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Hernia de hiato: cuando el ácido gástrico toma el camino equivocado

"Siempre se debe empezar por un cambio en los hábitos de vida y alimentarios", señala Gustavo Pérez, especialista en aparato digestivo

Hernia de hiato: cuando el ácido gástrico toma el camino equivocado

El paso inadecuado de ácido gástrico a una cavidad no preparada para recibirlo, como es el esófago. Así puede definirse la hernia de hiato, una alteración anatómica que en una porción relevante de los casos no expresa síntomas, pero que en otros puede llegar al quirófano. Gustavo Pérez Álvarez, médico especialista en aparato digestivo, expone en las líneas que siguen las claves de la hernia de hiato, en cuya prevención resulta clave "evitar los hábitos de riesgo (tabaco, alcohol) y mantener un adecuado índice de masa corporal y una alimentación sana".

¿Qué es?

Atendiendo a la etimología, "hernia" significa la salida inapropiada de una zona anatómica, y "hiato" significa orificio de paso. Esta enfermedad consiste, por tanto, en la salida inapropiada de parte del estómago a través del hiato diafragmático, por lo que pasa de cavidad abdominal a torácica. La principal consecuencia, entre otras, es la pérdida de la capacidad de cierre adecuado del esfínter esofágico inferior, que se traduce en el reflujo de contenido ácido gástrico hacia el esófago. La forma de hernia más habitual es la conocida como "por deslizamiento" o tipo 1, en la que simplemente el estómago asciende sobre el mismo eje vertical gastroesofágico, al contrario que la tipo 2 (apenas un 5%), donde el estómago asciende en paralelo al mismo.

Síntomas

Para tranquilidad de los pacientes, hay que decir que el síntoma más frecuente es la ausencia de síntomas. La hernia de hiato se puede considerar un cambio anatómico no necesariamente patológico y que suele diagnosticarse incidentalmente en el transcurso de otros estudios, como una radiografía de tórax, escáner, endoscopias... Cuando la hernia es sintomática, las manifestaciones más habituales son reflujo, ardor, regurgitación de alimento y, en casos más severos, disconfort y dolor abdominal o torácico con las ingestas.

Prevalencia

Los estudios de frecuencia arrojan una horquilla de porcentajes muy amplia, entre el 14 y 85 por ciento de la población, según se analice en población normal (menor frecuencia) o población con síntomas de reflujo (mucho más habitual).

Precio de la longevidad

La aparición de la hernia de hiato se atribuye a un mecanismo de laxitud del ligamento frenoesofágico (cuyo cometido es mantener la unión gastroesofágica a la altura del diafragma), que se incrementa con la edad. Si bien no existe una clara relación de aumento de riesgo en función del sexo, resulta lógico pensar que a mayor edad, mayor laxitud, y la población femenina es la más longeva.

Estilos de vida

La hernia de hiato puede verse favorecida por un aumento de la presión intraabdominal, como ocurre en la obesidad. Si a esto asociamos factores predisponentes al reflujo, como son hábitos tóxicos (tabaco, alcohol), determinadas comidas que inhiben el adecuado funcionamiento del esfínter gastroesofágico (estimulantes, grasas...), lo que conseguimos al final es ir sumando a un predisponente anatómico un aumento de condicionantes para el paso inadecuado de contenido gástrico (ácido) a una cavidad no preparada para ello, como es el esófago.

Prevención y automedicación

Atendiendo a estos factores, si se evitan los hábitos de riesgo (tabaco, alcohol) y se mantienen un adecuado índice de masa corporal y una alimentación sana, en el caso de ser portadores de una hernia de hiato evitaremos sus manifestaciones. Los síntomas de la hernia de hiato son muy frecuentes (quién no ha tenido alguna vez ardor o reflujo), pero conviene distinguir cuándo pueden corresponder a una hernia de hiato o cuándo puede tratarse de otro origen. Recomiendo evitar la automedicación y consultar siempre con el médico de cabecera.

Los médicos de cabecera son los especialistas con mayor experiencia en los síntomas de la hernia de hiato, y en la mayoría de los casos pueden manejar este cuadro de forma excelente. En el caso de existir dudas sobre el origen de los síntomas, rebeldía al tratamiento farmacológico o presentar lo que llamamos "signos de alarma" (anemia, dificultad de paso del alimento u otros), así como factores de riesgo por edad y forma de debut, consultarán con un especialista en digestivo.

Tratamientos y desafíos futuros

Siempre se debe empezar por un cambio en los hábitos de vida y alimentarios. En cuanto al tratamiento farmacológico, no hay mucha novedad. Se dirige principalmente a paliar el efecto del pH ácido en el esófago mediante la inhibición del ácido gástrico. Casi siempre se utilizan inhibidores de la bomba de protones (el conocido "omeprazol" u otros de mecanismo similar), asociados o no a antiácidos, populares por aparecer en diferentes spots publicitarios. En cuanto a la opción quirúrgica, la técnica más habitual es la funduplicatura por vía laparoscópica en abordaje posterior, con excelentes resultados y mínimas complicaciones. Los avances se dirigen principalmente a aumentar el éxito a largo plazo de la cirugía, reduciendo las complicaciones y la estancia hospitalaria. Si bien esto ya se consigue con una adecuada técnica laparoscópica, ligeras mejoras en la misma y nuevos abordajes como puede ser la cirugía por orificios naturales (a través de endoscopia) supondrán probablemente un incremento del éxito y una disminución de secuelas.

Quirófano y resultados

En el caso de la hernia más frecuente, por deslizamiento, se ha de considerar la opción quirúrgica cuando no se consiguen controlar los síntomas mediante la medicación habitual y dichos síntomas son claramente atribuibles a la hernia. En el caso de hernias por deslizamiento gigante o bien hernias tipo 2 o mixtas, dado que la frecuencia e intensidad de síntomas es mayor, suelen requerir con más frecuencia acudir a la cirugía. La gran mayoría de pacientes encuestados tras una funduplicatura (85-95 por ciento) manifiesta un alivio significativo de los síntomas. Sin embargo, hasta el 65 por ciento de los pacientes operados, aun expresando mejoría, necesitan tratamiento de apoyo con fármacos y así se logra un buen control.

Dudas habituales de los pacientes

Principalmente incidiría en que si a un paciente se le detecta de forma casual (que es lo más frecuente) una hernia de hiato, en ausencia de síntomas o datos de alarma, no debe preocuparse más allá de saber que la tiene y puede predisponer a ciertas manifestaciones tratables.

También es importante resaltar que siempre se ha de consultar al médicop de cabecera la pertinencia de realizar otros estudios o la necesidad de tratamiento.

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