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safaris controvertidos

El rey de la selva, en el punto de mira

José Sánchez-Tinoco, experto tirador curtido en el continente africano, analiza la indignación internacional surgida tras la muerte del león 'Cecil' en Zimbabue y defiende la caza deportiva de élite

José Sánchez-Tinoco (segundo desde la derecha), junto a un león que cazó él mismo en 1991. LP / DLP

La muerte del león Cecil a manos de un cazador estadounidense ha revolucionado las redes sociales y los medios de comunicación de todo el globo durante las últimas semanas. La indignación y la solidaridad con el animal se ha hecho visible por doquier, y la polémica que envuelve a la caza en general se ha vuelto a desatar. Pero no ha sido esta la única consecuencia que ha supuesto este suceso. Una de las más sonadas es la decisión que han tomado las principales compañías aéreas norteamericanas, American Airlines, Delta y United, de prohibir el transporte en sus aviones de trofeos de caza de los denominados 'cinco grandes': león, leopardo, elefante, búfalo y rinoceronte.

José Sánchez-Tinoco, quien además de ser presidente de la Cámara de Comercio de Gran Canaria es también un experto tirador, considera que se ha armado excesivo revuelo con todo este asunto. "Incluso se ha dicho que el cazador engañó al león poniéndole un cebo... Pero es que solamente se puede cazar de dos maneras: a la huella o con cebo. Simplemente es una manera de hacerlo", apunta.

"En Zimbabue", cuenta, "dan 70 licencias para cazar leones al año, y te asignan un área. Esas zonas siempre suelen estar cerca de los parques, porque es de donde fluyen los animales. Y los animales no tienen un letrero que diga 'soy del parque". Aparte, reconoce igualmente que le ha sorprendido "que digan que es un león que estaba protegido; en mi vida, y llevo muchísimos años cazando, jamás me han dicho que hay un animal que está protegido".

Tanto es así que Sánchez-Tinoco vivió él mismo, en el año 2001, un caso similar, aunque con un elefante: "Fue, precisamente, en Zimbabue. Habíamos ido a pescar y de repente vi un elefante impresionante, con unos colmillos que le llegaban al suelo. Por lo que me dijo un profesional que estaba conmigo, el elefante pertenecía a un parque cercano, pero se había salido de allí y ahora estaba en la zona de caza, donde nos encontrábamos".

"Entonces", prosigue, "me dispuse a obtener una licencia para cazarlo y la conseguí. Volví, para ver si había tenido suerte de que no había entrado en el parque de nuevo y, efectivamente, aún estaba en la zona de caza; así que lo cacé. El mismo día incluso vino el director del parque diciendo que era una pena, porque ese elefante nunca salía. Pero es que el animal había salido por cuenta propia del parque; y una vez y sale, si lo cazas, no hay ningún problema. Y, de hecho, no lo hubo".

En cualquier caso, sí considera que sería "muy distinto" si el tirador provoca "que el león se salga del parque" para después cazarlo. "Lo más raro de todo esto", añade, "es que el cazador siempre va acompañado de un guarda del estado, que es el que certifica lo que se caza".

Descartada la posibilidad de que alguien pague 50.000 dólares para ir a cazar furtivamente a un león -algo que considera altamente improbable-, la única explicación que, a priori, le encuentra el presidente de la Cámara de Comercio es que la compañía "engañara al cazador" haciéndole saber que sí existía una licencia para la caza de leones cuando en realidad no era así. "Pero me extraña, porque es absurdo que se arriesguen tanto", puntualiza.

En cuanto a la medida tomada por tres aerolíneas estadounidenses de no permitir el transporte de trofeos de caza de los "cinco grandes", Sánchez-Tinoco entiende que "con eso no van a lograr nada, porque los países son libres y van a continuar otorgando licencias de caza; y si no puedes transportar el trofeo por avión, hay otras maneras. En cualquier caso, el traslado por vía aérea es muy caro; yo mismo, normalmente traigo los trofeos en barco". Eso sí, no deja de resaltar que, aunque "cada uno es libre de tener su opinión al respecto", ilegalizar la caza no sería la solución, puesto que, "además de que la reglada ayuda a controlar las poblaciones de los animales, los cazadores furtivos ocuparían el espacio dejado por los cazadores deportivos".

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