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La aportación canaria

Un cartel en la sala dedicada a las momias recuerda la presencia reciente de tres momias guanches que compartían estancia con tres cráneos egipcios y una muestra realmente sobrecogedora de cuerpos momificados procedentes de Bolivia y Chile. Sobre los cuerpos que llegaron de Tenerife se cuenta cómo realizaban la momificación los aborígenes canarios y de manera destacada se recuerda una cita de Abreu Galindo del siglo XVII: "Y después de lavados, los untaban con manteca de ganado y les echaban carcoma de pino y de brezo y polvos que hacían de piedra pómez, porque no se dañasen".

El profesor Reverte Coma siempre se negó a devolver los cuerpos que se habían envia-do desde Tenerife entre los siglos XVIII y XIX, y que tuvie- ron como primer destino el Museo Antropológico, un centro que también acogió, hasta diciembre del 2015, a la que se considera la momia más perfecta de la cultura guanche y que ahora ocupa un lugar destacado en el Museo Arqueológico Nacional.

Para Reverte sus piezas resultaban tan valiosas que en ningún caso aceptó la posibilidad de devolverlas a su lugar de origen. Después de reiteradas peticiones desde el Museo de la Ciencia y el Hombre de Santa Cruz de Tenerife y una vez que ya había renunciado al cargo el doctor Coma, en el 2011 se aprueba por parte de la Facultad de Medicina ceder estas momias al museo santacrucero durante cuatro años. Al final se ha decidido que estos restos queden para siempre en su lugar de procedencia.

El doctor José Antonio Sánchez recuerda que estos cuerpos llegaron a Madrid junto a otras momias que venían de Latinoamérica, "seguramente como en aquellos años siempre se pasaba por Canarias, pues aprovecharon y se trajeron una serie de restos aborígenes, entre ellas la que ahora se encuentra en el Arqueológico Nacional y que está perfecta".

Reverte Coma siempre se sintió orgulloso de poder contar con estos cuerpos momificados, a los que dedica una de las salas. Entre todos también destaca la presencia de dos fetos, que permanecen separados de las momias más grandes. Además, de los cuerpos que se trajeron de América Latina, el Museo acoge tres cabezas procedentes de Egipto. Según el director del centro, una de ellas se correspondería con una princesa, vinculada a la figura de uno de los faraones.

Estas salas en las que permanecen las momias están al final del Museo, la luz es mucho más tenue y provoca cierto escalofrío. Estar cerca de estos cuerpos momificados, con unos rostros especialmente llamativos no deja a nadie indiferente.

Aunque la aportación canaria a este Museo del profesor Reverte ya hace tiempo que no se encuentra en sus salas, los actuales responsables de esta institución han querido mantener el poster informativo en el que se explica la existencia de este sistema de momificación por parte de los aborígenes canarios. Lo único que hay que lamentar es que no sé sabe si por el trajín, por algún problema en el traslado de los restos, la realidad es que las tres momias guanches que estaban en este centro y que ahora ya están en el Museo de la Naturaleza y el Hombre de Tenerife se encuentran en un mal estado.

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