La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

"La situación de tensión con Rusia no es buena para nadie"

"Hay que dominar las emociones y partir de la base de que el grado de violencia del terrorismo yihadista en las sociedades musulmanas es mayor que en las nuestras", afirma el Coronel José Pardo de Santayana

"La situación de tensión con Rusia no es buena para nadie"

Atentado en Manchester y se ataca a menores de edad.

No es un fenómeno nuevo. Por su crueldad, por su extremismo, este terrorismo está dejando perpleja a Europa. Pero no es nuevo; es similar a los ataques que se están produciendo desde 2013. Es asombrosa la capacidad de convocatoria del Daesh, todo lo que está calando tanto en gente joven que vive en Europa como en los conversos, personas que no procediendo del mundo no musulmán se han convertido y han aceptado esa llamada a la inmolación, al sacrificio. Es una evolución hacia una mayor crueldad la que se está produciendo desde Al Qaeda al Estado Islámico o Daesh.

Estos ataques están generando un enorme desafío dado que muchos de los terroristas estaban ya fichados y, luego, están los llamados 'solitarios'. ¿Cómo se pueden afrontar estos desafíos desde la perspectiva de la legalidad y la libertad?

Pero es que la cantidad de personas que son vigiladas es muy alta y con las garantías del estado de derecho, no se puede tomar medidas contra ellos solo sobre la base de una duda, de una sospecha. Además, tampoco se puede acorralar a una sociedad entera. De hecho, uno de los peligros del avance del terrorismo es que las personas de religión musulmana se sientan cercadas por la sociedad occidental. Pero eso es lo que busca el terrorismo: una fractura dentro de sus sociedades y nuestras sociedades entre el mundo occidental y el mundo de religión musulmana. Todo aquello que ahonde en la fractura favorecerá el terrorismo. Es muy importante no culpar del terrorismo a la religión musulmana porque de esa manera estaremos siguiendo el juego de los terroristas.

Lo que pasa es que después de un atentado como, por ejemplo, el último de Manchester la opinión pública tiende a señalar a los musulmanes cuando los terroristas son un grupo muy minoritario que no representa a esa religión.

Efectivamente, son grupos muy minoritarios que no representante al mundo musulmán. Pero, además, el terrorismo no surge con el Estado Islámico ni está asociado al Islam; es un medio terrible para conseguir unos fines y que nosotros hemos tenido en el seno de nuestras propias sociedades. Hay que dominar las emociones y partir de la base de que las propias sociedades musulmanas son las primeras víctimas del terrorismo. Incluso, el grado de violencia del terrorismo yihadista en sus sociedades es mayor que en las nuestras. Por tanto, compartimos un enemigo común, porque el terrorismo también es enemigo de las sociedades musulmanas.

El principal bastión de los extremistas del Daesh está ahora mismo en Siria pero, ¿cómo está la situación?

En este momento, la organización militar del Estado Islámico en Siria está siendo derrotada y, por tanto, su control territorial. Eso podría dar una oportunidad a todos los países víctimas del terrorismo para intentar aprovechar esa derrota para que la moral de esa organización y, en consecuencia, su capacidad de convocatoria pierda fuerza. Pero es un hecho que hay que partir de la base de que tienen una capacidad propagandística y de transmitir sus mensajes radicales extraordinaria. Y esos mensajes son abrazados por algunas personas que son capaces incluso de sacrificar sus vidas.

¿Es optimista con respecto a una victoria final sobre esa amenaza constante?

A largo plazo, las sociedades vencerán a ese radicalismo yihadista pero esas sociedades tienen que tener resiliencia y no caer en la provocación del terrorismo. Pero también necesitan una gran unidad de acción no solo dentro de las sociedades de los países occidentales, sino de esos países con los musulmanes, para combatir este fenómeno de forma conjunta y no caer en la provocación que ese terrorismo está buscando.

¿Hay algunos analistas que consideran que la intervención ilegal de Estados Unidos y algunos aliados en Irak, que provocó miles y miles de muertes, fue el caldo de cultivo del Daesh?

