La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

protagonistas de la cocina tradicional canaria (16) Ifigenia Borges

La comida que no engorda

Asegura Ifigenia que nunca ha probado la carne ni el pescado. A ella sólo le gusta preparar y saborear platos que estén elaborados con cariño y con las frutas y verduras que recoge en su huerta. Por su restaurante en Las Hayas (La Gomera) ha pasado gente muy importante

A Ifigenia Borges le encanta hablar, y acercarse a cada mesa para conocer un poco más a sus clientes. Dice que son tantos años recibiendo a extranjeros, que ya tiene medio controlado el alemán. Así puede saber de primera mano lo que le cuentan estos turistas accidentales que suelen pasar por su restaurante de Las Hayas, muy cerca de Valle Gran Rey. Además, de saludarlos les explica cómo deben comerse el gofio y cómo sabe mejor el mojo rojo que prepara con tanta delicadeza. Eso hizo también cuando estuvo por allí la canciller alemana Ángela Merkel: "Entró como una más, muy amable, y comió como todos. Me dijeron que le gustaba mucho hacer caminatas, y por eso vino por aquí". La canciller quiso disfrutar con los platos que elabora Ifigenia Borges desde hace cincuenta años.

El ministro de Defensa alemán le dejó su tarjeta en reconocimiento al buen trato y a la excelente comida. Aunque ella insiste en que allí a los clientes se les trata a todos por igual.

Esta mujer de apariencia frágil llama la atención por su estilizada figura, pero de inmediato ella deja claro que está fuerte como un roble, sólo hay que verla, todo el día sin parar, y con esa sonrisa que acompaña sus historias sobre La Gomera de antes y la de siempre.

Una simple venta

Como la mayoría de mujeres de su generación, aprendió a cocinar mirando lo que hacía su madre, Concha Hernández. Y como a su padre no le gustaba la carne, en su casa tuvieron que acostumbrarse a degustar platos hechos sólo con los productos de la huerta. Ifigenia ha mantenido esta tradición y sus recetas no contienen ni carne ni pescado, "y mira cómo estoy", sostiene, para que todos tengan claro que su comida no sólo está rica sino que es muy saludable: "Como estos platos no hay, y si quieren comer carne o pescado, eso lo encuentran en cualquier esquina".

Con el tiempo, todo el mundo en La Gomera terminó por conocer la casa de Ifigenia y su famoso puchero de verduras acompañado de gofio, mojo y ensaladas frescas. Pero antes, cuando empezó con este negocio junto a su marido, apenas se dedicaban a vender "cositas, era una venta de esas de toda la vida en las que se podía comprar lonas para caminar, petróleo para rellenar los quinqués y los faroles y sombreros para cuando arreciaba el sol." Después empezaron a venir por su casa los ingenieros de montes del Parque de Garajonay, "por aquí no había ningún restaurante, sólo las tienditas en las que se ofrecía vino y gofio, entonces nosotros empezamos a darles de comer, la comida que preparaba para los de mi casa, puchero de verduras, gofio, mojo, potaje de berros, y ellos se quedaron encantados".

A partir de entonces, Ifigenia Borges decidió ampliar el negocio, y aquella pequeña venta se transformó en un restaurante de cocina tradicional y marca registrada.

Los comienzos no fueron fáciles sobre todo porque resultaba difícil llegar hasta Las Hayas: "No había carretera, ni luz eléctrica, ni agua, ni teléfono ni nada de nada. Después ya asfaltaron el camino y empezó a venir la gente de Hermigua, Agulo y de Vallehermoso; y después aparecieron los extranjeros".

Lo que no ha cambiado a pesar de los años es el menú. Ifigenia Borges sigue ofreciendo sus potajes de berros, sus caldos de verduras, esas que se encarga de ir a buscar a sus huertos, el que está junto a su casa y uno más grande que tienen por Valle Gran Rey.

En su establecimiento también ofrece una rica variedad de postres, "golosos sí que somos, hacemos un flan de almendras que a la gente le encanta".

En Estados Unidos

Ifigenia se ha convertido en un personaje famoso, no sólo en su Isla. Su imagen ha salido en varias publicaciones de Alemania, en Bélgica, Inglaterra y en el New York Times.

Hace unos años, en un artículo publicado por el periódico El País se hacía referencia a un lugar especial: "Desde la cumbre del Garajonay al Atlántico es casi un pecado perderse el espectáculo de montañas y barrancos.", y en medio de ese entorno recomendaba acercarse hasta Las Hayas para comenzar degustando una tapa con almogrote, "una pasta acompañada con pan que se elabora con queso gomero de cabra y mojo, a base de aceite, ajo y pimienta picona (que no guindilla). Precedente de un buen puchero de verduras en Casa Ifigenia".

Todos los que pasan por su casa quedan encantados con la amabilidad de Ifigenia, y con las historias que cuenta. Su abanico es tan amplio que resulta sorprendente. Puede narrar algunas de esas aventuras divertidas que les ha pasado con los periodistas, como el día que la grabaron para una televisión y tuvo que ir a ordeñar vacas, "y después de llenar el cubo me dijo el chico que ordeñara una cabra. Mira, puse el banquito delante del animal y la cabra que se echa a correr", se ríe Ifigenia recordando aquel día lleno de anécdotas, en las que no paró de reírse con las ocurrencias que a veces tienen los reporteros. Después, casi como si fuera una actriz de cine, tuvo que ir al campo a arrancar coles, zanahorias, lechugas, "y todo eso lo sacaron; ese día acabé loca con tantas fotos".

Orgullosa de Las Hayas y de La Gomera, ella no para de animar a todo el mundo a que venga a darse una vuelta por esta Isla, "y que pasen por mi casa, que yo les explico cómo se debe comer un buen puchero natural, con los ingredientes de mi huertita, y verán cosa buena".

Compartir el artículo

stats