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Entrevista

Antonio Collar: "En el Atlético de Madrid del Marqués de la Florida jugaba con 17 canarios"

"Me encargo de organizar los festejos en el Náutico con gusto; llega un momento que terminas cansado del fútbol", afirma el ex futbolista y directivo del Club Náutico

Antonio Collar, en el Club Náutico JUAN CARLOS CASTRO

La Unión Deportiva Las Palmas comenzó ayer la liga jugando contra el Atlético de Madrid. Se trata de los dos equipos en los que usted militó en Primera División. ¿Cómo recuerda esos años en el fútbol?

Las dos épocas en las que estuve en las Palmas y en el Atlético he coincidido con los mejores jugadores canarios que han tenido ambos equipos. En el Atlético de Madrid estuve entre 1953 y 1958 y allí jugué con Montes, Mena, Mújica, Miguel, Agustín, Tacoronte, Farías, Silva, Agustín, Rosendo o Hernández. Todo el bloque del equipo eran ellos. Fue una época en la que en Las Palmas habían cinco equipos, pero aún no existía la Unión Deportiva, y por ese motivo, todo jugador que destacaba se lo llevaban a la Península. Luego, aquí estuve en aquel conjunto maravilloso que se quedó subcampeón de liga y en el que estaban Oregui, Aparicio, Tonono, Martín, Castellano, Collar, Juan Luis, Manolo, Gilberto, León, Vegazo y Guedes. En Las Palmas estuve entre los años 1961 y 1969.

¿Recuerda algún momento de especial significación en su carrera?

Siempre digo que todos los momentos fueron gloriosos. Pero hubo un partido contra el Tenerife en el que marqué un gol importante que siempre recuerdo. Nosotros habíamos ganado dos a cero aquí. Pero allí nos ganaron dos a cero ellos. Para el desempate, los directivos de ambos clubes se pusieron de acuerdo en que se hiciera en el Estadio Insular ya que allí iba más gente, y luego se repartían el dinero. Pero se jugó y se empató otra vez y se tuvo que jugar una vez más. Al final, el cuarto y último partido se celebró un viernes. Faltaban cuatro minutos en la prórroga para que finalizara y yo le metí el gol al Tenerife por toda la escuadra, fue con un tiro de fuera el área. Se jugó un viernes porque al día siguiente era la elección de Miss Las Palmas. El Tenerife tenía un gran equipo entonces.

Su hermano, Enrique Collar, ha sido muy importante en la historia del Atlético de Madrid, equipo en el que los dos coincidieron durante un tiempo.

Cuando éramos juveniles en el Atlético de Madrid, mi hermano era más pequeño que yo, pero como jugaba bien, Ramón Colón, que era el entrenador, lo hizo capitán, y yo era, digamos, que el teniente del equipo. Ganamos una final de copa a la Real Sociedad, después de haber eliminado al Barcelona. Y la entrega de la copa la hizo Franco personalmente. Tengo la foto de mi hermano conmigo cogiendo la copa de Franco. Era el 53 o 54. Recuerdo que poco después tuve que hacer el cuartel en Madrid, en el Ministerio del Aire, pero allí estaba el capitán Salamanca que tenía fama de buscar métodos para que los jugadores de fútbol no la hicieran. Pensé que lo mismo iba hacer conmigo. Pero no sólo no me libré, sino recuerdo desfilar dos veces ante Franco.

¿Cómo valora la situación actual del Atlético de Madrid?

Hay que tener en cuenta que el Atlético traspasa jugadores muy buenos, pero a su vez ficha otros muy buenos también y hace un gran equipo para jugar en Primera. Con el equipo grande fichan a jugadores que no han destacado mucho y Simeone los va formando y los adapta a la forma que necesita el equipo. Eso se puede comprobar en la intensidad con la que se juegan muchos partidos y cómo se va transformando completamente al equipo.

Antes de dejar el Atlético y venir a Las Palmas estuvo en varios equipos en los que logró algunos éxitos deportivos.

