La Provincia - Diario de Las Palmas

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Crónica de sociedad

Por aquellos días y los que faltan

La generación de alumnos del Claret nacida en 1966 -algún año arriba, algún año abajo- cumple medio siglo. Vuelven a reunirse para compartir vivencias

Que no pare la música. LA PROVINCIA / DLP

Hace ya dos semanas que se cumplieron 50 años de la llegada a Gran Canaria de Pedro Fuertes, sacerdote y profesor del Colegio Claret, entre otras pistas que se podrían dar -como que es poeta e hijo predilecto de Las Palmas de Gran Canaria, o que conoció a la casi extinguida familia Panero, en Astorga, la ciudad de esta gente tan peculiar. Fue un 4 de octubre de 1966 cuando entró por el Puerto de La Luz y de Las Palmas tras arribar en el Plus Ultra. Justos los mismos 50 años que los claretianos de la generación de 1966, año arriba año abajo, vienen cumpliendo a lo largo de todo este 2016.

Poco a poco, como un picoteo, todos ellos van llegando a su fecha. Más allá le tocó al abogado Pedro Ruano, que organizó un pequeño tenderete en la terraza Fataga del parque Santa Catalina con un concierto incluido a cargo de By the face, en el que toca la batería otro veterano de la quinta, cincuentón ya por tanto, Paco Santana del Rosario, un legendario del acero canario que representaban los Krull.

Antes, tiempo antes, a comienzos del verano, un buen grupo de claretianos a punto de cumplir o ya cumplidos los 50 se reunió en Teror para celebrar tantos magnos aniversarios. La ocasión permitió certificar que la amistad y el aprecio es algo que tiende a crecer con el tiempo. Y que si en algunos casos, como el que aquí se aborda, además se condimentan de sincera generosidad, lealtad, respeto y buena memoria -tampoco demasiada no te vayas a recordar algún calentón-, mucho mejor.

A la reunión de Teror acudió Luis Pirez Báez, al frente ahora de una asesoría laboral, fiscal y contable. Es un hombre que pasó por los tres colegios: el de Canalejas, Rabadán y Tamaraceite. Estuvo y está implicado en las actividades de montaña y aire libre que el centro organiza desde que esta generación pasó por 1º de BUP, hará unos 35 años, y en la asociación de padres. Le encanta Alejandro Sanz y hubiera pinchado durante la fiesta Corazón Partío. Recuerda con mucho cariño al profesor y jefe de estudios de la Segunda Etapa, Alejandro Santana. "Sin ninguna duda, era buenísimo como maestro, y eso que tengo otros muchos que son muy buenos amigos".

Mari Luz Alonso y Esther Almeida constituyen uno de esos extraños casos de vidas muy paralelas, casi gemelas escolares, sin llegar a lo de las niñas del El Resplandor, la novela de Stephen King que llevó al cine Stanley Kubrick. Ambas estudiaron en la Sagrada Familia, luego en el Claret y, por último Ciencias Económicas en la Facultad de La Laguna.

Golisneo en el campanario

En realidad se separaron un año. Mari Luz hizo el COU en el Santa Isabel de España. Ahora es profesora en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y para esta cita hubiera pinchado Queen. I want to break free sin ir más lejos. Habla con cariño de una expedición con Esther, que ahora regenta una administración de lotería en Vegueta que ya ha dado varios suculentos premios, y con Olga Sánchez Lasso a golisnear en la torre del campanario de la iglesia de Obispo Rabadán, incrustada en el patio del Colegio. Parece que el padre Serapio en esa u otra ocasión y por ese u otro motivo llamó hereje a Esther Almeida, pero el padre Adolfo Furones -un profesor de los legendarios- lo resolvió todo pidiéndoles una redacción en torno al tema 'Subir al campanario'.

Carlos Báez también pasó por los tres colegios, desde la niñez, aunque comenzó a renquear en 2º de BUP y resistió hasta mitad de 3º. Luego acabó los estudios entre el Tomás Morales y el Pérez Galdós. Forma parte del Grupo Salvaje. Tiene además estudios de protésico dental, pero se ha especializado en la producción de eventos y pequeños o grandes espectáculos. Incondicional del padre Santiago, le cuesta elegir una canción para escuchar en este día. "Vasss, a mí, son muchas, estás halando conmigo"... Por supuesto. Báez acepta el envite y elige Creep de Radiohead.

Otro del padre Santiago, aunque también del profesor y jefe de estudios de la Primera Etapa, Manuel Afonso, es Antonio Cabrera Vargas. Evoca cuando el padre José Luis Izquierdo mordía la oreja a los alumnos que hacían alguna. Aunque era buen estudiante, tuvo que terminar los estudios en el Jaime Balmes, lo que le señala como un poco revoltoso, un rebelde de gran corazón, gran amigo, buen deportista, siempre envuelto en cierto halo de misterio por cosas que ocurrieron o no ocurrieron. Actualmente es letrado del turno de oficio, donde lleva 22 años. Muy serio, muy bueno y muy honrado. Con años de experiencia. Apuesta por Swastica Eyes, de Primal Scream. Vamos, palabras mayores.

