Si Géminis tuviera mucho dinero le compraría a su madre un corazón lleno de nubes de fresa. Y Zaira, a las personas pobres les regalaría una casa de verdad. Resultan respuestas tan sublimes, tan inesperadas que asombran y también alegran cualquier día. La idea de este encuentro entre una periodista y un grupo de niños de 5 años del colegio Antonio Zerolo de Arrecife era sencillamente ver hasta qué punto ellos saben lo que es el dinero, qué comprarían si lo tuvieran y también si se mostrarían generosos con los que menos tienen. Y por supuesto si sabían lo que era la lotería. La mejor respuesta la dio Mateo, "si te sacas el premio, te vas de vacaciones".
Al entrar en clase, ellos están entretenidos tratando de moldear sus diseños originales con plastilina azul, este grupo heterogéneo de niños y niñas, muchos lanzaroteños, y otros procedentes de varios países de América Latina, de Marruecos y de China miran expectantes ante la aparición de alguien que viene a preguntar.
Y así de pronto, antes de nada, muchos levantan la mano. Desde el fondo, Daniel comenta que hace unos días fue su cumpleaños. Los demás sonríen. Cuando se les pregunta por el dinero ponen cara de satisfacción, después el problema llega cuando tiene que decir una cifra. Cuánto es mucho dinero para un niño de cinco años. Depende, los números saltan de un pupitre al otro, para Ainara diez euros es un montón. Nicol, Christelle, Abenanara, ellos levantan la mano y van diciendo cifras. Hasta que Marcos suelta que a él le gustaría comprarse una playa.
A partir de ese momento se abre la veda, todos empiezan a contar qué se comprarían con ese dinero, las opciones van desde un chupete, una muñeca, un perro, un crucero, un Audi, así con marca incluida.
Y para los pobres
Si alguno de los padres hubiera estado en esta entretenida tertulia hubiera acabado soltando alguna lagrimita. Para ellos, para sus padres no tenían reparos a la hora de regalarles cosas bonitas, desde un peluche, a tacones, un ramo muy grande de flores, a ese corazón de nubes tan sublime.
También ofrecieron respuestas de adulto. Como la de Isabela que lanzó una larga alocución sobre la necesidad que tenía su madre de un coche nuevo porque el que tiene ahora está sucio.
Lo mejor llegó con la respuesta que dieron cuando se les planteó si les darían algo de su dinero a los pobres. En la clase de cinco años de la profesora Lourdes casi todos levantaron las manos. Unos se quitaban las palabras al otro, todos querían aportar sugerencias. Desde comida y ropa, a juguetes, zapatos y Ginés, quien confesó que como su hermano era más pobre que él había sacado de su hucha un euro para dárselo.
Habrá que confesar que fue un encuentro delicioso. Con respuestas tan entrañables como las de Ainara que quería regalarle a su madre algo muy bonito, "un gorro de papá Noel con luces y con música". Además lo dicen con una sonrisa, primero hablando tan bajo, que apenas se les oye, después a medida que van cogiendo confianza se lanzan. Imparables levantan las manos y empiezan, y en medio de ese inicio, de ese comienzo de lo que querían decir se les olvida, hasta que después vuelven otra vez.
Y lo mejor fue la definición de Mateo sobre lo que era un periodista, "una persona que va vendiendo periódicos por ahí".
Al final las respuestas de estos niños y niñas de cinco años del colegio Antonio Zerolo de Arrecife de Lanzarote resultan tan extraordinarias que algunas habría que patentarlas como las mejores opciones que se presentan cuando se tiene dinero y se quiere hacer feliz a los demás. A los de casa, y a los que viven en la otra esquina.