Empecé en el Atlético de Madrid en juveniles, que se llamaba entonces Atlético Aviación, jugaba con 17 jugadores canarios y estaba de presidente el Marqués de la Florida. Luego estuve cedido al Cádiz y al Murcia al que también ascendimos a Primera División. Y luego me fui a La Coruña donde estuve dos años también cedido. Y después me vine a Las Palmas, que fue en la época en la que apareció toda aquella camada a la que llamaban los 'diablos amarillos', y que fueron campeones de España con Tonono, Germán y Guedes. Germán me contaba hace unos días que aprendió mucho de mí, yo le hacía marcar, colocarse, etc.

Esa fue la época en la que la Unión Deportiva tenía a sus jugadores más queridos.

Tonono era un jugador muy fino, elegante, un buen compañero. Me impresionaba la visión de juego tan grande que mostraba, no tenía que dar patadas, se anticipaba a la jugada para dármela a mí. Guedes también era un jugador con unas facultades extraordinarias. Empezamos a jugar de medio los dos, era un hombre de un pase largo, de dureza. Luego estaba Germán que jugaba de interior. Nos juntábamos los tres siempre que viajábamos, había muy buen ambiente.

¿Y cómo, justo después de que la Unión Deportiva, lograse el subcampeonato de liga se marcha a jugará Canadá?

Me fui al Vancouver Royals, tras quedar subcampeón de liga, porque me llamó Puskás, que por entonces lo entrenaba, y me hizo capitán del equipo. Teníamos tres entrenadores y muchas veces entrenaba yo. Allí había jugadores de once nacionalidades. En América habían equipos en muchas ciudades. Habían jugadores en San Francisco, Cleveland, Kansas. Cobré en un año allí más que en seis años en España. Yo firmé por dos años. Pero, además de Puskas, estaban de entrenador Bobby Robson, que quería mandar. Puskás incorporó a un tercer entrenador hungaro porque sabía varios idiomas.

¿Y cómo era el fútbol entonces en un país como Canadá?

En Canadá solo estaba el Toronto, que lo entrenaba Kubala, y el Vancouver, pero jugábamos la liga de Estados Unidos, con equipos con jugadores sudamericanos y europeos como San Diego. Allí no era igual de fuerte que en Europa, pero al haber tanta mezcla eran muy competitivo. Recuerdo que el Santos de Pelé jugó más de veinte partidos amistosos e iban grandes jugadores como él a seguir su carrera.

Tras esa experiencia, empezó su función como entrenador.

Cuando me volví se deshizo el equipo. Y tras esa experiencia me centré en entrenar a otros equipos. Entrené al Marítimo de Fuchal, Lanzarote, Maspalomas, Telde, Iglesias. El último fue al colegio Claret al que ascendí, pero lo dejé y me retiré. Antes se ganaba menos que ahora siendo futbolista, pero el dinero era muy bueno y repercutía en todo. Hace 50 años una vivienda grande te costaba 800.000 pesetas, aunque no se ganaba lo que ahora.

¿Es cierto que el fútbol es como las matemáticas?

Es cierto. Cuanta más materia vayas acumulando tienes más ventajas de cara al contrario. Son 22 jugadores, y el jugador que más sepa y esté mejor formado en todos los sentidos logrará un juego más suelto y efectivo.

Usted era de los pocos jugadores que no eran canarios de la plantilla en la UD.

Sí, estaban los dos porteros vascos, Juan José, Ardura y yo. Pero nos llevábamos todos muy bien. Era como una piña de amigos. Todos los jugadores se adaptaron muy bien aquí.

Usted jugó en muchísimas posiciones ¿pero cuál era la que más le motivaba?

Medio e interior. Yo empecé de interior, luego de medio, pero después de defensa y luego de delantero. Me ponían donde hacía falta. Pero, básicamente fui medio volante, que es el que puede crear fútbol, y también tiene un aspecto defensivo. Hay algunos que juegan más al ataque, y otros más defensivos. Empecé con mi hermano jugando en juveniles de medio interior.

¿Qué le parece lo que han hecho con el Estadio Insular?

