblioteca Insular Gran Canaria (BIGC), Archivo Histórico Diocesano de la Diócesis de Canarias (Ahddc), Comandancia de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife (Cgcsctf), Biblioteca Nacional de España (BNE), Archivo Histórico Nacional (AHN), Archivo Royal Armouries (R.U.) (ARA) e Instituto Nacional de Estadística (INE), entre otros.

Por otra parte, Jorge Liria presenta una investigación y un libro donde las fuentes fotográficas son importantes. El autor entiende que su empleo en los estudios de Historia y, más aún, de la historia del mundo contemporáneo, son vitales, porque buena parte de su transcurrir lo hace ya conviviendo con el nacimiento de este arte. Para ello, el investigador ha llevado a cabo una selección adecuada de las fotografías. Esta elección, en opinión del historiador Valentín Medina, en referencia a este estudio, implica elegir "lo mejor" para llegar a sentir la historia que se está analizando, empatizar con ella, con el doble objetivo de reforzar y/o ampliar los acontecimientos que se explican y estimular la parte emocional del lector.

Tan ingente material ha permitido al autor trazar un sugestivo cuadro de conjunto sobre el tema de la prensa grancanaria, que servirá desde ahora como punto básico de referencia para todos aquellos que quieran conocerla a fondo.

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