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protagonistas de la cocina tradicional canaria (11) Verísima García

Una chef con mucha estrella

Nadie puede irse de Tegueste sin probar uno de los platos estrella de Verísima García. Sin alardes ha logrado que sus recetas sean reconocidas en toda Canarias, desde las famosas 'costillas con papas y piñas' a la novelera 'carne fiesta'

Su reconocida 'carne de fiesta'

Si hay una persona que no podía faltar en esta serie sobre la cocina tradicional canaria esa es, sin duda, Verísima García. No se puede decir que ella haya inventado uno de los platos más populares del norte de Tenerife, las famosas costillas con papas y piña, pero sí habrá que reconocer el mérito de ser una de las cocineras que más ha hecho por elevar esta receta al nivel en el que se encuentra, como una de las comidas más sabrosas y exquisitas que se pueden degustar. Teniendo en cuenta que en realidad para su preparación apenas se necesitan cuatro cosas y mucha mano, difícil resulta dar con el punto exacto, ése en el que el sabor de la carne es el deseado y no una extraña amalgama de costillas saladas recubiertas de grasa.

Verísima habla con parsimonia, deteniéndose en la conversación, como si al minuto siguiente no tuviera que ir a la cocina de su restaurante Casa Tomás y ponerse al frente de los fogones para una nueva jornada en la que poner a punto kilos y kilos de garbanzas, papas y preparar litros de rico y oloroso adobo con el que envolver la carne de cochino, que una vez frita, acabará por convertirse en la famosa carne fiesta, plato habitual de cualquier ventorrillo que se precie.

La fama de esta chef de Tegueste se ha extendido como la pólvora, sus platos son reconocidos en toda Canarias. De hecho, hay muchos clientes que van expresamente al norte de Tenerife a probar alguna de sus recetas. Verísima García desvela que cada vez que tiene que ir a La Laguna "la gente no deja de pararme por la calle, y si voy con mi marido, aún más; hay muchas señoras que lo conoce de haber trabajado muchos años en los almacenes Ramos, muy conocidos en su momento, pero que ya cerraron".

Recorrer la calle La Carrera se convierte en una tarea sin fin. Aquí y allá, la gente los para, quieren darles las gracias, hablar un rato, o simplemente anunciarles que el próximo fin de semana tienen previsto pasar por su restaurante. Y ella y Tomas Galván, su marido, sonríen, se muestran agradecidos y sobre todo felices al comprobar que lo que hacen, que lo que llevan haciendo tantos años sigue gustando a sus vecinos.

Los platos de su madre

Verísima dice que seguramente aprendió a cocinar viendo a su madre. Aunque tampoco sabe cómo ocurrió. Así, sin darse cuenta, pero teniendo claro que el milagro que hacía doña Conchita con las cuatro cosas que metía en el caldero es algo inexplicable, "es que hacía un potaje verde, con un bubanguito y unos huevos, riquísimo. Cuando Tomás venía a casa, y lo probaba, siempre me decía, éste lo hizo tu madre, y es que se notaba la diferencia".

También fue su madre la que le dio la idea de empezar a hacer los primeros platos de costillas con papas. "Es que antes, como no había neveras, me acuerdo que mis padres mataban algún cochino, y la carne la guardaban en sal, después la sacaban, la desalaban y hacían la comida. Y así empecé en el primer bar que tuvimos, preparando calderitos, para comprobar si aquello que hacíamos en casa, le podía gustar a la gente". Y el inventó funcionó.

Poco a poco, Verísima y Tomás se atreven con nuevas recetas que incorporan al menú de su primer bodegón hasta que la fama se extiende. Ya no sólo venían a su local los taxistas que esperaban clientela en el aeropuerto de los Rodeos y que se daban un salto hasta Tegueste.

A los dos años de empezar con aquel primer bar tienen que ampliar el local. Siempre ofreciendo platos de la cocina tradicional canaria, "todos los días hago potaje de verduras, los miércoles rancho y por supuesto carne fiesta y costillas".

Un sábado cualquiera, Verísima, que a sus 67 años sigue al frente de los mandos de la cocina, puede preparar hasta 150 kilos de costillas, además del resto de platos que componen su menú.

Ella dice que tal vez el secreto de su éxito radica en que cocina como si lo hiciera en mi casa, "y por supuesto mi mayor premio es cuando alguna persona me dice que le ha gustado lo que se ha comido; eso es lo mejor".

Una vez más, las buenas cocineras tienen claro que para triunfar en este oficio no sólo hay que contar con ingredientes adecuados y de calidad sino que hay que preparar el plato "con cariño, así siempre saldrá bien".

A pesar del tiempo que lleva detrás de los fogones, a esta mujer de hablar pausado, como si no existiera la prisa, le sigue encantando su trabajo, "me gusta mucho cocinar, me entretiene y me relaja", y después necesita regresar a su casa de Tegueste "saludar a los vecinos y hablar con ellos un rato, eso me encanta, y es algo que en las grandes ciudades es difícil de hacer".

Para ella pasear por su Tegueste es casi una necesidad, le da el sosiego que precisa. Cada vez que ha tenido que salir fuera de su pueblo lo extraña, en realidad no le gusta viajar, y mucho menos sufrir el estrés de los vuelos. Verísima prefiere detenerse delante de su casa, ver las flores, saludar a los vecinos. Tal vez darse una vuelta por La Laguna y después regresar a su cocina, a preparar los platos que un día, sin darse cuenta, le enseñó a preparar su madre mientras ella jugaba en la calle y por la ventana salía aquel aroma que nunca ha podido olvidar.

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