La Provincia - Diario de Las Palmas

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'Animales fantásticos...'

El mundo sin Harry

Redmayne, en 'Animales...'. YES!

Aunque David Yates había adquirido experiencia solo en la pequeña pantalla logró que le pusieran al frente de un mastodonte como Harry Potter y la orden del Fénix y se ganó el trabajo de realizador oficial de la franquicia repitiendo en Harry Potter y el misterio del príncipe y las dos entregas de Harry Potter y las reliquias de la muerte. Protegido por el descomunal aparato de producción que acompañaba cada nueva aventura del mago, y en el que solo Alfonso Cuarón supo imprimir personalidad, Yates se quedó solo ante el peligro en La leyenda de Tarzán, y ahí causó destrozos. Menos mal (para su carrera) que J.K. Rowling no estaba dispuesta a matar su gallina de los huevos de oro (ahí está esa obra de teatro que amadrina y que ha llegado también en forma de libro) y le ha dado la oportunidad de sacar adelante una película sobre el mundo de Potter pero sin Harry.

Y el resultado, aunque solo sea porque el protagonismo pasa del insípido Daniel Radcliffe a un buen actor como Eddie Redmayne, mejora las prestaciones de una saga que, estirada al máximo por imperativos comerciales, llegó al final con la lengua fuera. Animales fantásticos no es una película que vaya a pasar a la historia del cine y lo sabe. Su mayor pretensión consiste en abrir una nueva vía de ingresos en taquilla (nos esperan cinco más), seguramente importante aunque tenga difícil igualar a la nave nodriza. Como película matriz en la que se ponen sobre el tapete los personajes que pronto veremos hasta en la sopa, Animales... peca de excesiva dispersión y se puebla de subtramas que a los devotos potterianos les sonará a gloria pero que a los espectadores poco duchos en la materia puede no solo confundir sino también agobiar.

Tanta acumulación de episodios mina la composición dramática y, sin contar con un lado malvado que la haga tenebrosa o, al menos, inquietante, la película se deja ver con agrado más que nada por el despliegue de efectos digitales, a veces excesivos pero en general vistosos y a ratos originales. Habrá que esperar a la segunda parte para ver si salta la chispa que falta aquí.

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