A Andrés Santana también le encantaba el padre Santiago. Pese a que de él se llevó "un par de buenos cogotazos", cómo olvidarlo con su pantalón y chaqueta vaqueras, su botas también vaqueras o de montería y el pastor alemán. Si a eso le añadías la guitarra y sus canciones... Rompía la pana para lo que era la época. También menciona al padre Pedro Fuertes y al Furones. Andrés entró en 5º de EGB en Tamaraceite, apenas dos años después de que el Claret se convirtiera en un colegio de amplia base social. Procedía de los Salesianos. Es ingeniero industrial.

Javi Díaz, Fleming, es otro de los de toda la vida en el Colegio. Hasta que en 2º de BUP repitió y terminó por dejarlo y marcharse a casa a trabajar en la tienda familiar. El histórico comercio de Juanito el del Toril, en Schamann, al comienzo de Pedro Infinito. Se pueda dar fe que allí siempre hubo de todo. Y lo hay. Es administración de lotería, bazar, tabaquería,... lo mismo se puede enviar un fax, que escanear un documento, hacer fotocopias, sellar quinielas, comprar tarjetas de telefonía... Javi se queda con el profesor de Matemáticas Francisco Medina, del barrio. Y hubiera pinchado Rasputin, de Boney M.

Carmen Lidia Álvarez llegó al Claret en 1º de BUP. Entonces, hasta 8º de EGB, el centro era solo para chicos. Se incorporó procedente del Colegio del Carmen, en Guanarteme. Su reconocimiento a un profesor es para Julio, de Filosofía. Estudió Ciencias Empresariales y contribuyó a mantener la empresa de su padre hasta que la crisis se la llevó por delante. Ahora trabaja para una asesoría que hace análisis periciales de auditorías, balances y contabilidades a instancias, mayormente, de los juzgados. Respecto a la música lo tiene claro. "Cace, aquí lo que hace falta es Imagine, de John Lenon".

Otro de empresa familiar es Óscar Ruiz Peral. Dejó el Claret en 8º de EGB para pasar a la Universidad Laboral y acabar luego Ingeniería Técnica Industrial. Pero nunca ejerció. Se puso a trabajar y ha sacado adelante Autopinturas Ruiz, pagando impuestos, generando puestos de trabajo... Un campeón. Esfuerzo y sacrificio a raudales. Un tipo ejemplar. Además, se vuelca con las actividades del motor. Si es por él nunca falta un trofeo para un campeonato de promesas, veteranos o quien sea. Guarda buen recuerdo de a otro profesor de Matemáticas, Alejandro de Gabriel. Y se decanta por una canción de El Vega, A gustito en las Canarias.

Guayarmina Quintana es funcionaria de carrera. Se desempeña en la Consejería de Política Territorial, Seguridad y Sostenibilidad de la Comunidad Autónoma. Estuvo en las Dominicas y de los profesores del Claret asegura que se quedaría con todos. Lo cierto es que al final confiesa cierta predilección por el padre Furones. A éste aún casi se le puede escuchar: "Guayarmina, no hace usted honor a su apellido". Los gajes de tener hermanos mayores en el colegio. La cabra siempre tira al monte. Así que Guayar pide Luci, de Palmera, y Borracho hasta el amanecer, de Los Coquillos. "Pero esa para más tarde", completa.

"Eso es excesivo"

Fernando Bergasa es un tipo con personalidad. Hincha del Barça en Madrid, la leyenda no termina de aclarar si era él el que abría la ventana de casa para cantar gol contra de la quinta del Buitre en pleno invierno en la capital. Ahora es presidente de Redexis, una potentísima compañía gasista, es doctor en Química por la Universidad de Princeton, además de tener varias licenciaturas y, sin duda ninguna, el mejor curriculum de esta generación, que combina con empatía y humildad hacia sus compañeros. "¿Podemos presumir de que eres el Juan Fernando López Aguilar de nuestro curso?", se le pregunta. Ríe y responde: "Eso es excesivo". Señala al profesor de Matemáticas Félix Echevarría, como el maestro que le dejó huella y pincharía Cómo hemos cambiado, de Presuntos Implicados.

Locked out of heaven, de Bruno Mars, es la canción que propone María José Valido. Ella llegó del Colegio Nuestra Señora del Pino, pero antes había estudiado en el Sahara. Fue una de esas niñas que regresó con la Operación Golondrina, una año antes de que la Marcha Verde contribuyera a certificar el abandono de El Aaiún. Sonríe para los profesores María del Carmen Brito y Luis López, al que agradece que le hiciera entender la Física y la Química.

El encuentro, al que también asistieron Javier Peñate (su profesor, Félix Echevarría, y su canción, Heartbeat City, de The Cars) o Luis León (con Julio Astasio, que daba clases de Música, y Amigos para siempre, de Los Manolos, como música para esta cita), permitió saber que la persona más joven de este grupo en Beatriz Peña, que aunque no acudió a Teror también es cierto que cumple 50 el año que viene. El mayor: Nicasio García, con 52. Un esforzado de la ruta que ahora es médico. Le gustan varios profesores, pero termina por mencionar a Alejandro Santana y se hubiera traído cualquier canción de Queen. La fiesta fue un éxito.

Sin embargo, el palo fue muy grande y vino a los pocos días. Falleció el inspector del Cuerpo Nacional de Policía José Carlos Bolaños, al que tanto queríamos.

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