Una de la noticias más gratificantes en nuestro país ha sido la reciente publicación de la obra completa de Juni Ito. El autor nipón representa, mejor que ningún otro, el género del terror psicológico en esta disciplina del mismo modo que Hideo Nakata lo simboliza en el cine. Sus trabajo, a medio camino entre el horror cósmico de Lovercraft y el gore postapocalípico de Hideshi Hino, no deja a nadie indiferente y llena sus trabajos con personajes que se encuentran a menudo víctimas de malévolos circunstancias no naturales sin ninguna razón discernible. Una de sus obras de cabecera, Tomie, trata de una niña inmortal que crea el desasosiego entre un grupo de estudiantes que ven cómo muere tras un accidente. Las apariciones de esta, que a veces derivan en el humor agriducle de Akira Toriyama, no tienen nada que envidiar a la mítica niña del pozo de The ring.
