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El gimnasio, gran aliado contra la artrosis

La actividad física regular en personas sénior mejora la salud, la capacidad funcional y la calidad de vida

El gimnasio, gran aliado contra la artrosis

Hacer deporte y llevar un estilo de vida activo no entiende de edades. Y los múltiples beneficios que esto reporta, tampoco, especialmente para aquellos que superan los 50 años o los que empiezan a tener "achaques" de salud. Nunca se es ni se será mayor para estar en forma.

A medida que las personas envejecen se producen evidencias de modificaciones y alteraciones en su estado de salud física y psicológica. Estos cambios son progresivos e inevitables, pero se ha demostrado en varias investigaciones que el ritmo de degeneración se puede modificar con la actividad física. Es decir, el ejercicio puede ayudar a mantener o mejorar la condición física, el estado mental y los niveles de presión arterial.

El fomento de la práctica de deporte en las personas senior es esencial para disminuir los efectos del envejecimiento y salvaguardar la capacidad para moverse, ya que uno de los factores característicos de la vejez es, precisamente, la disminución de la actividad física.

Los ancianos, y los no tanto, deben mantenerse activos en su vida cotidiana. En casos de artritis severa, limitación en la movilidad articular, amputación de miembros o problemas de locomoción, las afecciones se ven notablemente reducidas si se evita llevar una vida sedentaria.

Los datos son claros. El grupo de edad más numeroso en el siglo XXI será el de los mayores de 65 años, personas cuya capacidad disminuye a medida que decae su actividad física diaria. Sin embargo, gran parte de este deterioro se puede corregir fácilmente con ejercicio y actividad física. Mejoran la salud, la capacidad funcional, la calidad de vida y la independencia. Tanto la calidad del hueso como la fuerza muscular, la elasticidad, el sistema inmunológico o la eficacia cardiorrespiratoria mejoran considerablemente. Aumenta la memoria y se reduce el riesgo de padecer depresión, ansiedad y estrés.

Y aún hay más. Un estudio del Instituto Karolinska (Suecia) constató que el ejercicio físico disminuye el riesgo de padecer cualquier tipo de demencia en la vejez y puede reducir hasta en un 40 por ciento el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular. Asimismo, mejora la composición corporal -ayuda a controlar la tensión-, junto a una dieta cardiosaludable, reduce el riesgo de contraer diabetes tipo 2 y disminuye las cifras de colesterol en sangre y la grasa total del cuerpo.

Los gimnasios son el lugar perfecto para estar en forma. A sus múltiples actividades destinadas a público de todas las edades, se les unen otras destinadas a los mayores. Y si se acude a uno que facilita el trato y la atención personalizada, los beneficios se verán multiplicados y potenciados notablemente. Existe multitud de ejercicios físicos apropiados para todas las personas a cualquier edad, siempre y cuando no se realicen de manera excesiva en términos de peso ni de carga de tensión, tanto general como localizada.

La cuestión más destacable es saber incorporar la actividad física al estilo de vida que tienen las personas mayores, por eso se buscan deportes que ofrezcan alegría y diversión, que es la mejor manera de que los practiquen correctamente y sintiéndose a gusto. La edad no debe ser un obstáculo para practicar deporte, ya que cuanto más tiempo y esfuerzo inviertan en conservar y aumentar su capacidad de movimiento, más disfrutarán de una mayor independencia y vida social.

Las actividades físicas más convenientes son los ejercicios de tipo aeróbico (a intensidad baja o moderada), por su menor exigencia cardiovascular, y es importante hacer hincapié en los trabajos de estiramiento, movilidad y flexibilidad, frente a los de resistencia. También la bicicleta, al aire libre o estática; caminar, tai-chi, yoga, natación o los diversos tipos de gimnasia, como de mantenimiento, aeróbic o bailes.

En cuanto a la frecuencia, se recomienda una actividad física regular (de 3 a 4 veces por semana), de duración moderada (de 20 hasta 30 minutos) y de una intensidad suficiente (del 70 al 85 por ciento) para obtener efectos de acondicionamiento, minimizando los riesgos de la actividad física

La vida sedentaria tiene los días contados. Sólo hay que acudir al gimnasio de confianza y comenzar a disfrutar. Los resultados no tardarán en notarse.

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