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AMALGAMA

Conspiración

En 2012 el Foro Económico Mundial estimó que una de las grandes amenazas para la sociedad la constituye la información incontrolada de contenidos conspiranoicos

Conspiración

En un artículo publicado en Frontiers in Psychology, de G. Orosz, revista número 7 de 2016, se da cuenta de un estudio, a través de encuestas en internet, sobre 813 voluntarios captados aleatoriamente. Se les proponía una teoría de la conspiración cargada de los elementos comunes en estos casos: judíos, banqueros, Unión Europea, etc., coaligados contra Hungría. Luego se les propuso un test evaluativo acerca del grado de credibilidad que le daban a esta teoría. Se les dividió en cuatro grupos, y luego se le propuso a cada grupo lo que podría ser un antídoto en contra de la contaminación conspiranoica que habían sufrido. Un grupo de control al que no se le propuso nada, otro grupo al que racionalmente se le intentaba demostrar que no era cierta la teoría conspiranoica, otro grupo al que se proponía la ridiculización de la teoría y un cuarto grupo al que se le propuso empatía hacia los acusados de la conspiración por la vía de la conmiseración. Luego se les volvió a testar, para comprobar el cambio en la opinión sobre la teoría. El grupo de control siguió prácticamente igual (46,90 evolucionó a 47,03), el grupo influenciado racionalmente bajó rotundamente (43,40 a 39,91), el grupo al que se propuso una ridiculización también bajó (44,69 a 41,79) y, finalmente, el grupo que se intentó moderar por empatía casi se mantuvo en el mismo tramo evaluativo, bajando ligeramente (45,57 a 44,32). Esto indicaba, probablemente, que las estrategias anticonspirativas más rotundas son la introducción de racionalidad y, en segundo lugar, la ridiculización. El común de los humanos no está por cambiar su opinión por la vía empática y compasiva. Se incluye entre los datos una correlación respecto a la competencia, capacidad y reconocimiento de quien intenta desmontar la teoría conspirativa: a mayor capacidad o inteligencia, mayor influencia en el conspiranoico. En 2012 el Foro Económico Mundial estimó que una de las grandes amenazas para la sociedad la constituye la información incontrolada de contenidos conspiranoicos y pseudocientíficos, observando que los contenidos se retroalimentan y hacen que se generen burbujas de comunidades que se refuerzan en una determinada creencia o visión. Incluso, al intentar desmontar las teorías, la tendencia de los usuarios de dichas creencias es la de reforzarse en la misma. Los expertos del Foro Económico estimaron que la rapidez con la que tecnológicamente se propagan las noticias, con independencia de su falsedad o no, dispone un caldo de cultivo altamente prolífico, cual es el analfabetismo funcional, por incomprensión lectora, conforme a los estándares de la OCDE, que se califica como que afecta al veinte por cien de las personas de entre 15 y 65 años. Desde los primeros años 2000 los estudios sociológicos se enfocan en este tema, al punto de construir fenómenos de gestión de big data que han sido determinantes en elecciones como las de EE UU o el brexit, así como entre los podemitas españoles. David Lazer, de Harvard, desde su artículo canónico en Science, en 2009, Ciencia Social Computacional, utiliza estadística, física, sociología e informática para analizar las huellas digitales de todos los comportamientos y acciones en internet. Pues bien, es largo de explicar, pero el verdadero peligro para la libertad de pensamiento es que haya foros que quieren dirigir y homologar la verdad, en vez de que ésta se muestre con libertad. Entramos en la época del nuevo Leviatán. Del verdadero Leviatán.

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