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Vértigo en el mundo de la industria del disco

Martin Scorsese y Mick Jagger producen 'Vinyl', la serie de HBO candidata a ser el drama televisivo de culto del próximo lustro

Scorsese y Jagger, en la presentación de 'Vinyl'. LP / DLP

En el largometraje piloto de la serie televisiva de HBO, Vinyl, dirigido por Martin Scorsese, Devon (Olivia Wilde), la esposa del ejecutivo discográfico Richard Finestra (Bobby Cannavale), confiesa en la fiesta de cumpleaños de su marido, ante una multitud de amigos y socios en el negocio de la música, que él y ella jamás estuvieron en el festival de Woodstock.

Tenían pases VIP pero era su primer aniversario y estaban tan enamorados que decidieron quedarse todo el día en la cama. Los compañeros de trabajo de Ritchie le preguntan escandalizados por las historias que tantas veces contó: ¿Qué fue de aquel guitarrazo con el que Pete Townshend sacó del escenario a Abbie Hoffman?, o del porro que supuestamente se había fumado detrás del escenario con Alvin Lee después de I'm Going Home. Finestra, que no está dispuesto a ceder un ápice, responde: "¿Qué queréis de mí. Cómo iba admitir que pasé de Woodstock? Hubiera perdido toda mi credibilidad".

Se trata de uno de los momentos de la película de casi dos horas de duración que mejor resume la mentira en que se ha convertido la industria discográfica y del espectáculo. Vinyl, que producen el propio Scorsese y Mick Jagger, y que presumiblemente se convertirá en el drama televisivo de culto del próximo lustro, llega en un momento en que el rock and roll es ya una leyenda y en el que la leyenda hace tiempo que se ha convertido en mercancía.

En el arranque de este primer episodio, Scorsese y su guionista, el gran Terence Winter (Los Soprano, Boardwalk Empire), utilizan la voz en off característica de Uno de los nuestros, para que Finestra explique, antes de empezar a contar su vida, que cuando él comenzó al rock and roll se le definía como "dos judíos y un espagueti grabando a cuatro negratas en una sola pista".

Transcurría la década de los cincuenta. Veinte años más tarde, Finestra, dueño de una compañía discográfica, no encuentra mejor explicación para el declive del negocio que su nariz y todo lo que se ha metido en ella. Una carrera, como el propio protagonista admite, distorsionada por "la pérdida de neuronas, la autocomplacencia y quizá unas cuantas gilipolleces". En Vinyl, sobreviven los ecos de la película El Lobo de Wall Street, en ocasiones hasta el paroxismo, como las secuencias del legendario Mercer Arts Center, de Nueva York, que no desvelaré para no destripar la trama.

La discográfica, American Century, es una cáscara apetecible para los inversores que pretenden absorberla y que sólo oculta el fracaso, el despilfarro y la mala gestión. Sin embargo, Finestra se apresura a negociar su salvación y el futuro de su familia con los directivos alemanes de Polygram, cuando esta era una filial de la Deutsche Grammophon. Para ello depende, nada menos, de que Led Zeppelin acepte la inclusión en un catálogo depauperado. Lo dan por hecho e incluso bromean con Hindenburg, padre del dirigible. Pero los Zeppelin se resisten.

Con un reparto que incluye, además de a Cannavale y Olivia Wilde, a Ray Romano y Juno Temple, y una estética que mezcla personajes de ficción con actores que interpretan a estrellas de la música en la vida real (como son los casos de David Bowie, Elvis Presley, New York Dolls, Warhol y Lou Reed), la serie no se detiene en costes y ambición. HBO ha querido protegerse frente a sus competidores de cable, Showtime y Netflix y su servicio de streaming, dispuestas a seguir explotando el filón de las historias ambientadas en los sesenta y los setenta del siglo pasado. De hecho entre el Don Draper, de Mad Men, y el Richard Finestra, de Vynil, alguien podría establecer cualquier paralelismo.

De que la narrativa de esta última y ambiciosa serie se traduzca en algo convincente se encargará Terence Winter, toda una garantía. La música, sobre la que gira Vinyl, es algo que concierne al propio Scorsese. Big Martin explicó no hace mucho en la Asociación de Críticos de Televisión que para alguien que, como él, ha crecido con el rock and roll el primer significado de la vida es verla a ella misma tocando música a su alrededor. El objetivo de Vinyl, añadió, "es que la música se convierta en parte de la narrativa, pero toda la narración es en realidad una pieza musical".

Como demuestran The Last Waltz, el documental filmado sobre The Band, Shine a Light, acerca de los Rolling Stones, y la banda sonora de algunas de sus grandes películas, el rock y el blues no han dejado jamás de zumbarle en los oídos. El mismo zumbido amplificado que proyecta, como si se tratara de un cohete disparado por un cañón, Vinyl, recién estrenada.

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