A un paso de la verdad. El tercer intento por localizar a algunos de los desparecidos del franquismo en el pozo del barranco de Tenoya, en Arucas, acaba sin éxito, después de excavarse casi 30 metros, pero sin llevar hasta el fondo del agujero, que estaría a un metro de distancia , si bien una nueva cata habla de que podría localizarse a los 35 metros de profundidad.
Todo hacía indicar que esta tercera excavación sería la definitiva, pero los muchos problemas encontrados durante la limpieza han impedido concluir el trabajo. Además del chasis de un camión, troncos de árboles, electrodomésticos, mucho barro y agua por las lluvias, enormes piedras y mucha basura, el personal de la empresa Antonio Medina Reparaciones contratado por el Cabildo tuvo que enfrentarse a una galería que apareció a los 26 metros, y que con las recientes precipitaciones lleva siempre un gran caudal de agua, que anega el interior. Todo ello, sin contar la emanación de gases que les obliga a tomar muchas precauciones.
La presidenta de la Asociación de la Memoria Histórica del municipio, Pino Sosa, señala que ahora es el momento de tratar de conseguir los últimos euros que hacen falta para alcanzar el objetivo, porque no es el momento de dejar el trabajo ahora que se está llegando al final. "Esto no se va a quedar así", señala esta mujer que espera encontrar en Tenoya a su padre, y a la treintena de represaliados, que podrían haber sido arrojados al lugar por las fuerzas franquistas. Sosa volverá en las próximas semanas a tocar a las puertas de las instituciones para conseguir el presupuesto final.
La presidenta reconoce que esperaba cerrar este capítulo antes de fin de año, pero que la empresa que ha venido realizando la excavación se ha encontrado con más problemas de los previstos. Por eso comparte con el personal en que habrá que esperar a que terminen las lluvias para seguir limpiando el interior.
En principio, el fondo del pozo debería estar a los 31 metros, a uno de los ya bajados. Sin embargo, la última cata habla de que podría estar a una profundidad de 35 metros. Eso sí, con un diámetro de casi seis metros.
La intervención contó con una partida inicial de 54.000 euros aportados hace casi un año por la Consejería insular de Cultura, que se convirtió en insuficiente. Luego vendría una asignación de 38.000 en mayo, que también se agotó. A esta última se destinaron 38.000 euros.
Si se cumplieran las previsiones iniciales, y quedan cinco metros por limpiar, las familias estarían a apenas diez días de concluir con los trabajos y poner a una búsqueda infructuosa durante décadas.
