Las listas internacionales más importantes de 2016 situaron a la música independiente de este país en la mejor posición. Y, efectivamente, de España salieron fantásticas obras de grupos de estilos diferentes como el noise (Triángulo de Amor Bizarro), el dream pop (Linda Guilala), el post-punk (Betunizer) o el art rock (Juventud Juché) que maravillaron a la crítica.
A todos ellos hay que situar a la banda madrileña Berlina que se mueve en un terreno más cercano al space-pop, pero puesto al día, y que debutaba el año pasado con este trabajo que, sin duda, hay que situarlo como una de las mejores obras de los últimos meses.
Grabando en un pequeño, pero exquisito sello independiente llamado Grabaciones a Montones, este Desértico comienza potente, con un Futuro imperfecto que camina por los pasajes menos calmosos de Mogwai. En un terreno equidistante entre el ruido y la elegancia melódica, los madrileños incluyen temas como la canción que titula el disco en la onda My Bloody Valentine, y sorprenden con el pop experimental de títulos como Tu voz sumergida o Renacer que parecen la fusión perfecta entre el sonido de dos bandas históricas de los ochenta como The Chameleons y The Sound, con un tratamiento respetuoso de las guitarras que no se escuchaba desde los inicios de Durruti Column. Aún así, resulta una sorpresa encontrarse con melodías que rememoran a unos Stone Roses contemporáneos (Perdidos), se introducen por el terreno más intrincado de Spiritualized (Modelos y utopías) o crean ambientaciones complejas, pero de gran energía, en la onda de Flying Soucer Atack como la final Desde donde mira el sol. A todo ello hay que sumar un trabajo de producción implecable.
