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Cineastas canarios tras el Goya

Con la presentación de las candidaturas, la academia de cine dio el pistoletazo de salida a la carrera de los Goya. Desvelamos las principales opciones canarias

'El tiempo de los monstruos', de Félix Sabroso. LP / DLP

Con el anuncio de todas las candidaturas y películas que optan a los Goya 2017 por parte de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, ayer se dio el pistoletazo de salida a la carrera de los reconocimientos de cine más importantes de España, los Premios Goya. Los nominados de las 155 películas que aspiran en esta 31 edición se conocerán el miércoles 14 de diciembre y los premiados en la gala anual que se celebrará el sábado 4 de febrero, presentada por el actor Dani Rovira.

Todos quieren estar ahí, aunque algunos lo reconozcan en voz más más alta que otros. Por ahora solo son candidatos, pero ser nominado, no digamos ya poder lucir un 'cabezón' en tu casa, otorga notoriedad y prestigio. En lo práctico, expande las posibilidades de desarrollo, abre puertas. Por eso, a la manera de la conocida canción de Santos Discépolo Cambalache, los Goya ponen en la misma línea de salida a jóvenes y consagrados, conservadores y experimentales, cinestas con gomina y los que lucen rastas. La maratón de los Goya dura casi tres meses.

Históricamente, el cine de Canarias ha contado poco en los Goya. Como comunidad, apenas nada. El año de Mararía (Antonio José Betancor, 1998) fue el de mayor número de nominaciones, cinco, y hay que tener en cuenta que fue rodada con un equipo mayoritariamente peninsular. Sí son históricos los pesos de Madrid, por ser el lugar principal de producción, Euskadi, Cataluña y, en los últimos años, Andalucía. En cambio, el cine y los cineastas de las Islas siguen sin funcionar cohesionados y con el respaldo que sería exigible a las instituciones públicas aún hoy, ante la inédita oportunidad de promoción y desarrollo profesional que brindan los rodajes nacionales e internacionales gracias a los incentivos fiscales.

Ante la falta de una acción concertada y conjunta por parte del Gobierno de las Islas -como ocurre en otras Comunidades- y en la cual debieran contarse las producciones canarias y las que se ruedan en las Islas, así como los profesionales, técnicos, actores, guionistas, músicos o directores, que desarrollen su talento en Canarias o fuera de las Islas, los cineastas de Canarias hacen cada uno la guerra por su cuenta, buscando apoyos en entidades públicas amigas para lograr ayudas en la promoción o en colegas cercanos a los académicos, que al fin y al cabo son los que votan.

Pero cada año, una manita más o menos poblada de películas y cineastas de las Islas se cuelan por las rendijas de las nominaciones. El que más, 2011, cuando hubo 10 nominaciones.

En 2017, solo hay una categoría donde las opciones canarias son virtualmente seguras, en Mejor Largometraje de Animación. Con solo tres contendientes en las candidaturas, el canario Alberto Rodríguez, director de Ozzy, tiene prácticamente asegurada la nominación. Si además lo gana (su película es la única de la terna estrenada hasta la fecha en salas comerciales), sería la primera vez que un canario logra la estatuilla en esta categoría. "Ocurre lo de siempre con estos proyectos tan largos, que estoy muy contento ya con el hecho de que se haya podido estrenar, todo lo que venga ahora será bienvenido siempre", afima el director. "La animación es un trabajo muy exigente y acabas realmente agotado. Estoy contento y expectante, aunque no soy mucho de adelantar acontecimientos respecto a la nominación", concluye.

Pasando del ámbito de lo casi seguro al de lo posible hay que hablar del apartado de Mejor Cortometraje Documental, ya que de los siete candidatos de la fase final, dos tienen producción isleña. Se trata de Tout le monde aime le borde de la mer, de la gallega Keyna Espiñeira, y Sin Dios ni Santa María, del canario Samuel Delgado y la gallega Helena Girón. Ambas son producciones de El Viaje Films, del canario José Ángel Alayón, y los méritos obtenidos (ser finalista en los Premios de la Academia del Cine Europa (EFA) el primero, y ser seleccionado entre otros, en el Festival Internacional de Cine de Toronto, el segundo) los colocan en buena posición para ser nominados. Sobre su candidatura por Sin Dios ni Santa María, Samuel Delgado opina que "se trata de una oportunidad para visibilizar un tipo de cine propio que busca una coherencia entre forma y fondo y que, habitualmente, se deja fuera de los circuitos de distribución industrial por no ser una copia de algo ya caduco que nos es totalmente ajeno".

