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Los discos que hicieron historia

El libro 'La cara oculta de la Luna. Las 50 portadas esenciales del rock', de Xavier Valiño, reúne carátulas icónicas que dejaron huella en la música y en el arte

Alex Steinweiss, director artístico de Columbia, con algunos de sus diseños. YES!

No se deberían juzgar a los discos por sus portadas, aunque en más de una ocasión cualquier aficionado a la música, y en especial a las ediciones en vinilo, se ha dejado llevar por el continente más que por el contenido. La historia de la música desde finales de la década los años 30 del pasado siglo hasta la actualidad está sembrada de episodios memorables -y también patéticos-, que acentúan la relación y la importancia del diseño gráfico y la industria.

El crítico musical y escritor Xavier Valiño (Cospeito, Terra Chá, Galicia, 1965) sabe mucho de todo esto. A él se le debe, entre otros, el proyecto editorial Veneno en dósis camufladas; la censura en los discos de pop-rock durante eñ franquismo (Milenio, 2012),que dio pie a la exposición Vibraciones prohibidas. Música pop, cambio social y censura fonográfica 1939-1977, que estuvo en la sala de exposiciones del Cicca, en la Alameda de Colón, entre mayo y julio de 2013, comisariada por el propio Valiño y Héctor Fouce.

Fruto del trabajo de investigación que hizo para este catálogo de ediciones censuradas en España, Valiño entró en contacto con fotógrafos y diseñadores de carátulas de discos para descubrir lo que no se cuenta. Según relata el crítico y experto musical afincado en Gran Canaria, decidió aparcar su trabajo sobre las ediciones censuradas en España para fijar su mirada y esfuerzo en "aquellas portadas que se podrían calificar como las más relevantes de la historia del rock, las más icónicas, las que mejor han resistido el paso del tiempo y dejaron una profunda huella en la música y, en ocasiones, también en el mundo del arte".

El resultado es su reciente libro La cara oculta de la Luna. las 50 portadas esenciales del rock (Milenio, 2016), donde pese a la complejidad del envite y el amplio material a su disposición, selecciona las 50 carátulas que a su juicio hicieron historia y merecen figurar entre las escogidas como determinantes en la evolución del diseño y la ilustración en la edición musical.

"Había una historia que contar", explica Xavier Valiño acerca de esta publicación que en lo literario tiene su punto de partida en las oficinas de la discográfica Columbia en 1939, cuando un grafista llamado Alex Steinweiss se incorporó al sello como director artístico. Un visionario que daría un vuelco al negocio al sugerir, tal como relata Valiño en este libro, a Ted Wallerstein, presidente de Columbia, que imprimiera color a las a unas fundas de cartón marrón "tan grises, tan poco atractivas". Dicho y hecho. El impacto en las ventas de la disquera fue inmediato, y su propuesta cambió notablemente la estética de los vinilos de la época.

Fue Steinweiss el pionero de la ilustración de cubiertas de discos. De 1940 a 1973 firmó unas 2.500 carátulas, mayormente para producciones de jazz y clásica con diseños que se le alimentaban de las formas de las corrientes artísticas de vanguardia en Europa. Prueba del impacto que tendría su trabajo en las decadas siguientes, tal como enfatiza Valiño en la introducción de La cara oculta de la Luna, es que la cubierta que hizo en 1940 para una caja de cuatro vinilos de 78 revoluciones titulada Smash Hits, con composiciones de Richard Rodgers y Lorenz Hart, fue el modelo que inspiró a los diseñadores de Hipgnosis -Storm Thorgenson y Aubrey Powell- en 1973 para idear otra de las carátulas históricas de la historia del rock: The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd. "Se trata de una portada tan grande como la música que contiene dentro", escribe Valiño en las páginas que dedica a este álbum, fenómeno de ventas, pese a no incluir en su carátula ni título ni nombre del artista.

Hubo un encuentro clave para que el autor de esta publicación decidiera primero seleccionar los 50 trabajos que incluye en el libro, y luego desmenuzar con todo lujo de detalle el por qué de las ilustraciones, fotografías, dibujos, collages y demás tratamientos gráficos que se han acompañado al soporte madre de la música grabada. Un contacto mayúsculo con los autores de una obra igual de icónica que la que ilustra el libro: los responsables de la edición española, la censurada, del álbum Sticky Fingers, de The Rolling Stones. Eran el fotógrafo Phil Jude y el diseñador John Pasche.

A partir de aquí Xavier Valiño comenzó a desarrollar este proyecto editorial que le ha llevado dos años de trabajo, y que logicamente ha tenido en cuenta la ingente bibliografía y ejercicios de catalogación sobre las portadas del disco, sus autores, las distintas corrientes estéticas, desde el rock and roll primitivo a la explosión de la psicodelia, el estallido del punk, y los condicionantes de una industria a la que la crisis del papel en 1973 dio un golpe en su línea de flotación; y que en 1983 veía como el CD destronaba el reinado del microsurco. El ejercicio de mimetismo gráfico en el caso de Dark Side of the Moon no es el único. El recorrido por los 50 discos que Xavier Valiño posiciona en este libro comienza en los años 50 del pasado siglo, en marzo de 1956, fecha del lanzamiento del debut de Elvis Presley de título homónimo para el sello RCA. La foto de un joven Elvis en blanco y negro, guitarra en mano, y la tipografía con el nombre del artisya a dos colores y generoso cuerpo, sería el modelo para ilustrar el también histórico e igualmente reseñado aquí London Calling, de The Clash, con diseño de Ray Lowry.

Elvis y esa mítica portada que tendría mutaciones varias en trabajos de K.D. Lang e incluso de la banda gallega Siniestro Total, es la única referencia que Xavier Valiño incluye en los años en el que el rocl and roll cambió la vida musical del planeta. De los 60, por encima de todos, el debut de The Velvet Underground & Nico, con el plátano que inmortalizó Warhol; el no menos icónico Sgt. Pepper's Hear Club Band, de The Beatles; o el colorista Abraxas, de Santana. Los años 70 dan juego entre los Floyd, el debut de Ramones, el narcótico Catch a Fire, de Bob Marley, el citado Sticky Fingers, de los Stones, el también histórico debut de Sex Pistols, Never Mind the Bollocks, o Closer, de Joy Division.

Los 80 dejaron joyas dignas de estudio en este volumen como The Queen is Dead, de The Smiths, o Surfer Rosa, de The Pixies. La década siguiente obliga a revisar a U2, Pulp o Spiritualized. Y de lo más reciente, el autor se queda con Demon Days, de Gorillaz; y The Blueprint 3, de Jay-Z. Un trabajo que merece una lectura reposada para descubrir lo que ocultan los discos.

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