Un grupo de jóvenes del barrio de Schamann en Las Palmas de Gran Canaria unen sus fuerzas y crean un grupo alternativo, comprometido, capaces de detenerse en letras prodigiosas de poetas canarios y aparece Magma 12. Después lo que suele pasar en aquellos años, la mayoría tiene que marcharse a La laguna a seguir con sus estudios universitarios, y las bandas se rompen.

Precisamente será la Universidad de La Laguna la que acoge a principios de los años setenta a una serie de grupos que se aúnan en torno a lo que llamó `Nueva Canción Popular Canaria`. Resulta fácil distinguirlos, en sus letras se percibe una gran carga social, y un marcado acento de la identidad y sentimiento canario.

A medida que se va consolidando este fenómeno, apare- cen diversas corrientes, desde las que mantienen una mirada más universal a los enfoques más nacionalistas y también independentistas.

Uno de los integrantes de Magma 12 fue Manolo Grimaldi, que también formó parte de Surco, una formación de tendencia folk y que hizo popular el tema: El son del desahucio, una composición que ahora volvería a estar de plena actualidad.

En La Laguna traba amistad con otros grancanarios como Juan Luis García, Mercedes Rodríguez, nieta del famoso alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Rodríguez Doreste y junto a su amigo Javi Moreno crean Palo, un grupo que versionaba poemas y con el que llegaron a recorrer el archipiélago.

Durante estos años se hace fuerte esta generación de nueva canción popular a través de grupos como Taburiente. También aparece Garoé, Canto 7, Chácara, Pluma y Voz..., y de cantautores como Juan Carlos Senante, Vicente Umpiérrez, Suso Junco, Pepe Paco, Ángel Cuenca, Juvenal, Juan M. Santana, entre otros.

A comienzos de los años ochenta, el movimiento pierde fuerza, si bien aparecen otros nombres que llegarán a situarse en un lugar de privilegio como Taller Canario de la Canción, y cantautores como Marisa, Alberto Cañete, Lito, o Calcines

Posteriormente, en la segunda mitad de los noventa, Rosana Arbelo y Pedro Manuel Guerra se sitúan entre los cantautores más destacados dando el salto a la península como creadores de enorme éxito.

En esta lista apresurada de nombres sería injusto dejar de reconocer el papel esencial de formaciones más vinculadas al folclore y que también aparecieron en estos años como el grupo Mestisay con Olga Cerpa o la magia que imprime al timple Benito Cabrera, el Colorao y el desaparecido José Antonio Ramos.