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Cambiar la mirada, cambiar el mundo

Un paseo por el 'Poema para transfigurar la mirada de los niños'

Cambiar la mirada, cambiar el mundo

Todos sabemos que los niños son los grandes perdedores en cualquier conflicto humano: guerras, emigración, violencia, hambre. Sus miradas tristes se vuelven, entonces en dedos acusadores de la insensatez de la que ellos son las principales y más desvalidas víctimas. Y, lo peor de todas sus pérdidas es, precisamente, la pérdida de la inocencia.

Eso lo saben muy bien el poeta mexicano Álex Campos Oliver y el también escritor y, esta vez, ilustrador, Juan Carlos de Sancho. Y por eso, para devolverles la sonrisa y, sobre todo la esperanza y la confianza en sus propias fuerzas, ambos escritores inician un diálogo en el que el poema de Álex se complementa, verso a verso con los dibujos de Juan Carlos. Un verso, un dibujo, una palabra y su imagen interpretada.

Desde el primer momento, al leer el primer verso de este poema que consta de 35, y en el que dice "Lanza tu mirada de golondrina", complementado con un bello y sencillo dibujo, donde una golondrina sobrevuela el mundo, ante la mirada de un ojo que parece esperarla, nos damos cuenta de que tanto el texto como el dibujo tienen mucho que ver con el mundo onírico, en otras palabras, con la metáfora surrealista. Y no podía ser de otra manera, dado sus destinatarios, esos grandes surrealistas que son los niños.

Ya dijo Renè Magritte que "El surrealismo reivindica para la vida una libertad parecida a la que tenemos en el sueño". Y es precisamente eso lo que buscan poeta e ilustrador, liberar de las cadenas del desatino de los hombres a esos niños, futuros hombres y mujeres del mañana.

Caracoles y guitarras, payasos que se contorsionan, mares donde veleros miran el mundo suspendido sobre sus velas, nos dicen a niños y adultos que "Es bueno sentarse al borde de los sueños para de las cadenas liberarse".

Poeta e ilustrador (poeta también, no podría ser de otro modo) parten de una realidad que pretende atar los sueños, eliminar cualquier atisbo de ilusión y esperanza. Una realidad a la que se enfrentan, sin rendirse, a través de la palabra y la imagen. Y así dice el poeta: "Cuando el vuelo me atan/Rompo el miedo como un río/ pinto ríos como mariposas/Respiro mariposas como sonrisas", bello juego de concatenación que entra en diálogo con unos dibujos donde nubes atadas, casas que parecen a punto de levantar el vuelo, caracoles, espirales, o árboles que parecen leer partituras musicales.

Hablando de caracoles y espirales, estos elementos se repiten en muchos de las ilustraciones. Pienso que tal vez porque la morfología de la concha del caracol y la espiral en sí, significan el macrocosmos, la relación con el espíritu y la sabiduría, la evolución del universo, interés que aparece en Juan Carlos de Sancho en la mayoría de sus libros.

En definitiva, cada verso y su interpretación plástica, la respuesta sugerente, la respuesta sugerente a la palabra, convertida en dibujo, conforman un hermoso libro que es toda una invitación a abrir las puertas a una realidad que, a pesar de todo, podemos hacer mejor, si nos permitimos soñar y despertar con la decisión- no importa si utópica - de devolver, al menos la sensatez, al mundo.

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