El 18 de noviembre de 1991 -ayer se cumplieron 25 años- U2 hizo saltar la banca. Después de arrasar con The Joshua Tree (1987) y probar las raíces de la música americana en su gira Lovetown junto a BB King -y que dio paso a la publicación del Rattle and hum (1988)-, la banda irlandesa rompió con todo lo anterior al salir al mercado con el Achtung Baby.
U2, de repente, guardó en un cajón sus principios y se lanzó a lo desconocido. Lo hizo justo después de haber alcanzado la cumbre de la industria con el éxito proporcionado por The Joshua Tree. Se quitó etiquetas, abandonó el sueño de reencarnarse en The Clash, se apartó de la senda abierta por Joy Division, se dejó llevar la onda que marcaba el sonido Madchester -Stone Roses, James, The Charlatans o Happy Mondays- y abrazó a la electrónica que reclamaba honores para Kraftwerk -en especial, con Zooropa (1993)-.
"Somos cuatro tipos talando el Joshua Tree". Así definió Bono al Achtung Baby, un disco grabado en los míticos estudios Hansa del Berlín comunista -poco antes de la caída del Muro de Berlín- y que llevó a la banda irlandesa al borde de la ruptura. Bono y The Edge decidieron marcar el nuevo rumbo musical, viraje que se topó con la oposición de la sección rítmica del grupo -compuesta por Adam Clayton y Larry Mullen Jr.- .
La tensión de aquellos días de grabación en un Berlín tan decadente por la deriva soviética como delirante por el futuro que se asomaba por la Puerta de Bradenburgo se percibía en el documental From the sky down (2011).
Un inesperado descubrimiento, como el que encuentra un tesoro pirata enterrado en una playa, acabó con el drama. Unas notas, escondidas en una maqueta bajo el título de Sick Puppy, acabaron en un himno: One, uno de los temas más célebres de U2. En la canción, pese a ser una de las más elegidas para celebrar el amor -citas románticas, boda, etc-, Bono canta una metáfora sobre la amistad de los cuatro componentes de la banda a partir de conceptos como la ruptura o la desunión.
La grabación del Achtung Baby se cerró con la banda convencida del nuevo rumbo elegido. Y para celebrar el paso, Bono, The Edge, Adam Clayton y Larry Mullen Jr viajaron hasta Santa Cruz de Tenerife para celebrar la amistad. De esa reconciliación quedaron pruebas fotográficas que ilustraron la carátula del disco: con los cuatro músicos disfrazados durante el Carnaval chicharrero.
