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El día en que el Guernica se hizo universal

Picasso encuentra la respuesta a sus dudas sobre el encargo para la exposición universal de París a partir de las acusaciones de Franco y de los desmentidos de la República sobre la autoría

Visitantes en el Reina Sofía ante el 'Guernica'. LA PROVINCIA / DLP

Las palabras del general Francisco Franco sobre el bombardeo de Guernica fueron recogidas por la prensa internacional. Una declaración más entre el clamor de los desmentidos acumulados cuando las imágenes de las ruinas saltaron al ámbito mundial.

Será el 30 de abril, tres días después de la tragedia, el momento que Le Journal publica íntegramente la declaración de Franco:

"..... la indignación de las tropas nacionales no podía ser mayor a causa de las mentiras del enemigo que, tras haber destruido con fuego las aldeas más grandes de la región, acusó a la aviación nacional..."

Esta y otras manifestaciones en Radio Nacional de Salamanca o Radio Sevilla que responsabilizan al ejercito Republicano de la dantesca situación, llevan al lendakari Aguirre a lanzar entre la indignación y la angustia unas impresionantes palabras:

".... Ante Dios y ante la Historia que nos juzgará declaro bajo juramento que durante tres horas y media aviones alemanes bombardearon con inconcebible destrucción a la indefensa población civil de Guernica, reduciendo la célebre ciudad a cenizas. Persiguiendo con fuego de ametralladora a las mujeres y a los niños que huían frenéticamente....." ( L'Humanité, 30 abril 1937)

En París el grupo de artistas españoles que se reunían habitualmente asisten atónitos a los hechos, entre ellos Picasso, director honorifico del museo del Prado, ha encontrado la respuesta a sus dudas. En enero la Republica le había encargado una obra para la exposición universal de Paris y aún no tenía del todo claro cuál iba a ser el tema que abordaría. Ahora ya lo sabe.

A partir de ese momento y durante poco más de un mes, con dedicación absoluta, fustigado por los acontecimientos que publica la prensa francesa, se centrará en la elaboración de una obra de arte con la que transformar la rabia producida por el bombardeo en imágenes de violencia y sufrimiento.

Esto no le reportará ningún beneficio material ya que solo cobrará a la Republica los gastos que lleva aparejados la realización de la obra. Según palabras de Max Aub "...... He podido convencerle, y de esta suerte le he extendido un cheque por valor de 150.000 francos franceses, por los que me ha firmado el correspondiente recibo.....Estimo que esta fórmula era la más conveniente para reivindicar el derecho de propiedad del citado cuadro." Según Álvarez del Vayo, en carta a Luis Araquistáin fechada el 10 de enero de 1953, el recibo se encontraba entre la documentación perdida o destruida en el caos y la desbandada general de Figueras, pero en el registro contable de la embajada de España en Paris puede verse que efectivamente fue pagada esa cantidad a Picasso, lo que certificará posteriormente la propiedad española del Guernica

Será el sábado, 1 de Mayo de 1937, cuando empieza a crear los bocetos sobre las dibujos que acuden inicialmente a su mente y que no coinciden en absoluto con la guerra sino con la corrida de toros, un tema que había estado presente en su obra anterior. Igual que Lorca en su Llanto por Ignacio Sánchez Mejías encuentra en el tema taurino la vía adecuada para dar rienda suelta a sus sensaciones.

Se aparta de los bombardeos y centra la atención en personas protagonistas de un tema lacerante en el que todos son víctimas. Busca un motivo de contenido personal para trasmitir el sentimiento que los acontecimientos le inspiraban.

El estado de ánimo que quiere provocar en el espectador lo va a lograr claramente por medio de la renuncias a las que somete la obra. renuncia al color. Renuncia a la luz al impedir que los puntos lumínicos creados se expandan de forma natural por el espacio, pero sobre todo cuando renuncia a la perspectiva, con lo que contribuye a hacer más sofocante si cabe el escenario claustrofóbico donde instala a los personajes.

Una vez terminados los numerosos bocetos inicia la primera composición del mural. Son diez los estados que irá creando hasta llegar al definitivo. Todas ellas serán conocidos por la fotografías que Dora Maar se encarga de realizar.

Como si de un gigantesco puzle se tratara irá incluyendo los elementos previamente abocetados y jugando con su colocación en función de la inspiración y de los imperativos de la composición.

Dentro de estos estadios compositivos que van evolucionando, la simbología invade la tela por medio de cada uno de los elementos tratados: serán tres los objetos iniciales que refleja: el toro, el caballo, y la mujer que intenta dar luz a la escena, mas tarde introduce la madre con el hijo muerto, el guerrero muerto, el ave herida etc todos ellos son de sobra conocidos, pero existió, por un momento, un elemento cuya posterior eliminación da al mural su carácter de universal.

En el Estado I y II de la tela definitiva Picasso ha colocado en el eje de la misma, marcando la verticalidad, un brazo que sale del guerrero muerto con el puño cerrado. Ocupa el centro de la obra en una posición claramente dominante, el puño dentro de un gran círculo se aferra a un haz de espigas de trigo, en representación de la lucha campesina.

Era un guiño al saludo comunista que dominó la propaganda de la republica, pero Picasso, consciente de las implicaciones que comportaba asignarle un lugar destacado en la obra, lo hizo desaparecer de la tela (estado III) sustituyéndolo por la cabeza del caballo herido que en su último relincho genera una verticalidad cargada de patetismo.

Es, posiblemente, de esta manera como la obra deja de estar subordinada a una ideología política concreta y se engancha definitivamente a la expresión de tragedia y dolor humano que corre paralela a la angustia de cualquier guerra. Es este, quizá el momento en que el Guernica se hace universal.

Al sacudir cualquier tipo de propaganda política e instalarse en la generalidad de la respuesta humana ante los conflictos bélicos el Guernica estará listo para reflejar, no solo este bombardeo, sino todas las matanzas. Me atrevo a decir que en él están contenidos el bombardeo desde el mar y el aire sobre la población civil de Málaga, en febrero de 1937, cuando huye aterrorizada por la carretera de Almería, tampoco Badajoz tenía un icono que reflejara la carnicería en sus calles en agosto del 36, como no lo tenían los bombardeos de 1938 en Cabra y Baena efectuados por la aviación republicana.

Nada más lejos de mi intención que traer a este lugar, ahora, comparaciones o análisis de los motivos que subyacen en los acontecimientos, me limito a intentar hermanar en este mural a todos aquellos que se sintieron, que se sienten, como los protagonistas que Picasso incluye en su obra, a la que en un momento concreto había arrebatado el símbolo de una ideología concreta y que ahora, ochenta años más tarde sigue estando de cruentísima actualidad.

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