El estrago cultural entre los representantes de la nueva corriente popular de izquierda merece un análisis. Un ejemplo lo tenemos en Madrid y su concejala de cultura, recientemente destituida, Celia Meyer. Su preparación académica es normal: Licenciada en Ciencias Políticas, titular de una beca predoctoral en el CSIC y ganadora, en 2010, del premio a la investigación para la explotación de bases de datos del CIS. De aquí saltó al Patio Maravillas, centro okupa dedicado al sentir alternativo y anti-sistema. Como cada cual es él y sus circunstancias, y al entrar en ese ambiente, Meyer se contaminó con las clásicas actitudes anti-sistemáticas. Su entrada en el cargo ya venía provocada por la sustitución de un anterior concejal, Zapata, expulsado por chistes agraviosos contra los semitas y las víctimas del terrorismo. Meyer organizó la Cabalgata de Reyes de 2015. El medioambiente podemita se expresaba así al respecto: "la tradición de los reyes magos representa lo más podrido de este putrefacto país: la monarquía, el consumismo y el cristofascismo" (Podemos de Anchuelo), y la alcaldesa Carmena la redefinió como una cabalgata étnica y multicultural, de forma que se sustituyeron los camellos por triciclos, los villancicos navideños por música de discoteca, y la tradición de que Melchor, Gaspar y Baltasar fueran representados por concejales se trocó en que los sustitutos fueran actores alternativos de los cuales alguno se expresó como que "aborrecía a los Reyes Magos y todo lo que representaba, considerándolo un evento casposo". En las fiestas de carnaval de 2016 surgieron, por mor de Meyer, dos titiriteros representando la obra La bruja y Don Cristóbal, dirigida al público infantil, en la que se mostraba, con ánimo crítico, pero se mostraba, un apuñalamiento a un policía, una violación de una monja, y una pancarta donde se leía "Gora Alka-ETA". A finales de 2016 se aprobó por el pleno municipal, con la gestión previa de Meyer, aplicar la Ley de Memoria Histórica, y en base a ello se retiró una placa homenaje a ochos beatos carmelitas fusilados durante la Guerra Civil, lo cual es un incumplimiento flagrante contra la propia ley. El Ayuntamiento tuvo que deshacer lo hecho. Lo último ha sido el cambio de dirección de las denominadas Naves de Matadero, donde se representaba, con bastante éxito, teatro textual. Se empezó por cambiar el nombre de las salas de Max Aub y Fernando Arrabal, ambos de probado respeto artístico, excepto para los ignaros anti-sistema. Arrabal le escribió una carta a Carmena expresando que han sido "purgados, fulminados y rematados" y que Max Aub fue "digno de los vetos y los despellejamientos de otros tiempos". La programación de Mateo Feijóo, el nuevo director, es buena y vanguardista, pero al nacer trufada de estas acciones de odio e ignorancia, ya resultan sospechosas. En los felices ochenta y noventa esto casi había quedado neutralizado, pero ahora retorna con mayor carga que nunca. En la misma semana en la que se destituye a Meyer, en la radio pública madrileña Emisora Escuela Municipal M21, entrevistan a "Riot Propaganda", con motivo de su nuevo disco, banda resultante de elementos provenientes de "Los Chikos del Maíz". Repasemos sus letras: "Riot Propaganda, cóctel incendiario y capucha", "Serás la eterna oposición humillada como Capriles", "España, pide a gritos menos flores, y más pasamontañas", "Queremos nuestra propia guillotina en la Puerta del Sol", "¿Rayos uva de Zaplana? me hacen perder la calma, habría que fusilarlo como dijo Aute, Al Alba", "Yo he estado con miembros de las FARC borracho por Caracas", "Poético, como el cáncer de Esperanza Aguirre". Son letras llenas de animadversión idiota, ni siquiera es un odio inteligente, es odio de subnormales. Defienden a Alfonso Fernández Ortega, "Alfon", preso por llevar un explosivo en la mochila en la huelga general del 14 de noviembre de 2012, y previamente arrestado por agresión sexual, lesiones, injurias y amenazas a unas niñas de Cádiz, con antecedentes por drogas (speed y cristal), robo con violencia, y atentado a dos policías de su barrio. Apoyado en su momento por Rita Maestre, concejal también madrileña que entró en una capilla de la Universidad Complutense desnuda y gritando "Arderéis como en el 36". Tenemos la cultura de Arrabal, y la cultura arrabalera, sin ningún contenido, sino exclusivamente el de la violencia idiota y gratis. ¿Qué hacer? Cuando se tiene un pitbull que ha sido enseñado para pelear, hay que hacer lo que hay que hacer. No es nada personal.
