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cómic

Qué hubiera pasado si...

'Nosotros los muertos' relata la llegada de una expedición incaica a Europa un siglo antes de la conquista de América

Una de las viñetas de 'Nosotros los muertos'. LP / DLP

Uno de los géneros literarios más interesantes de la ficción es la ucronía, caracterizada por crear tramas a partir de un punto de la historia en el que un evento sucedió al contrario de como lo hemos aprendido. Así, por ejemplo, imaginemos por un momento que los pueblos precolombinos hubiesen descubierto el Viejo Mundo un siglo antes que Cristóbal Colón.

Para hacerlo no tenemos que esforzarnos mucho porque ese es el argumento del trabajo más ambicioso de los croatas Darko Macan e Igor Kordey en la serie de cuatro álbumes que Ecc publica en forma de integral Nosotros, los muertos. Todo el continente americano ha sido unificado por el imperio incaico, el estado sudamericano más extenso en la historia de la América precolombina, que tiene bajo su dominio al Imperio azteca y con ellos a los mayas, una sociedad decadente reducida a un grupo de bailarines drogados, e incluso han exterminado a pueblos indígenas norteamericanos como la tribu sioux de los lakotas.

Pero la obra sigue jugando con la historia, porque incluye la reciente y controvertida teoría elaborada por Gavin Menzies, marino británico retirado, conocida como Hipótesis de 1421, que afirma que los chinos descubrieron América ese año, antes de Cristóbal Colón. Pero Nosotros, los muertos llega aún más lejos que Menzies, porque presenta a los chinos como aliados del Imperio incaico ya un siglo antes. El argumento del cómic se desarrolla cuando una delegación incaica emprende una expedición para localizar la fuente de la eterna juventud, que se hallaría en algún lugar más allá del océano, y descubre Europa.

Es exactamente lo contrario a lo que hizo el explorador Juan Ponce de León, quien oyó relatar varias leyendas sobre la fuente de la juventud a los nativos de Puerto Rico cuando conquistó la isla y marchó a buscarla, lo que le llevó a descubrir Florida. Hasta aquí el cómic lo único que hace es poner la historia al revés, pero lo realmente sorprendente sucede cuando la expedición incaica alcanza Europa, porque corre el año 1348 y la peste negra ha asolado el continente, despoblándolo. Llegados a este punto Darko Macan deja de jugar con la ucronía para entrar en la ficción más disparatada, porque ese año fue cuando se produjo la llegada de la peste negra a Marsella, desde donde se extendió por Europa, así que la pandemia de peste más devastadora en la historia de la humanidad no había diezmado todavía a la población europea. Sería muy prolijo señalar otros elementos que se salen de lo estrictamente ucrónico para incurrir en anacronismos que pertenecen al ámbito del steampunk, porque Nosotros, los muertos es una deliciosa combinación de ucronía con este subgénero literario de la ciencia ficción especulativa, e incluso del cómic de aventuras y de zombis, al que añade grandes dosis de violencia y sexo.

El dibujo de Igor Kordey está caracterizado por un trazo realista al que añade pinceladas caricaturescas que consigue dotar de gran expresividad a sus personajes, Pero lo más destacable es su trabajo de documentación que consigue recrear vestimentas y construcciones con gran detalle, entre las que destaca Aviñón, la ciudad prohibida o la capital incaica. Aún más remarcable es el color, que en algunos álbumes llega a ser un fantástico trabajo a seis manos.

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