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El comisario de la Inquisición que se rebeló contra la clase dominante

Por enfrentarse a otros señores de la isla acabó preso en una cárcel de Gran Canaria

El comisario de la Inquisición que se rebeló contra la clase dominante

Se llamaba Ginés Cabrera Bethencourt, nació en Betancuria y fue durante el siglo XVI y principios del XVII una figura relevante de la vida social, política y sobre todo eclesiástica de Fuerteventura. Vicario general y comisario del Santo Oficio de la Inquisición lo que se sabe de este ilustre personaje aparece envuelto en una espesa capa de misterio y también de verdades tan ciertas que están recogidas en varios documentos que se guardan en el Museo Canario.

Sobre Cabrera Bethencourt existen distintas investigaciones como la que realizó el catedrático Vicente M. Encinas.

Posiblemente Ginés de Cabrera naciera en 1548 y es bautizado en la iglesia de Santa María de Betancuria. Lamentablemente no queda documento escrito de este hecho, ya que parte de estos libros fueron quemados en el ataque morisco protagonizado por el argelino Xabán Arráez en 1593, tal y como consta en el Libro I de Bautismos de Betancuria "en veinte días del mes de julio deste año de mil e quinientos noventa y cuatro? de aquí falta un quaderno que rompieron los moros".

Sobre Ginés escribe el obispo Suárez de Figueroa "es cristiano viejo", emparentado con "los conquistadores hidalgos primeros que vinieron a esta isla".

El nivel cultural del clero en el siglo XVI era muy bajo. De hecho, la propia Iglesia advierte refiriéndose al sacerdocio canario que "no sabe palabra de latín. No sabe latín ni romance? No sabe ni estudia". Por ello Ginés Cabrera que tenía el título de bachiller se encuentra entre la clase más culta de Canarias, lo que le permite competir con jueces y escribanos en su lucha contra alcaldes mayores que no saben ni escribir, como Melchor de Armas, con el que Ginés tendrá grandes enfrentamientos.

En 1577 Ginés de Cabrera es nombrado Beneficiado de la Villa, además mantiene su cargo de Vicario de Fuerteventura y Comisario del Santo Oficio.

Sus numerosos nombramientos le permiten ingresar altos beneficios que sumados a su categoría clerical y noble hace que sea un personaje central en la historia de la isla.

También posee muchos territorios, entre ellos los que disfruta en la zona del pueblo de Tao.

La realidad en la que nace y ejerce su poder Ginés Cabrera se circunscribe a Betancuria, tal y como lo recoge Encinas: "La bella capital majorera sepultada por temor a las invasiones, en lo más angosto de la calcinada Fuerteventura, fue el escenario continuo de la vida y quehaceres de Ginés Cabrera. Betancuria asumía la transcendencia isleña, con tal poder de exclusividad, que anulaba la existencia y personalidad de los nacientes pagos insulares".

Como única tierra bendecida, a la capital tienen que llegar los majoreros para certificar la muerte de sus familiares y también para poder bautizar a los niños. En un texto publicado por Vicente M. Encinas cuenta "desde los más alejados extremos de la isla llegan los camellos con la carga descompuesta de los muertos sobre sus jorobas, precedidos por enlutados majoreros con sus cruces y borracheras, porque Betancuria, sólo ella, era tierra santa y bendecida. A la Villa llegaban los niños y mayores desfallecidos a confirmarse y recibir por primera vez la comunión, a cumplir la obligación pascual, a satisfacer sus impuestos. A la capital llegaban sus gentes divididas por pleitos internos y triviales, surgidos en la soledad isleña, para ser dirimidos por letrados y jueces de residencia. En este marco social betancuriano nace Ginés Cabrera Bethencourt".

Es una sociedad multiétnica, a través de las actas sacramentales se perfila una comunidad multicolor de esclavos, moriscos, gobernadores, regidores, señores, clérigos y frailes, dominada por la convivencia de etnias y estamentos diferentes y donde los actos transcendentes de la vida, "la cópula y la muerte, revestían un gran significado y una gran importancia social. Moriscos y esclavos de "color moreno" son apadrinados en sus bodas por alcaldes mayores y regidores", así lo especifica Encinas.

Nacen multitud de niños, producto de las relaciones entre los señores y las esclavas. El vicario Ginés es un celoso notario eclesiástico, tanto en la consignación de las actas como en la especificación de la clase social y el papel que cada majorero representa en ella. Los hijos de esclavas siempre aparecen como de padre desconocido. Para el catedrático Vicente M. Encinas "también es irritante hacer constar que únicamente el vicario resalta los papeles extremos de la sociedad en la que se mueve: esclavos y señores".

Sin embargo, y aquí el personaje muestra su mejor versión. Ginés Cabrera es capaz de enfrentarse a los poderosos, en causas que él considera graves, en las que se está cometiendo alguna injusticia. Como recoge la historiadora Nona Perera existen hasta tres casos en los que el comisario de la Inquisición se enfrenta a los señores de la isla, concretamente por una de estas causas, a finales del siglo XVI lo llevan preso a una cárcel de Gran Canaria, y el 3 de noviembre de 1586 le conceden permiso para acompañar a su madre y hermanas en su traslado a Fuerteventura ya que temen ataques moros contra sus posesiones. Ello permite pensar que cuando ingresa en prisión le acompaña su familia y sus esclavos.

Su lucha contra alcaldes, regidores y gobernadores se puede seguir a través de diversos documentos, perfilándose como un dirigente capaz de enfrentarse a la clase dominante beneficiaria del régimen de esclavitud imperante en la isla. A pesar de haber formado parte de ella, terminó por rebelarse.

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