El derbi capitalino de la máxima categoría de juveniles sólo fue dramático por lo que se jugaban ambos equipos. En realidad fue un partido de escasa calidad técnica, trabado al máximo y en el que las jugadas brillaron por su ausencia. Tuvo más acierto el Huracán, el justo para lograr un gol con el que se alejan de una zona de descenso de la que el Viera se ve incapaz de salir porque, jugando como el sábado, le resultará imposible.
Excesivo respeto en una primera parte en la que los porteros apenas tocaron balones. Nadie conseguía dar tres pases seguidos y menos hacer alguna jugada digna de mención. Pasaron muchos minutos hasta que se pudo ver algo interesante, como una contra que Isaich decidió acabar tirando de lejos y sin suficiente potencia cuando estaba solo y otro disparo de Figueria, que arrancó los únicos aplausos. Pero lo más destacable fue un gol del Viera que no subió al marcador al ser invalidado por el árbitro tras señalar su asistente un fuera de juego a Aday, que había cabeceado un centro desde la izquierda de Álvaro.
Ni el desgaste, ni los cambios provocaron variaciones importantes en la segunda parte. Unión Viera y Huracán lucharon por encontrar unos huecos que parecían ocultos ya que nadie daba un pase en condiciones de hacer algo para mover el marcador.
El único que lo consiguió fue el Huracán y en una jugada a balón parado, única posibilidad que se intuía para marcar tal y como se desarrollaba este partido. Tejera centró al área desde la banda derecha de su ataque y Azael, tal vez el mejor jugador del partido, remató a gol a la altura del segundo palo. Un gol de suma importancia por lo que significa, aunque todavía queda un largo trecho antes de que el equipo de Moisés Díaz pueda relajarse. Al Viera le toca encontrar otra fórmula para mejorar y remontar, porque de la manera que jugó el descenso será inevitable.
