San Bartolomé de Tirajana le ha galardonado con el primer premio del Concurso de Guiones de Teatro Mínimo Antonio García Cánovas por su obra Incompatibles
La obra trata de una conversación entre una pareja de actores, en un intento de coqueteo, en una sala de ensayo. Sin embargo, el ruido y diferentes acontecimientos hacen imposible la comunicación entre ambos. El resto no se puede desvelar, ya que deberá descubrirlo el público cuando se represente la obra. Eso sí, la ironía se percibe desde las primeras palabras de la obra.
¿Acumula experiencia en la escritura para obras de teatro mínimo?
No, en absoluto. De hecho es el primer guión para teatro que escribo. Me animaron desde la biblioteca municipal de Maspalomas, ya que he quedado finalista en otras actividades que se han organizado en el Sur, y acepté el reto. Parece que el riesgo valió la pena.
¿Cuánto suelen durar las representaciones de teatro breve?
Depende, por ejemplo, la puesta en escena de esta obra va a durar 10 minutos. Los guiones de los teatros breves son como los microrrelatos a la literatura: concisos y con mensajes claros.
Y para 10 minutos de puesta en escena, ¿cuánto tiempo ha invertido en escribir la obra?
Aproximadamente 30 horas, de las cuales muchas las dediqué a la corrección final. Las pautas del certamen establecían el precepto de escribir un guión en cinco folios a doble espacio. Y la dificultad radica precisamente en adaptar el contenido a dicho espacio.
¿Cuáles son las dificultades que presenta la escritura para obras de tan corta duración?
Pues, al contar con tan poco tiempo, el argumento ha de ser verosímil para captar la atención del público desde el primer instante. Tiene que ser una historia creíble. Luego se ha de utilizar un lenguaje sencillo y cotidiano. En mi caso, por ejemplo, hasta incluí alguna palabrota porque considero que debe ser un texto natural y espontáneo. Y, en cuanto a la forma, el guión debe más insinuar que explicar. En una novela se puede describir de manera generosa el perfil de los personajes o los detalles que envuelven a las circunstancias, pero en un guión de 10 minutos prima la acción y solo se debe dar algunas pistas para que los espectadores infieran el contexto. Ahí reside la dificultad de la creación literaria para este género.
Con motivo del Día del Libro, Incompatibles
No creo (risas). Quizás con la improvisación hasta se puede enriquecer el guión. Lo importante es difundir la obra y que la gente la conozca y la disfrute. El resto carece de importancia.
¿Le gustaría que la obra se proyectara en la gran pantalla en un futuro?
Me encantaría, encajaría en el formato de cortometraje, y creo que con un equipo de solo 10 personas se podría hacer. Sería como la culminación del proceso, sino el guión quedaría en un cajón y la verdad es que creo que tiene mucho potencial.
¿Considera suficientes las iniciativas literarias que se celebran en la Isla?
Está claro que con la crisis las actividades culturales se han reducido de manera generalizada en todos lados, pero por poner un ejemplo, en Maspalomas creo que hay una dinámica de concursos e iniciativas varias bastante cuantiosa. He quedado finalista en otros certámenes que se han organizado en el Sur y hace unos años participé en un recital de poesía y relatos en el Faro de Maspalomas, en uno de sus habitáculos, con un grupo de jóvenes llamado Nueve Puertas de la mano del profesor Francisco Ramírez y la verdad es que la experiencia fue fantástica.
¿Cree que se debería fomentar el aprovechamiento de los espacios turísticos para actividades culturales?
Sin duda. Por ejemplo, el susurro del mar me relajó mucho aquella tarde que celebramos el recital en el Faro. Además, la luz tenue del atardecer se colaba por el ventanal y creó una atmósfera íntima y acogedora que pocos lugares logran transmitir. El Faro, como los miradores, constituyen un enclave para recitales y representaciones de obras de teatro con gran atractivo turístico. En Canarias gozamos de un clima que nos permite disfrutar de iniciativas culturales al aire libre todo el año, además, si esos nuevos escenarios tienen ese encanto casero y cercano con los espectadores, su valor se multiplica. ¡A qué profesional no le motiva el mar o la belleza de un monumento histórico a la hora de trabajar!
