La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

medicina y Vida sana

El ataque de tus propios defensores

El lupus es una enfermedad problemática e incurable, pero "no impide una vida normal", subraya el internista Joaquín Morís

El sistema inmune se revuelve contra el organismo al que debería defender y surgen enfermedades como el lupus, una patología que puede llegar a afectar a numerosas partes del cuerpo y para la que no existe tratamiento curativo. Joaquín Morís, doctor especialista en medicina interna, explica en estas líneas las claves de una alteración que, adecuadamente tratada, "no impide desarrollar una vida normal".

Ataque de las defensas

El lupus es una enfermedad autoinmune. El sistema inmunitario, cuya misión es defender al organismo frente a las agresiones externas, ataca al propio organismo y es responsable del daño que se produce y de las diferentes manifestaciones que aparecen. Puede afectar exclusivamente a la piel, "lupus discoide", o a otras partes del organismo, en lo que se conoce como "lupus eritematoso sistémico". Un estudio realizado en Asturias y publicado en 2006 estimó que había 32 pacientes por cada 100.000 habitantes.

Todas las edades

Aunque afecta preferentemente a mujeres jóvenes, también los hombres padecen lupus. Puede presentarse a cualquier edad, desde los niños hasta los ancianos. Incluso en recién nacidos, como consecuencia del paso de los anticuerpos de la madre al feto, que se puede detectar durante el embarazo o tras su nacimiento. No se conoce de forma precisa su causa, pero sí sabemos que influyen factores genéticos, hormonales y ambientales. No es infrecuente la aparición de esta enfermedad en gemelos, o entre familiares de primer grado. Afecta predominantemente a mujeres jóvenes y se ha relacionado con la mayor producción de estrógenos. Factores ambientales como la exposición a la luz ultravioleta puede producir brotes de la enfermedad en pacientes susceptibles. Ninguno de ellos causa por sí mismo la enfermedad, pero puede desencadenarla.

Articulaciones, piel, sangre y riñones

Sus manifestaciones clínicas son diversas y su diagnóstico puede ser complicado. Los órganos que se ven afectados con mayor frecuencia son la piel, las articulaciones, la sangre y los riñones. En la piel produce enrojecimiento (eritema) en las zonas expuestas al sol, especialmente en la nariz y las mejillas, con una forma que recuerda una mariposa. En las articulaciones, dolor e inflamación. En la sangre puede causar anemia y descenso de los leucocitos y las plaquetas. También produce inflamación de los riñones, desde mínimas alteraciones hasta insuficiencia renal crónica. El nivel de actividad física puede verse reducido, ya que está directamente relacionado con los síntomas que hayan aparecido, especialmente con el cansancio.

Pistas para el médico

Ninguna parte del cuerpo se escapa de ser afectada por esta enfermedad, por lo que los médicos deben pensar en ella cuando un paciente tiene síntomas en varios órganos. No hay ninguna prueba que permita el diagnóstico con certeza completa, que sólo es posible tras la aparición de varias de las manifestaciones clínicas a lo largo del tiempo y de resultados positivos en estas pruebas de laboratorio.

Nivel de gravedad variable

Lo variado de sus manifestaciones hace que tenga distintas gravedades. Cuando afecta a la piel y las articulaciones suele ser más leve. En el caso de órganos internos, repercute de forma más intensa e interfiere con la vida habitual. Sólo en los casos más infrecuentes puede comprometer la vida. El embarazo puede suponer un riesgo adicional tanto para las pacientes con lupus como para sus hijos. Afortunadamente, el mayor conocimiento de la enfermedad, una atención multidisciplinar y un seguimiento estrecho durante todo el embarazo permite reducir el riesgo para ambos.

Terapias y prevención

El tratamiento se basa en recomendaciones generales y en el uso de la medicación. Es fundamental evitar la exposición a la luz solar y emplear cremas de protección total. Los mismos medicamentos que se utilizan en el tratamiento del paludismo son un pilar básico en el tratamiento de esta enfermedad. Impiden que la luz UV ejerza su efecto y reducen la actividad de la enfermedad a largo plazo. Hoy sabemos que hay que utilizar la menor cantidad posible de cortisona, por sus efectos secundarios a largo plazo. El consumo de tabaco tiene un efecto desfavorable y reduce la efectividad de alguna de las medicinas que se emplean. Es importante tener en cuenta que, al sufrir esta enfermedad, el riesgo cardiovascular se incrementa. Es necesario adoptar estilos de vida saludables, como la dieta mediterránea, el ejercicio moderado y adecuado a la situación personal, y evitar el sobrepeso.

Afrontar la situación en compañía de otros

Uno de las mayores preocupaciones en el momento del diagnóstico es como enfrentarse a la nueva situación. Puede ser complicado asumir la realidad de una enfermedad crónica para la que no disponemos de tratamientos curativos y a los interrogantes que surgen en aspectos de la vida tan importantes como el embarazo, la expectativa y calidad de vida o la interferencia con la vida familiar y laboral. Aquí es muy valioso el papel de organizaciones de pacientes como la Asociación de Lúpicos. Ofrecen apoyo y orientación, y también la posibilidad de compartir experiencias y conocer a otras personas que han pasado por las mismas circunstancias, lo que supone una ayuda y soporte de gran interés. En definitiva, permiten comprobar que padecer esta enfermedad no impide desarrollar una vida normal. Además, en colaboración con otras organizaciones similares en toda España, trabajan activamente para mejorar, en todos los aspectos, la atención que reciben los pacientes.

Compartir el artículo

stats