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La suerte desafía a las Matemáticas

José Ángel Murcia considera que no existe ninguna compleja ecuación que logre averiguar las cifras exactas que saldrán el próximo 22 de diciembre

La suerte desafía a las Matemáticas

El profesor de matemáticas José Ángel Murcia no ofrece demasiadas opciones. No existe ninguna compleja ecuación que logre averiguar las cifras exactas que saldrán el próximo 22 de diciembre del bombo de la lotería. Ni haciendo sesudos y complejos procesos de análisis, raíces cuadradas y algoritmos, teniendo en cuanta los casos favorables con respeto a los casos posibles. Aunque resulte un tanto obvia su respuesta, "no se puede saber qué número ni que terminación tiene más posibilidades de salir", sobre todo porque las combinaciones de estas cifras resultan infinitas y todas tienen las mismas opciones de aparecer rodando hasta las manos de los niños de San Ildefonso. Siempre que llega este sorteo se plantea estos desafíos de la ciencia a los juegos de azar. También aparece la historia de los famosos Pelayo, esa familia que se dedicaba a analizar los números más afortunados en las ruletas de los casinos, y las posibilidades reales de que la bola se detuviera en una cifra o lugar concreto. Según han contado en libros y en una película que se hizo sobre sus vidas, a través del análisis de las jugadas y teniendo en cuenta la posición de las ruletas lograban adivinar el resultado.

Para el profesor Murcia en realidad todo lo que cuentan los Pelayo también hay que tomarlo con cierta cautela, "no olvides que vivían de esa historia, pero sí es verdad que se demostró que las bolas, si no se cambian, pueden tener rozaduras, que influyen a la hora de quedarse en un determinado lugar. También era muy importante confirmar el lugar exacto en el que se encontraba cada una de esas ruletas". Después lo casinos descubrieron esos atajos, esas pequeñas anomalías que sí podían ayudar a determinar dónde tendría más opciones de caer la bola, y ahora ya se cambian de sitio de forma habitual las ruletas y también se vigila para que no haya cambios en las bolas.

Esta circunstancia especial es algo que no puede ocurrir en el sorteo de Navidad. Todas las bolas son revisadas de forma exhaustiva, cada una de las 100.000 bolas del sorteo están fabricadas en madera de boj y tienen un diámetro de 18,8 milímetros y tienen el mismo peso, tres gramos.

La manipulación es imposible. Así que para dar algo de optimismo a los jugadores empedernidos de este sorteo, el profesor José Ángel Murcia recuerda que como matemático es barato invertir tan sólo 20 euros en conseguir "la ilusión que crea la lotería de Navidad, sólo puedo decir eso".

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