La sexta edición del proyecto que intenta devolver a San Gregorio su antiguo esplendor no sólo como área comercial, sino también como centro neurálgico de la diversión en Telde, tuvo ayer una nueva prueba de fuego para calibrar si su poder de convocatoria se mantenía en los altos niveles de las ocasiones precedentes. Y así fue, el barrio de Los Llanos mostró su fortaleza a la hora de atraer a vecinos y visitantes, ya que el despliegue realizado por los negocios integrados en la asociación Zona Comercial Abierta (ZCA) San Gregorio que preside Mónica Muñoz proponía una oferta de compras, ocio y culinaria muy difícil de rechazar. Y como guinda, las actuaciones del grupo grancanario Los Coquillos y Los Sabandeños, que convirtieron al escenario de la plaza de San Gregorio en el epicentro de este terremoto de ocio y esparcimiento. Y la interpretación conjunta de Hasta el amanecer ya fue el acabose.
Las empresas del barrio comercial -con la participación del 95%, según confirmó anoche Muñoz- no dudaron en aprovechar esta nueva oportunidad para mostrar a sus clientes habituales y los que se incorporaron que Telde tiene mucho que ofrecer, en cantidad y en calidad. Así, la fiesta, como quien dice, fue por barrios -para ser más exactos, por calles-. Los comercios ubicados en Viera y Clavijo se volvieron a juntar ayer con la intención de sacar sus negocios a la vía pública y dinamizar el entorno. La calle Argentina fue la de la cerveza, con su mesas en la vía y trajín de camareros y clientes permanente todo el tiempo, mientras que sus vecinas Navarra y Saulo Torón se volcaron por las tradiciones y fueron los puestos de artesanía los que ocuparon su sitio. Otra calle, Doctor Gutiérrez Armario se lo planteó de una forma heterogénea, con maquillaje corporal, una comparsa carnavalera y música, mientras que tampoco se olvidaron los organizadores de La Noche Más Corta, en colaboración con la ZCA, de los pequeños, con talleres infantiles en la calle Jaime Balmes.
Pero no solo de música y fiestas vivió anoche el gentío que se acercó a San Gregorio. Había que comer y qué mejor que hacerlo en los negocios de restauración del barrio comercial, que se han ido afianzando en estos años. Pinchos, tapas y otras ofertas más conformaron el menú desplegado en las calles Poeta Fernando González, Luján Pérez, Cervantes, Juan Diego de la Fuente, Rivero Bethencourt, Betancor Fabelo y Calderín López. Tampoco faltó un karaoke al aire libre para quienes se animaron a poner su voz en esta banda sonora que se convirtió ayer San Gregorio. Una noche que solo la hizo corta el cambio de hora, no así el ambiente que hizo regresar al barrio comercial teldense a sus mejores virtudes. Y en la intención de la asociación ZAC San Gregorio se espera, como dijo anoche su presidenta, tenga continuidad, que no sea flor de una noche.
