Melenara se fue ayer de romería. Durante casi tres horas rindió homenaje a la identidad canaria, con participantes ataviados con ropa típica, aunque aún queda por conseguir que sean mayoría, y disfrutando de música de la tierra y de sus productos más conocidos.
Fue, como siempre, una jornada tranquila, alejada de la temida ronería en la que se llegaron a convertir otros actos como este en otros lugares. Tranquilidad y, cómo no, alegría para disfrutar en familia y con amigos del paseo por los barrios de Melenara, Clavellinas y Salinetas, todo un recorrido que coincidió con los usuarios de las playas en una jornada con calor, pero soportable.
En el segundo día de las fiestas en honor a la Virgen del Carmen y del Santo Cura de Ars, que finalizarán el próximo 30 de agosto, los vecinos y visitantes se empezaron a congregar junto al campo de fútbol del Unión Marina antes de las 18 horas. Los participantes, ataviados de típicos o con ropa cómoda, empezaron sus cantos y sus primeros bailes mientras esperaban que se acercara más gente para iniciar el recorrido. Seis carretas también estaban preparadas para empezar a rodar por el trayecto que desde el estadio conducía a los romeros hasta el "mismo fondo de Salinetas, hasta la última rotonda", como explicaba un miembro del patronato de fiestas. En el trayecto, los varios cientos de romeros también, después de la subida desde Salinetas de regreso a Clavellinas, donde se realizó la ofrenda a las imágenes de los dos compatronos en las puertas de la iglesia.
Completado el recorrido y finalizada la romería, el mundo no se paró ahí. A partir de las 20.30 horas se celebraba un baile de taifas en la plaza de Clavellinas, al que siguió la primera de las cuatro verbenas previstas en las fiestas.
La fiesta reunió a varios cientos de personas, sin distinción de edad, que festejaron la jornada de canariedad durante toda la tarde, y cumplieron con su ofrenda ante las imágenes de Santo Cura de Ars y la Virgen del Carmen.
