Es una de las grandes sensaciones en el cómic estadounidense. La manera en la que Tillie Walden aborda su pasión por el ballet sobre hielo y la asunción de su homosexualidad se desarrolla con una técnica de los más preciosista en la que se incluyen continuos cambios de ópticas y encuadres. Además la ausencia de un texto farragoso hace que se convierta en una lectura ágil y placentera. El noveno arte en su esencia.
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