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la espuma de las horas

La vaca, el tigre y la despiadada naturaleza

Saki escribió con elegancia y crueldad en una vida no demasiado agradable

La vaca, el tigre y la despiadada naturaleza

En 2016 se cumplió de ello un siglo, un sargento de los Royal Fusiliers llamado Hector Hugh Munro recibió un disparo en la cabeza al cruzar la tierra de nadie. Algunos de los soldados que lo acompañaban, cuando se detuvieron a descansar, encendieron cigarros, y el fulgor atrajo la atención de un francotirador alemán. Alguien informó que las últimas palabras de Munro habían sido: "¡Apagad esos malditos cigarrillos!" Tristemente, la luz ya había actuado como un imán para los disparos. El soldado, muy supuestamente, era uno de los escritores más ingeniosos de la era eduardiana y firmaba sus cuentos con el seudónimo de Saki.

Digo supuestamente porque es presumible que Saki jamás estuviese en el frente, ni en el Somme ni en ninguna otra batalla. Tenía 43 años cuando estalló la guerra y era demasiado viejo para alistarse. Orgulloso hijo del imperio, nació en la Birmania gobernada por los británicos, y no creía, como hijo de un inspector de la policía imperial india, que los soldados debieran servir bajo las órdenes de oficiales sin experiencia. Saki fue un pirómano glorioso que iba a su bola en el elegante mundo eduardiano de clase media alta que conocía tan bien. En muchas de sus historias, seres humanos mal ventilados se oponen a las fuerzas de la naturaleza: los hurones, las hienas y los tigres. Siempre con un resultado incierto: los que no son devorados adquieren la cualidad de las fieras.

Los cuentos que escribió tienen lugar en un mundo alejado del Somme, de cortinas de seda, juegos de té de plata y jarrones chinos, poblado no solo por tías tiránicas, sino también por tigres y dioses del bosque. En "Sredni Vashtar", un niño adora a un hurón como un dios y el hurón acaba merendándose a su despótica prima. "Tobermory", otro de sus cuentos más famosos, es sobre un gato que aprende a hablar y nadie puede hacer que calle. En "La música en la colina", una mujer ofende al dios Pan y sufre las consecuencias. "La jauría del destino" trata sobre un hombre que cree que ha burlado su destino solo para descubrir que se está acercando a él desde una dirección inesperada. Son todas ellas historias talladas como el mejor cristal, despiadadas y duras, en las que el autor se burla de las pretensiones de las clases medias y altas. Escribió en la lengua vernácula del salón pero con la crueldad de un profeta vengador.

Pero ¿por qué no comportarse de manera cruel? La vida no había sido especialmente agradable para Saki, homosexual reprimido en un tiempo represivo después de Oscar Wilde, y criado por una de sus abuelas y un par de adustas tías victorianas. Cuando era un niño su madre fue pisoteada por una vaca en un camino rural y murió como consecuencia de ello, y un antepasado suyo pereció asesinado por un tigre mientras estaba en una expedición de caza.

El relato de la muerte en las garras del tigre que aparece en su biografía está lleno del tipo de detalles que desplegaría en sus muchas muertes ficticias. Escuchó un rugido como un trueno y vio la inmensa primavera del felino abalanzarse. En un momento su cabeza estaba en la boca de la fiera, y corrió a la jungla con él, con la facilidad de un gatito. La comisión del Reino de Mysore informó que un tigre mecánico de tamaño natural había atacado salvajemente a un soldado británico de tamaño real. Operaba un mecanismo de relojería dentro del tigre que lo hacía gruñir, otro dentro del hombre que lo hacía gritar. Un rasgo distintivo de la literatura de_Saki era su maestría para tratar asuntos macabros de la manera más delicada posible.

A pesar de contar con una nutrida legión de literatos admiradores, los cuentos perfectamente elaborados de Saki no han tenido demasiado seguimiento del gran público en las últimas cinco décadas. Él mismo vivió escondido para protegerse de la naturaleza oculta de las cosas; si las vacas pueden ser asesinas, los hurones también pueden erigirse en dioses. No se sabe con certeza el origen de su seudónimo. Saki es un mono de cola larga de Sudamérica, tímido y cauteloso, y también el portador de la copa en el "Rubaiyat", de Omar Khayyám. La primera suposición es, desde luego, muy sakiana.

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