Ha sido una vergüenza. Allí tenían que haber hecho lo mismo que el Tenerife. Una grada nueva, con un edificio de aparcamientos. Pero todo fue una maniobra de los políticos. El proyecto del nuevo estadio costaba 3000 millones de pesetas y ya era caro. Pero al final ha costado 18.000 millones y no está terminado. Y es muy incómodo, con la pista de atletismo y la grada abierta. En ese estadio no hay presión ninguna para tu equipo y si no hay presión no hay nada. Yo habré ido tres veces. La primera vez fue cundo tuvo lugar la inauguración, cuando vino el Anderlecht. Luego cuando el Universidad jugó la copa con el Atlético de Madrid. Y tardé más de dos horas en llegar. Recuerdo que el campo del Atlético de Madrid tenía una pista de atletismo y allí sólo corrían bicicletas y galgos. Luego dijeron que había que quitarlo porque aquello no servía para nada. En aquella tribuna conocí a Millán-Astray que venía a todos los partidos que jugaba el Atlético de Madrid. Llevaba siempre a su guardaespaldas.

¿Y como un sevillano en Gran Canaria?

Nací en San Juan de Aznalfarache, un pueblo atravesado por el río Nervión. A mí mujer la conocí en el año 1962, cuando tenía 24 años, ella es de Arucas. Tengo dos hijos, pero ninguno se dedica al fútbol. El mayor , Tony, estuvo entrenando en el Real Madrid y estuvo en equipos como el San Antonio, el Artesano, o el San José. Al final, no se dedicó profesionalmente porque empezó a estudiar la carrera de derecho y ahora está trabajando en la banca. El pequeño trabaja en el sur llevando la venta de apartamentos y complejos de bungalows.

Los hermanos Collar tienen raza de futbolistas...

Los más pequeños fuimos los que más lejos llegamos. Enrique y yo. Luego estaban Pepe y Juan de Dios. Enrique ha sido uno de los mejores jugadores que ha tenido el Atlético de Madrid con el que disputó un total de 470 partidos, siendo el cuarto futbolista que más encuentros ha jugado con el equipo, y el octavo máximo goleador con 105 tantos. En la segunda mitad de los años 50, mi hermano formó, juntó con su compañero de equipo Joaquín Peiró, una gran combinación de juego en el ataque de la banda izquierda rojiblanca que recibió el nombre del Ala infernal. Jugó en más de quince ocasiones con la selección española. Los otros dos eran un poco más mayores. Pepe estuvo en el Valladolid y Celta de Vigo. Y Juan de Dios estuvo en el Linares y en algún equipo de menor categoría.

¿Qué le parece la ueva etapa de la Unión Deportiva?

En mi época estaba Jesús García Panasco de secretario técnico. Pero de la gente que hay en el club ahora sólo conozco a dos personas. Sí que me he alegrado muchísimo de que haya subido, porque es un bien para la ciudad, para el turismo, arrastra mucha gente y los hoteles y agencias de viaje aumentan su trabajo. Lo importantes es que estuviera varios años en Primera. Me gusta mucho Sergio Araujo que tiene muy buena técnica.

¿Regateaba mejor en los negocios del vino y de la pintura a los que se dedicó tras el deporte?

Trabajé durante una época de representaciones de vino en todas las islas. Se llamaba Bodegas Olarra, un vino de La Rioja, muy bueno, que no se conocía porque acababa de salir al mercado y lo estuve introduciendo en todas las Islas. Ahora ha cambiado el nombre y se toma menos. También monté una empresa de pintura para barcos llamada Ameron, una pintura americana, el antifouling que se da en los barcos para que puedan navegar.

Y ahora reparte juego como directivo del Club Náutico de Gran Canaria.

Soy el presidente de recreo, el que se encarga de organizar los festejos y demás actividades. Me lleva mucho trabajo, pero lo hago con mucho gusto. También soy vocal de la junta directiva. Llega un momento que terminas cansado de todo el fútbol, aunue no dejo de ver cuando puedo.

¿Algún secreto para conservarse tan bien y tan saludable con 82 años?

La única fórmula es hacer todos los días deporte. Yo lo que hago es primero correr, luego flexiones, y a continuación abdominales. Una hora u hora y cuarto todos los días en el gimnasio. Creo que también ha tenido que ver que me he cuidado en todos los aspectos, no he sido bebedor, ni he fumado.

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