Si es usted el orgulloso propietario de un flamante televisor de alta definición, de esos que los modernos llaman Full HD, quizás le conviene saber que pronto su maravilla tecnológica pasará a estar obsoleta, a ser una reliquia más digna de un museo que del salón de su hogar.

Y es que, querido lector, los televisores 4K -o lo que es lo mismo, la Ultra Alta Definición- no solo están aquí, sino que por primera vez son una palpable realidad y no un quimérico sueño. Pese a que las teles 4K se están comercializando desde 2012, la falta de contenidos con dicha resolución hacían que no fueran más que un alarde tecnológico cuya inversión no merecía en absoluto la pena. Es como si mañana usted se comprara un Ferrari capaz de alcanzar los 300 kilómetros por hora para no poder pasar de 120 en la autopista... Su Ferrari y usted necesitan un circuito.

Ese 'circuito' empieza a estar al alcance de todos, y se llama fibra óptica. Una imagen en resolución 4K es cuatro veces mayor -de ahí su nombre- que una en resolución Full HD. Eso supone cuatro veces más información. Y si de vídeo se trata, la cantidad de datos que contiene, pongamos por caso, una película en calidad 4K es descomunal. Nos haría falta un disco duro de 500 Gb. para meter una película, por lo que es casi inviable. Esto se debe a que una hora de vídeo en resolución 4k supone como mínimo 318 Gb de datos. Con las conexiones de ADSL es imposible ver en streaming un vídeo en 4K, pero con la fibra óptica que empieza a verse en los hogares españoles la cosa cambia. Y mucho.

Ahora que tenemos el Ferrari y el circuito, nos hace falta un buen conductor para hacernos disfrutar al máximo. Y ese fuera de serie del volante digital -en realidad es una pareja- son Mr. Smartphone y el señor Vídeo Bajo Demanda.

Cada vez más teléfonos móviles tienen cámaras capaces de grabar vídeo en calidad 4K, y realmente la diferencia es brutal. Poder disfrutar de vídeos familiares con semejante nivel de detalles provoca una sensación casi irreal, como si estuviéramos viendo una obra de teatro y no una pantalla de televisión.

Plataformas como Netflix ofrecen ya contenidos en Ultra Alta Definición y la experiencia es ciertamente sobrecogedora. Poder ver series como Daredevil en 4K es como sentir que en cualquier momento un puñetazo se va a escapar y te va a impactar en todo el mentón.

Y entonces surge la duda: ¿qué televisor me compro? Ninguno. A día de hoy todavía no merece la pena por la falta de contenido. Pero a lo largo de este año se podrán disfrutar nuevos contenidos 4K -como MotoGP, que hará pruebas-, y eso cambia las cosas. Y si usted se pregunta qué marca le conviene más, le diré que tras probar varios modelos de LG, Samsung y Sony, la diferencia la van a marcar el precio o la calidad de sonido. La imagen es igual de perfecta en todos ellos.

Y ahora toca volver a la realidad sin 4K.