Los míticos combatientes protagonistas de las grandes películas de acción abrieron paso en las últimas décadas a las artes marciales en la sociedad y a toda la cultura que ya existía alrededor de estas, incluyendo el entrenamiento y la dedicación para dominar unas prácticas que día a día van ganando más adeptos gracias, en parte, a sus numerosos beneficios tanto a nivel físico como mental a cualquier edad.
Es muy probable que, al referirse a las artes marciales, la idea que se cree en la cabeza sea la de practicar ciertos golpes o patadas continuamente. No obstante, el entrenamiento es un poco más complejo, lo que hace de esta actividad un ejercicio más integral. Los expertos aseguran que la clave está en la disciplina. Cuando uno se compromete, en mayor o menor medida, con un arte marcial, debe ser consciente de que no basta con practicar algunos movimientos o golpes, sino que también es necesaria una rutina de calentamiento, así como la práctica de ciertas actividades que pueden incluir desde el trote o carrera hasta ejercicios con pesas para ganar fuerza. Por esto, las artes marciales generalmente son consideradas una actividad física mixta. Hay algunas que incluso combinan ambos tipos de ejercicios -tanto aeróbico como anaeróbico- en una sola sesión, lo que favorece a distintos sistemas del cuerpo. En general, practicar un arte marcial reporta numerosos beneficios tanto físicos como mentales, promoviendo un saludable equilibrio.
Uno de sus principales efectos es que estimula la producción de masa muscular. El ejercicio de impacto al que una persona se somete cuando practica artes marciales, desarrolla su fuerza muscular, lo que a su vez también mejora el metabolismo, al requerir de más energía en reposo. Las artes marciales también aumentan la capacidad pulmonar, de forma que el cuerpo se vuelve más eficiente en cuanto a la oxigenación se refiere. Puede ser beneficioso para controlar condiciones como el asma y otras enfermedades respiratorias siempre que su médico lo autorice. Otro de sus beneficios es el control del peso corporal al promover la pérdida mediante el gasto de energía en forma de calorías, ya que el ejercicio también es en parte cardiovascular. A esto debe unirse que fortalece los huesos, ya que el ejercicio de impacto ayuda a fijar el calcio en estos, fortaleciéndolos y previniendo posibles condiciones futuras como la osteoporosis; reduce los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos -al mejorar la función del hígado y metabolismo en general, se nota una reducción en los niveles de glucosa y lípidos en sangre, lo cual incluso puede prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades degenerativas.; y, en líneas generales, aporta salud, ya que casi todos los sistemas del cuerpo se ven beneficiados por la práctica de las artes marciales, desde la función del hígado hasta las articulaciones, mejorando así la condición física.
En cuanto a los beneficios psicológicos, las artes marciales ofrece numerosos, favoreciendo la calma y la relajación y elevando el ánimo. Entre otros, reduce el estrés diario y previene la ansiedad, promueve la concentración, mejora la capacidad de reacción, siendo más capaces de responder ante los estímulos físicos o mentales; y ayudan al desarrollo cognitivo. El aprendizaje de los movimientos que se ven involucrados en las artes marciales favorecen la formación de nuevas conexiones neuronales, previniendo así el desarrollo de enfermedades degenerativas de la función cerebral, tales como el alzheimer -incluso las personas con Enfermedad de Parkinson pueden verse beneficiadas con su práctica.
Son numerosos los tipos de artes marciales que pueden practicarse en gimnasios y centros especializados. Entre los más destacados y demandados está el Kick-boxing, el Muay Thai, el Tai- Jitsu, o el Tai-el Shorinji-Kempo. Las opciones son múltiples y variadas. Los beneficios, también.