Hay que tener en cuenta que en las categorías con películas que son menos conocidas por los académicos, tanto llegar a la final como obtener el 'cabezón' depende más de una labor de promoción y relaciones públicas entre los académicos que de los valores cinematográficos de las postulantes, pues muchas veces estas películas ni se conocen ni se han visto. Un caso paradigmático fue la derrota del corto canario Esposados (Juan Carlos Fresnadillo, 1996), después de haber obtenido un sinfín de premios, incluso la primera nominación española a los Oscar de Hollywood, frente a un trabajo del que pocos se acuerdan.

De El Viaje Films también es la película documental Dead Slow Ahead (Mauro Herce), que cuenta con excelentes críticas entre la prensa especializada, si bien el gusto de académicos y crítica muchas veces no coincide. Entre las siete candidaturas en que está inscrito, el filme del barcelonés Mauro Herce tiene como más posible la nominación a Mejor Película Documental. Aunque muy difíciles, no serían injustas unas nominaciones a la Mejor Dirección de Fotografía, Montaje o Sonido, pero estas nominaciones suelen ir a parar a películas de ficción, por lo general trabajos de producción más compleja, y más tenidas en cuenta por los académicos.

Siguiendo en la misma categoría de Mejor Película Documental, Playing Lecuona, dirigida por el cubano Pavel Giroud y el canario Juanma Villar y producida por la canaria Insularia Creadores, parte en las quinielas como una de las posibles finalistas en la categoría. En este caso, cuenta a su favor, aparte de los muchos méritos obtenidos desde que empezó su carrera comercial en abril pasado, con la producción de la andaluza La Zanfoña, responsable de la gran triunfadora hace dos años, La Isla Mínima (Alberto Rodríguez, 2014). También, que entre su elenco figuran grandes figuras de la música que pueden movilizar votos, como Chucho Valdés, residente en España, y Ana Belén, que este año recibirá, además, el Goya de Honor. El director y productor Juanma Villar se enfrenta a este momento "con el vértigo y la curiosidad de no saber cómo será recibida Playing Lecuona por los académicos españoles. Espero que igual de bien que el amplio público que la ha disfrutado y aplaudido a lo largo y ancho del planeta".

Una final en la categoría de Mejor Película Documental con dos filmes de producción canaria sería inédita. Sí se dio el caso en 2011, que dos largometrajes documentales producidos por el canario Andrés Santana, Ciudadano Negrín y Cuánto pesa su edificio, Sr. Foster, quedaron finalistas. En el filme de Villar, el canario Santiago Torres aparece como candidato a la Mejor Dirección de Fotografía.

Julie, de Alba González de Molina, y La punta del iceberg, de David Cánovas, son los cineastas de Canarias con mayores opciones para la Mejor Dirección Novel, un Goya muy codiciado y que esta edición, dado el alto nivel del cine español exhibido en 2016, cuenta con contendientes de mucha altura. Cánovas cuenta a su favor con una mayor cercanía de agentes clave de la industria, a nivel personal y por la producción de Tornasol, empresa de cine de referencia en España. La punta del iceberg es una película que muestra las credenciales en el largometraje de un director de conocida solvencia en el sector por su trabajo en cortos (fue nominado al Goya por su corto de ficción El intruso (2005), protagonizado por José Coronado) y en televisión. "Las nominaciones las espero con mucha tranquilidad", dice Cánovas, "y sin grandes expectativas, porque hay muchas películas interesantes este año, aunque me haría una enorme ilusión que alguna de nuestras candidaturas terminase en nominación por el gran trabajo realizado en todos los departamentos de La punta del iceberg". La película podría colarse también en categorías técnicas (fotografía) e incluso en alguna de las principales. Maribel Verdú opta a Mejor Actriz Protagonista y los actores son el gremio más influyente, por numeroso, de la Academia.

