Gran Canaria ha tenido muy cercana y entrañada a la Corona quizá desde aquel tremolar del Pendón real en 1483 por los Reyes de Castilla y Aragón, o desde cuando en 1506 la Reina Juana de Castilla le concede el escudo de Armas, que aún luce oficialmente el Ayuntamiento capitalino, cuyo interior está rodeado por una 'bordura', pieza heráldica que es una concesión particular del rey de España como símbolo de protección, de favor y de recompensa, y en 1515 cuando la intitula como Noble Ciudad Real "?agora e de aqui adelante para siempre jamás?"; así mismo se resaltan hechos en el transcurso de los siglos como que "Pedro Agustín del Castillo, Ruiz de Vergara, sesto Alférez mayor hereditario?" de esta isla dedicara su descripción Histórica y Geográfica de Las Islas de Canaria al "Príncipe Nuestro SR. D. Fernando de Borbón", aquellas grandes celebraciones públicas en Vegueta y Triana durante 8 días en 1789 por la coronación de Carlos IV, el que se dedicará el primer número del primer periódico local, El Porvenir de Canarias, a la Reina Isabel II en octubre de 1852 con una "Oda sáfica al cumpleaños de S. M. nuestra adorada Reina Doña Isabel II" que ocupaba toda la primera página, o el recibimiento y atenciones durante tres días al Rey Alfonso XIII en 1906, que se recuerda como uno de los tres actos más multitudinarios de Gran Canaria en todo el siglo XX.
Todo ese larguísimo pasado de cercanía y entendimiento con la corona, plagado de hechos y anécdotas imposibles de recoger en unas breves líneas, tomó una nueva dimensión y sentir con la llegada del Rey Don Juan Carlos que siempre mantuvo una particular e intensa relación con la isla y con sus gentes, quizá desde aquel viaje de estudios a bordo del Buque Escuela Juan Sebastián Elcano que recaló en Las Palmas de Gran Canaria en enero de 1958, una estancia que no sólo fue muy grata, con atenciones y festejos, como los bailes en su honor en el Gabinete Literario y en el Real Club Náutico, que disfrutó enormemente y le sirvieron para conectar muy directamente con la sociedad grancanaria, sino que aprovecho para contactar directamente con muy diversos sectores locales, visitar en el hospital a los heridos en el conflicto de Ifni y Sahara que se dirimía en aquellos días, una primera visita a la isla en la que señaló como "? aunque he visto muy poco de la isla puedo decirle que es muy preciosa?".
Pronto tendría nuevas ocasiones y terminaría por conocer muy de cerca y bien esta isla como en el año 1973, cuando aún siendo Príncipes, la visitan durante varios días y se acercan a muy diversos lugares como la Cueva Pintada y la Iglesia de Santiago de los Caballeros de Gáldar, Santa María de Guía, donde acceden al camarín de la Virgen y donde Don Juan Carlos no duda en señalar ante el inmenso gentío que los acogía que "?aunque todavía faltan varios días para abandonar estas islas, la idea de volver ya está presente en nuestros pensamientos, porque cuando puede comprobarse cómo coinciden vuestros deseos y esperanzas con los nuestros propios, la palabra adiós se convierte en un hasta siempre que nos ilusiona de la forma más auténtica y verdadera?.".
Una alocución del monarca que fue premonitoria, pues tras acceder a la corona regresaría oficialmente a estas islas ya en 1977 y luego siete veces más (1986, 1990, 1994, 1996, 2005, 2006 y 2009), sin contar otros muchos viajes para actos concretos de muy diversa índole e incluso visitas de carácter privado.
Las estancias de Don Juan Carlos han estado cargadas de diversos y emotivos acontecimientos que le han unido a esta tierra isleña, donde siempre halló afecto y hospitalidad.