Al Qaeda nació en el contexto de la intervención en Afganistán y Daesh surgió en el contexto de los conflictos de Irak y Siria. No cabe duda de que el interés de todos aquellos que quieren luchar contra el Estado Islámico es enfriar esos conflictos y evitar que se repitan situaciones similares que provocan una gran desestabilización internacional.

¿No cree que se deberían sacar conclusiones autocríticas para evitar intervenciones como la de Irak, que como dijo el mismo exprimer ministro británico Tony Blair se hizo con justificaciones falsas?

Hay que ver la historia, hay que analizar cómo ha evolucionado y hay, por supuesto, que aprender esas lecciones para combatir mejor al Estado Islámico. Yo creo que no es bueno mirar al pasado con idea de buscar culpables, porque eso rompería la unidad de acción. Lo que hay que hacer es aprender las lecciones y saber qué estrategias hay que desarrollar. Se necesita mucha unidad, dentro de las sociedades y entre los países, y todo lo que distraiga la búsqueda de esa unidad será negativo. Es muy fácil decir: 'Mire, usted se equivocó porque como consecuencia de esa decisión ocurrió lo siguiente'. Pero cuando se tomaron esas decisiones no se sabía cuáles podían ser las consecuencias. Las conclusiones se tienen que sacar para construir un futuro mejor, no para tirarnos los trastos a la cabeza unos a otros.

Analizar las llamadas primaveras árabes es muy complejo, porque cada caso tiene sus propias particularidades, pero lo cierto es que lejos de lo que se pensaba han traído más inestabilidad. ¿Por qué cree que ha pasado? Ahí están Siria, Libia, Egipto...

La primavera árabe ha demostrado que el mundo occidental tenía una visión excesivamente optimista de sus consecuencias. Y los éxitos del fin de la Guerra Fría y de la expansión de la democracia por el mundo, que representó aquella famosa idea del "fin de la historia", de Francis Fukuyama, ha demostrado que tiene un efecto contraproducente. Nos han faltado actitudes prudentes para no solo avanzar en esta evolución, sino consolidarla. Se creía en las primaveras árabes que iba a ser un fenómeno que se iba a expandir de forma natural. Pero hay peligros asociados que quizás no se vieron con demasiada claridad. La primavera árabe es un ejemplo. Sociedades con muchos problemas y con una enorme complejidad para abordar su modernización o su democratización no pueden ser sometidos a procesos tan bruscos, sino que conviene hacerlo de una forma prudente. Ahora sabemos que es muy difícil que la democracia avance solo desde la calle, desde las plazas, y que es importante apoyar los estados y sus procesos de modernización. Una consecuencia de esa primavera árabe fueron los conflictos de Libia y Siria. Pero ahora hay que apostar por la estabilidad, por la paz y solo cuando avancemos en esa dirección será cuando se podrá avanzar en otras direcciones, como en la democracia y el respeto de los derechos humanos. Donde hay guerra no hay respecto a los derechos humanos ni democracia.

Usted es un experto sobre los asuntos relacionados con Rusia. De hecho, habla ruso. ¿Qué opina de la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de Estados Unidos que eligieron a Trump como presidente o en otras elecciones en Europa?

La situación de tensión con Rusia no es buena para nadie, ni para ellos ni para nosotros. El mundo occidental debe buscar una fórmula para apaciguar ese grado de enfrentamiento. Rusia como enemigo es muy peligroso y Rusia como socio o aliado es difícil. Es una sociedad con otras estructuras y perspectivas distintas, que tiene una posición geográfica muy excéntrica de Europa y tiene el problema histórico geopolítico de acceso al mar. Pero los líderes rusos han dejado claro que quieren entenderse con Europa. Esta política agresiva de Rusia tiene un trasfondo defensivo de intentar forzar el entendimiento. Lo están buscando de hecho en Siria.

Pero esa intervención en procesos electorales no es precisamente una señal de que Rusia tenga una buena predisposición. Estamos hablando de un presidente, Donald Trump, que ha admitido que ha pasado información reservada a los rusos.

