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TRas una exposición fotográfica

Un viaje a la esperanza

El diseñador canario Juanma Santos acompaña a su hermano gemelo José Carlos a un último traslado a Navarra en busca de una cura para su cáncer y aquí se relata el intento fugaz que acabó en derrota

Un viaje a la esperanza

Fue un viaje de cinco horas, desde Madrid a Pamplona. Cinco horas en las que estos dos hermanos gemelos trataron de parar el tiempo. Detener para siempre las agujas del reloj y que la vida imparable siguiera latiendo, con la fuerza de los recuerdos, los días lejanos de las travesuras de niño, la risa, los besos y todos aquellos cumpleaños en los que tal vez no "te abrace" lo suficiente.

Estos dos hermanos canarios, apenas cinco minutos, uno mayor que el otro, se unieron una vez más en este viaje desesperado, tal vez la última oportunidad que le brindaban en una clínica de Navarra de lograr, con un método experimental, que José Carlos pudiera vencer al cáncer, que se había apropiado tan rápidamente de su vida.

Juanma Santos expone en el centro La Recova de Santa Cruz de Tenerife una muestra que titula Punteando la muerte, una serie de fotografías que recogen parte de ese viaje, de esa última oportunidad que quiso vivir junto a su hermano tratando de derrotar, como fuera, a la enfermedad que al final venció a José Carlos, y a todos aquellos que lo quisieron.

Santos tardó más de un año en volver a visionar aquellas 80 fotografías. A lo largo de este viaje a la esperanza no dejó de hacer fotos. Desde el andén de la estación en Madrid hasta los paisajes que corren esquivos detrás de las ventanas del vagón del tren. Y una vez que volvió a verlas, cuando ya José Carlos se había marchado para siempre, con sólo 44 años, decidió que estaba preparado para mostrar estas imágenes. Realmente se trata sobre todas las cosas de un homenaje, el recuerdo de ese hermano gemelo con el que compartió su vida, y todos aquellos momentos que permanecen en su memoria.

Cuando se inauguró esta muestra en la sala La Recova pocos sabían el contenido real de aquella sucesión de encuadres, destellos rápidos en medio de los silencios prolongados. De aquellas conversaciones que mantuvieron sin querer mencionar el objetivo final de aquel viaje en tren. Su familia acudió en tropel, incluso los dos hijos pequeños de su hermano. Para su madre fue una gran sorpresa. Ver de nuevo las instantáneas en las que aparecían sus gemelos, juntos los dos. Nuevamente uno al lado del otro, en aquella aventura que todos vivieron con la palabra esperanza en la boca, pero acabó por desvanecerse.

Juanma Santos siempre imaginó este proyecto como un homenaje personal, una muestra del amor sin reservas que sintió, que siente por su hermano. Y hasta llegó a pensar que esta exposición soló podía interesar a los suyos, a sus amigos, a la gente más cercana. A todos los que conocieron a su gemelo. De hecho durante los días que pasaron en Navarra ocurrió un suceso revelador, una circunstancia extraña que en cierta medida lo obligó a sacar adelante este proyecto. El diseñador, con su mochila a cuestas, espera junto a su hermano para que éste pueda entrar en una de las salas donde se realizaban las pruebas de radio terapia. Juanma debe ayudarlo para que se recueste en la camilla, y se olvida de que aún lleva dentro de la mochila la cámara, las tarjetas de crédito, "es tal la fuerza que había en aquella habitación que voló la cámara, las tarjetas se borraron y pensé que había perdido todas las fotos. Pero no. Sólo estaban las 80 fotografías que había hecho durante el viaje. Estaba claro que esto tenía que salir". Tardó un tiempo, aquel viaje se realizó en el verano de 2012, pero al final las imágenes salieron a la luz.

A veces, cuando Juanma Santos camina por Santa Cruz alguien, un desconocido para él, levanta la mano y lo saluda de lejos: "hasta luego, José Carlos". Los que aún no saben la mala noticia, a pesar de los cinco años que han pasado, siguen creyendo que aquel chico simpático, tan alegre, tan amigo de las bromas, sigue deambulando por la ciudad. En esos casos, Juanma prefiere seguir su camino, no dice nada. No le cuenta a ese conocido de su hermano que José Carlos ya no está, que de aquellos dos sólo queda él.

Trastadas de gemelos

Con el tiempo, el diseñador canario y amante de la fotografía, Juanma Santos ha seguido como todos con su vida. Desde que se inauguró esta muestra, que podrá verse hasta el próximo 3 de diciembre en la sala La Recova, han vuelto a aparecer recuerdos de esos inolvidables. Anécdotas curiosas, siempre protagonizadas por José Carlos, que ahora ya hacen reír, incluso llorar pero de risa.

Como suele ocurrir con los gemelos, siempre estaban juntos. Y aunque físicamente eran casi dos gotas de agua, tenían un carácter distinto. Uno tímido, más callado y el otro más lanzado, el centro de las reuniones. Cuenta Juanma que cuando eran pequeños en el colegio, se aprovechaban de su parecido para hacer algún que otro cambio en las clases de dibujo, "a mí se me daba mejor", dice Juanma, "y hacía los trabajos, pero tampoco utilizamos mucho esta estrategia". Sí se acuerda de aquella vez en una competición de natación que él tuvo un problema en un tobillo y le tocaba lanzarse al agua, "mi hermano me sustituyó, sólo se enteró de aquel cambio el entrenador, que conocía perfectamente las diferencias entre los dos".

La vida aparece en mil y un detalles. Siempre uno junto al otro, y si no, hablando por teléfono, contándose todo aquello que les preocupaba, que les hacía felices, hasta que llegó la mala noticia: el cáncer. Juanma Santos prefiere no dedicar demasiado tiempo a hablar sobre esa enfermedad, prefiere recordar los buenos momentos, las ocurrencias de José Ángel, que feliz estaría al ver a sus hijos, dos mellizos, niño y niña. Y a su hermana, y su madre, siempre ahí.

Una vez que Juanma Santos tuvo la fortaleza necesaria para volver a mirar aquellas 80 fotografías que sacó durante aquel viaje, entonces tuvo claro que tenía que enfrentarse a esta derrota mirando a la muerte de frente, cercando su capacidad de destrucción, con la fuerza que dan los recuerdos de quien se va. Siempre demasiado pronto.

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