Desde que la imprescindible obra maestra de Alan Moore y Dave Gibbons, The Watchmen, abriera otra perspectiva a la manera de tratar a los superhéroes, han sido innumerables los trabajos que han surgido bajo su estela. Ejemplos hay a miles, pero todos tiene en común el hecho de que el protagonista sufre una crisis de identidad y se refugia durante unos años en un paraje desconocido para poder recuperarse de semejante ataque de melancolía. Lo cierto es que para el aficionado al cómic de superhéroes ver a personas con poderes sobrenaturales vivir bajo traumas de infancia dentro de una cotidianidad total y absoluta en la que sus excepcionales atributos sólo sirven para ir al supermercado o freír un par de huevos, puede resulta de lo más grotesco o profundamente entrañable, según se mire, ya que dependiendo del modo en que sus autores traten semejante problema se puede decantar finalmente por uno u otro caso.
Dentro del segundo grupo se sitúa, indudablemente, esta singular obra en la que, en el fondo, se abordan temas tan universales como el desamor, la pérdida y el olvido y que inicia una saga con este primer volumen titulado Orígenes secretos. Jeff Lemire -guionista de Descender y autor de la magnífica trilogía Essex county- junto al dibujante Dean Ormston, -responsable de la inolvidable Lucifer- muestran en Black Hammer la historia de seis exsuperhéroes que llevan una década atrapados en una misteriosa granja de la que no pueden escapar hasta que un extraño desconocido trata de devolverlos a la acción. Por un lado está Abraham Slam, que protagoniza la mayor parte de la acción, ya que es el más anciano y lleva las riendas de esta admirada familia venida a menos con la que quiere, sin mucho éxito, llevar una vida normal y tranquila. Junto a él suele aparecer Golden Gail, una mujer fantástica atrapada en una niña de 9 años que bebe ginebra, fuma cigarrillos y se rebela ante los dictados del anterior. Luego está Barbalien que busca refugio en la religión para ocultar sus problemas de identidad sexual. Pero también aparece la impredecible Madame Dragonfly, una señora huraña e impredecible que cree que al convertirse en bruja recuperará a su bebé muerto. Y, finalmente, los dos personajes más impresionantes y originales de todos. El primero es un tal Coronel Weird, que actúa de manera totalmente impredecible y se evade constantemente entre dimensiones para escapar de la realidad. Mientras que el segundo es su ayudante robótico Talkie-Walkie que, a pesar de tener una cabeza bombilla, es el más sensato de todos y parece estar buscando activamente una manera de escapar de la situación.
Todos ellos, en su momento, salvaron a Spiral City de la destrucción, pero desaparecieron, se les dio por muertos y acabaron cayendo en el olvido convertidos en leyendas urbanas. El estilo de Ormston destaca por unas líneas sencillas pero expresivas que aparecen bañadas en amplias graduaciones de magníficos colores los cuales acentúan en el lector el estado de ánimo de los distintos personajes.