Sí, es verdad. El desarrollo de la tecnología de la comunicación permite que se puedan utilizar una serie de técnicas que pueden tener influencia en procesos electorales. Yo no puedo ir más allá de lo que he leído en la prensa pero es un argumento más para buscar el entendimiento y no la confrontación. El mundo será mucho mejor si hay entendimiento con Rusia que si no lo hay.

Parece, en cualquier caso, muy complicado porque hay muchos frentes de confrontación: Crimea, Ucrania, Siria, Polonia, las interferencias en las elecciones...

El mundo multipolar es mucho más difícil de gestionar que el mundo unipolar que trajo el fin de la Guerra Fría. Pero hasta en la Guerra Fría, con la amenaza nuclear y el elevadísimo grado de confrontación que tuvo, se llegó a una solución en el proceso de Helsinki. Habrá que volver a tener paciencia.

Pero quizás el mayor desafío actual es Corea del Norte.

Es una de las grandes crisis de nuestro tiempo. No cabe duda de que la actitud del régimen de Corea del Norte es muy peligrosa y que está de por medio la amenaza nuclear y la provocación constante. Pero es una razón más para el entendimiento entre las principales potencias. El problema coreano no se podrá resolver de espaldas a China y en confrontación con Rusia.

Canarias está relativamente cerca de una zona caliente, el Sahel, donde actúan diferentes grupos extremistas. ¿Cómo está la situación desde la perspectiva de la seguridad en las Islas?

Canarias es un lugar muy seguro. De hecho, el éxito actual del turismo en Canarias es una prueba de que el mundo considera que Canarias es un lugar muy seguro.. El terrorismo, las migraciones incontroladas e incluso el crimen organizado son amenazas compartidas y en este momento, esos países son nuestros principales aliados para combatir esas amenazas.. Otros países occidentales y europeos preguntan a España cómo lo hace para conseguir esas relaciones con sus países vecinos. La realidad es que España es un 'país puente' con el Norte de África.

Entonces, esas buenas relaciones han permitido crear una primera barrera en esos lugares donde hay facciones extremistas que pudieran suponer una amenaza.

Hemos conseguido que los intereses de esos países coincidan con nuestros intereses. El Rey Juan Carlos, gracias a su buena relación con el Rey Hassan II de Marruecos, fue clave para que se establecieran los pactos en materia de seguridad entre España y Marruecos, y sentaron las bases de las buenas relaciones que existen ahora. Luego, también se lo debemos a una tradición en la política española de buena relación con el mundo árabe.Tenemos que ver en África una oportunidad, no un problema. En la medida en que España y los países aliados de España inviertan dinero en el desarrollo de África tendremos mayor paz. No hay paz sin desarrollo, ni desarrollo sin paz.

Usted que conoce perfectamente los medios de los que dispone el Archipiélago tras haber sido director del Centro de Formación de las Tropas de Canarias en La Palma (2010-2013), ¿qué le diría a los isleños sobre la capacidad defensiva que ofrecen las tropas en general ante cualquier desafío que pueda aparecer?

En general, Canarias es un lugar muy seguro, ya desde la perspectiva de que los archipiélagos, por sus características, lo son. Son sociedades que se conocen a sí mismas muy bien y esa es una base de la seguridad. No ocurre lo mismo en las grandes urbes, donde es mucho más fácil pasar desapercibido. Hay un mar de por medio, que impide la entrada y salida fácil.

¿Los medios defensivos del Ejército son suficientes?

España tiene unos cuerpos y fuerzas de seguridad muy comprometidas y hace un esfuerzo muy importante en materia de segurida. Los tiempos futuros nos pueden demandar un esfuerzo mayor pero ahora mismo los resultados son buenos y yo creo que la sociedad canaria es consciente de que tiene unos cuerpos y unas fuerzas armadas comprometidas con buenas relaciones con su entorno. En términos relativos, hay más seguridad en Canarias que en su entorno más próximo.

Compartir el artículo

stats