La Provincia - Diario de Las Palmas

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Soledad oscura pero iluminadora

Barcelonés nacido por casualidad en la calle de la Atlántida en 1943, el destino poético de Eugenio Padorno se ha ido cumpliendo en la Atlántida canaria. Pero su vida se ha desenvuelto desde la periferia, esto es relevante como exigencia para que la poesía apure la universalidad en el límite de su posibilidad de decir. Y no es extraño que quien concibió su escritura como Metamorfosis, título del libro que publicó en 1969 y que lo ha llevado a la provisionalidad y reescritura de toda su obra, ahora prevea para esta el título de Tal vez una frase incompleta. Con estas condiciones, el oficio de Eugenio Padorno ha permanecido ajeno a los manuales de usos y modas, lo que no le ha impedido que se convierta en uno de los poetas más importantes de nuestra lengua.

La aparición, ahora, en territorio peninsular de Donde nada es todo lo asible y de Hocus pocus permitirá a los lectores más atentos y ávidos adentrarse en una aventura poética tan singular. Con sus tanteos, sus aproximaciones y mareas contrarias, el trayecto de Eugenio Padorno ha llegado en sus dos últimos libros a intensificar el diálogo con la memoria, que siempre ha estado presente, y lo inmediato. De ahí la respiración que contienen sus páginas entre la realidad abstracta y la tangible: los turistas en la playa, la lámpara de lectura?, y el más allá al que le imanta la poesía, "la que necesita para ser". De ahí, también, las apariciones "anecdóticas" de las islas de San Brandano o Aprositus, pestañeos que ponen en duda lo que muestran y lo que esconden. Un recorrido que en este tramo del perplejo, y con lo transcurrido desde su primer libro (Para decir en abril, 1965), muestra la poesía de Eugenio Padorno como una soledad oscuramente luminosa.

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