Pedro A. Reyes Moreno es profesor en el CIFP Cruz de Piedra, periodista deportivo y desde hace apenas dos años fotógrafo aficionado, aunque sus instantáneas parecen de profesional consagrado y veterano. En agosto de 2015 se compró "una cámara fotográfica normalita" y se puso a recorrer todos los rincones de Canarias, los 88 municipios de las siete islas más La Graciosa.
Las imágenes que se exponen en estas páginas son el resultado de su aventura. Actualmente expone una muestra de fotos de los 21 municipios de Gran Canaria en el centro comercial Las Arenas.
Es un fotógrafo compulsivo que dispara a ritmo de ametralladora por simple intuición. "La crisis económica hizo que dejara los viajes a la península y el extranjero, centrando mi tiempo de ocio, que los suelo pasar conociendo lugares, a visitar todas las islas canarias. Soy un amante de ir por ellas, tratar de conocerlas un poco más, con tranquilidad, sin prisas, para saborear cada lugar", afirma Pedro Reyes. Desde 2008 comenzó a recorrer las islas. Poco a poco se fue abriendo ante sus ojos una visión diferente de Canarias, distinta a la que tenía. "Comencé a ver cosas espectaculares en sitios, en muchos casos no turísticos, que no salen en las guías de viaje y de las que apenas se habla. Aprendí que en todos los 88 municipios de las islas hay cosas que ver, cosas que disfrutar, lugares que sentir, pero hay que ir con ganas de verlo", cuenta.
"Constaté que los isleños no conocemos nuestras islas y, la verdad, me dio un poco de tristeza; pero no solo no conocemos todas las islas, sino incluso la propia, la de nacimiento o donde vivimos y eso es aún más penoso", afirma Reyes. "Hay islas donde, por ejemplo, la gente del norte te dice que no van al sur porque no se les ha perdido nada allí, y viceversa, y eso me parece increíble".
En agosto de 2015 se impuse el reto de visitar y fotografiar todos sus municipios. "Me compré en esas fechas una Canon 1200, una réflex para principiantes, de coste modesto, unos 240 euros. Iba por las islas con pasión y cariño por ellas", dice ahora. Lo que comenzó como un viaje de prueba por todas las islas se repitió en dos ocasiones, "porque después de cada viaje tenía la sensación que me había perdido muchas cosas y, la verdad, tenía razón. Así fue, cada viaje es diferente, era una nueva aventura y veía cosas nuevas, aunque pases y pares en los mismos lugares". "Soy grancanario y muy orgulloso de ello pero ante todo soy canario, defenderé y promocionaré a mis islas, sus bellezas, sus encantos en todos los lugares donde vaya y defenderé que Canarias es mucho más que sol y playas", explica Reyes.
El continente en miniatura
"Aunque este eslogan publicitario de Gran Canaria, continente en miniatura, suena a frase creada por un experto en marketing, nada más lejos de la realidad. El hecho de ser una isla situada geográficamente en el centro del mapa del Archipiélago, le da todo tipo de paisajes en unos kilómetros y pocos lugares del mundo pueden decir lo mismo", afirma Reyes. "Al margen de los lugares turísticos habituales, Gran Canaria es mucho más que la Playa de las Canteras o las Dunas de Maspalomas; la Iglesia de Arucas, el Roque Nublo, pasear por Vegueta, visitar Tejeda, Teror o el Puerto de Mogán".
"A mi me encanta y me apasiona un recorrido que comienza marchándonos al norte, tomar café a la zona peatonal de Arucas, seguir hacia el centro de Santa María de Guía y disfrutar unos minutos de ese lugar y dar una vuelta a la plaza de Santiago de Gáldar. Si se puede contemplar la Cueva Pintada ya sería un lujo", cuenta.
"Dejamos Gáldar y subimos hacia Artenara, pero nos desviamos hacia las tres presas: Los Pérez, Lugarejos y las Hoyas. En otoño, hacerlo es un placer para los sentidos", relata. "Contemplar la presa de Lugarejos y sus alrededores, con una variedad de verdes de diferentes tonalidades que nos hacen transportarnos hacia otro mundo. Antes de llegar por la estrecha y angosta carretera hay que parar para disfrutar del Valle de Agaete desde las alturas, una vista que sorprende", relata. "La parada en Artenara y almorzar es obligatoria antes de irnos uno minutos a Tamadaba, aunque sea para contemplar el noroeste de la isla desde mil metros de altura. A la vuelta bajamos hacia La Aldea de San Nicolás y por el camino nos deleitamos con las presas que nos encontramos, destacando la del Parralillo que deja en lo alto al Carrizal de Tejeda".
"En La Aldea, es un disfrute merendar a la orilla de su costa y en el regreso saborear los acantilados de la costa oeste de Gran Canaria. Es una gozada para los sentidos, dejando para otra ocasión una visita al barranco de Guayedra y su playa"., encadena. "La otra ruta de las presas y sus alrededores, como son las de Soria, las Niñas y Chira, es otro paseo que se debe hacer sin disculpas, en especial si ha llovido y tienen bastante agua. Las imágenes nos embauca y nos hace olvidar donde estamos".
"Ir al Pico de las Nieves al atardecer y contemplar la puesta de sol con los majestuosos Roque Nublo y el Bentayga, además del Teide al fondo vigilante, es apto para gente sensible. Una experiencia única".
"Deleitarnos con las cascadas de algunos barrancos como Azuaje en Firgas, los Cernícalos o el Risco de Agaete con el Charco Azul, son un cúmulo de sensaciones que nos transportarán a otro mundo, así como pasear por el casco urbano de Santa Lucia de Tirajana y sus barrios. Esta experiencia, que me sorprendió por su belleza, jamás se olvidará, sobre todo porque no es habitual", concluye.
Y remata: "Subir a la Montaña de Artenara, que poca gente sabe dónde está. Pasear por el barrio de San Francisco en Telde, Temisas o Fataga es algo único, no dejen de hacerlo, tomen nota en sus agendas, así como por los barrios de Moya, Valleseco , Altos de Guía o la costa de Gáldar, llena de piscinas naturales. Hay otra Gran Canaria para disfrutar, solo hay que desearlo? y hacerlo".
