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Juveniles División de Honor (12ª jornada)

Dos zarpazos de la UD acaban con la poesía del Acodetti

La propuesta de León Gómez sucumbe ante la pegada del líder - Raúl Alemán y Kirian, goleadores en el Alfonso Silva

Gabri no puede despejar el remate de Alemán, en la acción del 0-1. QUIQUE CURBELO

Apisonadora amarilla. Un líder con mayúsculas. La UD, con los tantos de Raúl Alemán y Kirian, doblegó (0-2) al Acodetti en el Alfonso Silva, en un duelo de titanes. Los locales, con la magia de Rayco, coquetearon con la hazaña pero tuvieron que rendirse a la evidencia. El primer tanto se fabricó en el laboratorio Mingo Oramas. Obra de arte de pizarra para encarrilar un pulso eléctrico pero sin brillo. La sentencia llegó en el último suspiro, tras una elegante y letal definición de Kirian. Un misil atómico que trituró la resistencia del segundo clasificado.

Los amarillos lucieron su pegada y recuperan la sonrisa tras su último tropiezo ante el Arucas. Este triunfo mantiene a los de Oramas en el liderato y dignifica la resistencia naranja. El Acodetti, dirigido por León Gómez, que hizo carrera en el juvenil del Huracán, donde pulió a Vicente Gómez -ahora en el primer equipo amarillo de Herrera-, completó la primera acción de peligro con un lanzamiento ajustado de Javi Luján. Las cabalgadas de Malick no inquietaban la portería de Gabri y los locales ponían el juego. Pero el domino naranja recibió un bofetón mayúscula. Una falta lateral, sacada con maestría, fue rematad a la red por Alemán. Primer zarpazo.

Con el viento a favor, Rayco cuestionó la dictadura amarilla. El Acodetti reaccionó de forma decorosa pero de nuevo, en los últimos minutos, la bestia amarilla despertó. Jesús y Juanma pudieron ampliar la renta pero Gabri y el infortunio mantuvieron vivo un duelo intenso.

El olfato de Juanma estuvo muy cerca de incendiar el Alfonso Silva. En este segundo acto, el combate se gestó entre bostezos. Bajó la calidad y se elevó la épica. Gómez agitó el banquillo y trazó las líneas maestras de la revolución. El Acodetti completó méritos pero Kirian sacó su fusil. La guillotina amarilla dictó sentencia. La valentía naranja se fue de vacío en el cruce de dos portaaviones. Cuestión de olfato y pegada.

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