El despliegue realizado por los efectivos de los cuerpos de seguridad anoche puso la nota de tranquilidad que la situación requería, ya que los miles de personas -la cifra oscilaba según las fuentes entre los 10.000 y 15.000 asistentes- supuso un reto para comprobar la coordinación de los encargados de mantener la fiesta. El plan diseñado por la empresa Gesemercri, especializada en grandes eventos, se desarrolló sin incidencias relevantes. El puesto de socorrismo y el balneario, recintos que estuvieron de guardia hasta las 4.00 horas de hoy, estuvieron toda la noche pendiente de los contratiempos que citas multitudinarias como las de ayer suelen provocar. Lo más destacado, la paciencia de la que tuvieron que hacer gala los conductores para salir del barrio costero en una primera tanda tras finalizar los fuegos artificiales. Aunque existen tres zonas de salida -vial costero, Salinetas y la carretera de Melenara-, el elevado número de vehículos ralentizó su incorporación a la autopista GC-1. Más tarde, a las cinco de la mañana, se iniciaron los trabajos de limpieza de la playa, donde se preveía recoger cientos de kilos de basura.
