¿Poeta o poetisa?
Poeta, aunque pueda parecerle a muchas personas que el nombre me queda grande. La palabra poetisa la inventaron un poco por el hecho de creer que las mujeres no serían capaces de escribir bien y no se les reconocería como poetas y se inventó en un tono jocoso. Yo creo que la mujer puede pensar, escribir, trabajar, puede tener una vida totalmente independiente como ella la desee o la quiera.
¿Cuándo empieza usted con la poesía?
Yo supongo que como todo el mundo, a los 12 o 13 años, cuando tenemos nuestro primer desengaño amoroso. A algunos se les para esa faceta y a otros se nos sigue. Para mí la faceta de poeta no la puedo dividir de cualquiera de mis otras facetas de madre o trabajadora porque es una necesidad interior. Yo si no escribo a las ocho de la mañana, escribiré a las cuatro de la madrugada o cuando mi alma me lo permita y así me lo impulse.
¿Cómo definiría su poesía, cuáles son sus influencias?
Mis influencias son de todo el mundo. Puedo inspirarme tanto en García Lorca, Tomás Morales, Saulo Torón o Miguel Hernández o por una conversación, viendo gente en la guagua, un amigo o amiga que me cuente un desengaño amoroso y me dice cómo se siente. Yo me pongo en la piel de esa persona y escribo. Bebo de mis propias fuentes, de lo que siento y veo, mi poesía es un poco voluble, puede ser social, intimista, arrojadiza, tengo una poesía bastante variada. Mis dos libros están ya bastante desfasados, entre comillas. Uno se titula Memoria de ayer y hoy y el segundo De la tierra y el amor, pero si compara esos libros con mi actual escritura verá un abismo, ya que como ha ido creciendo mi persona ha ido creciendo mi escritura y así lo percata cualquiera que pueda leer un poema mío de hace cinco años a uno escrito ahora. El poeta crece con lo que escribe.
Cernuda definió a la poesía como un arma cargada de palabras. ¿Cómo está en estos momentos la poesía, es un arma cargada o descargada?
Yo creo que la poesía siempre está cargada, debe de ser así. No miremos siempre el arma como una cosa mala, sobre todo cuando el arma de la palabra es siempre un arma buena, es un arma para la voluntad. Siempre es un arma para unir y no para dividir y el arma de la palabra siempre tiene que estar cargada y dispuesta para disparar, además. Vale que no vale todo en la palabra, vale que el poeta siempre debe medir mucho a la hora de expresar, de hacer sentir, porque lo que tratamos probablemente todos los poetas es que sientan lo que escribimos y que a través de nuestro ojos vean los miles de ojos que nos descubren, pero la palabra es un arma grandiosa y así se debe interpretar tanto para el que la escribe como para el que la recibe escrita o escuchada. El poeta debe siempre tener el arma cargada, nunca soez, siempre elegante. Se puede hacer una crítica a cualquier cosa, incluso política, yo la he hecho, tengo varios poemas sociales, no llegando nunca a humillar, a vejar, a ser soez porque el vocabulario y el diccionario español es inmensamente rico en adjetivos, sin tener que degradar a nadie. El poeta es bastante sutil.
En este municipio se fundó la escuela lírica de Telde. ¿Qué queda de ese espíritu poético en el municipio, hay poetas todavía?
Yo creo que sí, y además poetas muy válidos. Siempre digo que la poesía debe estar apartada de la política, pero la política nunca de la poesía, de toda la cultura en general. Mantener la cultura en el pueblo es darle a la ciudad ese espíritu del que habla y ese espíritu nunca debemos perderlo. Debemos tener orgullo de los que somos de una ciudad como ésta de grandes hombres, de grandes mujeres que han escrito y debemos sacarlo a la luz, haciendo relevante que hay mucha gente que sigue ese camino, que hay mucha gente válida que no es profeta en su tierra y que tenemos que sacar el talento que hay escondido. Una de las ideas de esta concejalía va en esa línea, en cuanto hemos hecho este verano los jueves Los versos al sol o Atardecer de versos porque es una unión donde el poeta que ya tiene un nombre da la mano a la gente. Y la gente que vaga, camina, pasea o escucha por las diferentes playas puede coger el micrófono para recitar o declamar.
¿Hay algún proyecto para revitalizar la literatura con la organización de algún certamen?
Todavía no nos lo hemos planteado porque es una cuestión económica y todos sabemos cómo está no solo mi concejalía, sino también todo el ayuntamiento. Estamos en la línea de buscar patrocinios o mecenazgos porque se han perdido y debemos recuperarlos con aquellas personas que pueden apostar por un talento. Hay que intentar no depender de los recursos municipales, sino buscarlos en otros medios y una vez que tengamos con esas conversaciones con los negociadores sí nos plantearemos realizar proyectos culturales. El primer patrocinio lo tenemos el próximo 8 de agosto con un concurso de pintura rápida en Melenara. Hablamos de poesía, de prosa o de grafitis, que no deben entenderse como una agresión al medio, sino como una expresión artística más, extremadamente hermosa.
¿La situación de Telde para hacer un poema qué es, una oda o una elegía?
No diría que es una elegía porque eso sería que la cultura ha muerto y yo no quiero estar presente cuando eso ocurra. Yo diría que siempre sería una oda a todo aquello que ha sido Telde aunque me hable del presente. Puede ser una oda a lo que hay porque es verdad que de aquello que hubo siempre queda y más que hablar de quitar debemos hablar de sumar lo nuevo. Hay que mantener la ilusión porque sea una oda lo que podamos escribir de Telde.