Pero Julie, de Alba González de Molina, película 'indie' de bajo presupuesto, se impuso a la de Cánovas entre el jurado del pasado festival de Málaga, donde ambos competían en sección oficial. El filme de González de Molina lo tiene difícil. A su favor, que los académicos reconozcan como excpecional el valor de una película que lleva haciendo un más que notable recorrido en salas y festivales realizado por un grupo de cineastas primerizo integrado mayoritariamente por mujeres. Para Alba González de Molina, "simplemente poder optar a las nominaciones ya es todo un regalo. Ahora a ver si cae un golpe de suerte. Sería increíble que una película como Julie y lo que la define como diferente pueda tener cabida en los Goya. Pero este año hay mucho y muy bueno". El canario Óscar Santamaría aparece inscrito entre los que optan a Mejor Montaje. Silvia Maya, tras su premio en Málaga, podría colarse en la final como Mejor Actriz Relevación, donde comparte opciones con la francesa Marine Discazeaux. También la canaria Mariam Hernández aparece en la misma candidatura con Vientos de La Habana (Félix Viscarret).

La isla del viento (Manuel Menchón), película de producción canaria, tiene sus mayores posibilidades en la candidatura de José Luis Gómez al Mejor Actor Protagonista. El gran actor onubense es el pilar que sostiene la película que rememora el destierro de Unamuno en Fuerteventura en 1924 durante la dictadura de Primo de Rivera. El productor canario Patrick Bencomo se confiesa "muy emocionado y nervioso ante la posibilidad de obtener alguna nominación entre las 13 candidaturas posibles. Creo que tenemos opciones por el buen trabajo realizado, aunque somos conscientes de la dificultad, ya que, al ser una película modesta, es más complicado llegar a todos los académicos para que puedan valorarla". En un equipo compuesto mayoritariamente por andaluces y canarios, los isleños Enekoiz Noda y la pareja formada por Haridian Nóbrega y Talía Rodríguez optan, respectivamente, a Mejor Actor Revelación y Mejor Maquillaje y Peluquería.

Guión a la vista

Una las novedades para la próxima convocatoria estriba en que las películas que opten a las candidaturas de guión pueden poner el texto completo en la página web oficial de los Premios Goya para lectura de académicos y público en general. Es lo que ha hecho Félix Sabroso con el guión de El tiempo de los monstruos, cineasta que no ha sido nominado hasta hoy a pesar de su prestigio en el gremio y opta, entre otras candidaturas, a ser finalista al Mejor Guión Original. "Mis películas no han sido nunca contempladas por la academia", dice Sabroso, "pero sería hipócrita decir "no espero nada". Siempre se espera. Otra cosa es que conozcas los mecanismos promocionales y de distribución que te llevan a la consecución de una nominación. Y, en ese sentido, no lo tenemos fácil. No digo que sea imposible, excepciones hay todos los años". Además de esa categoría, su película tiene opciones en las categorías de actores. Candela Peña, Javier Cámara, y Pilar Castro son los que están mejor posicionados.

Entre las películas rodadas en las islas en las candidaturas destacan Que Dios nos perdone (Rodrigo Sorogoyen), Cien años de perdón (Daniel Calparsoro), Acantilado (Helena Taberna), El futuro ya no es lo que era (Pedro Barbero), Los últimos de Filipinas (Salvador Calvo) y El faro de las orcas (Gerardo Olivares), estas dos últimas aún pendientes de estreno.

Las dos primeras, de las más taquilleras del año, son las que parten con más opciones. En Acantilado, el nombre de Goya Toledo figura entre las que se postulan a Mejor Actriz Protagonista. En la misma película, Ciro Miró opta a Mejor Actor de Reparto, candidatura que repite en El faro de las orcas. Carolina Bang aparece como candidata a Mejor Actriz de Reparto por El futuro ya no es lo que era, la misma candidatura en que compite la también canaria Mónica López por Que Dios nos perdone. En la candidatura de Mejor Maquillaje y Peluquería, Jesús Guerra opta a ser finalista por las películas Cien años de perdón y El futuro ya no es lo que era.

Los principales canarios con nominaciones y premios, el productor Andrés Santana (4 Goyas de 16 nominaciones), el director y guionista Mateo Gil (4 Goyas de 7 nominaciones) y el figurinista Paco Delgado (2 Goyas de 5 nominaciones), no están en las candidaturas. Entre los técnicos, el peluquero Paco Rodríguez (1 Goya de 5 nominaciones) y la vestuarista Tatiana Hernández (1 Goya de 4 nominaciones) están en la lista, aunque en películas poco difundidas. El productor Adrián Guerra (1 nominación) toma parte este año en la terna con Contratiempo (Oriol Paulo), película que tiene en contra su estreno comercial el 6 de enero, lo que le resta opciones. En el filme de Paulo, la canaria Ana Wagener figura como candidata en la categoría Mejo Actriz Protagonista.

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