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Perfil

Tranquilo, buena persona y elegante

"Era muy elegante, le gustaba ir bien vestido, con muy buena ropa", recuerda un amigo de José Manuel Domínguez

"José Manuel era muy buena gente, un buen compañero y una persona muy trabajadora". Ésta es la opinión generalizada que de José Manuel Domínguez, el hombre que apareció muerto en su domicilio del barrio teldense de Casas Nuevas, tiene quienes lo conocieron, que todavía no dan crédito a lo ocurrido y no se ex plican quién pudo acabar con la vida de un hombre tranquilo y afable.

Este exfuncionario del Ayuntamiento de Telde, que trabajó en el departamento de Servicios Municipales, era capaz de arreglar cualquier cosa y un gran pintor, oficio al que se dedicaba en la institución local. Pero a su jornada laboral de pintar muros, paredes u otros elementos, Domínguez también era un artista, una persona con sensibilidad para realizar obras que no pasaban desapercibidas.

"Recuerdo el mural que pintó en el interior del cementerio de San Gregorio, donde aparecía la imagen del Sagrado Corazón de Jesús con unas gotas de sangre pintada sobre el corazón", evoca un antiguo compañero de este extrabajador municipal y que expresó su tristeza por la muerte violenta que, según las investigaciones, tuvo lugar el pasado domingo.

Otra característica que destacan de José Manuel Domínguez quienes lo conocieron fue su elegancia y su gusto por vestir bien. Era todo un dandy, "le gustaba mucho ir bien vestido, iba siempre con buena ropa" y le gustaba el baile, afición que desarrollaba durante los fines de semana.

Un amigo del fallecido destaca que su faceta artística llegó a verse reflejada en al gún reportaje periodístico. "Creo que fue hace 10 o 12 años, no lo recuerdo bien ahora, cuando pintó el mural en Lomo Cementerio por lo que igual puede encontrar alguna referencia en el periódico porque salió publicado cuando se presentó el mural al finalizar el trabajo".

Un manitas también. Esa faceta la recordaba el lunes, el día que se supo que había aparecido muerto en el piso donde vivía en Casas Nuevas, un vecino que lo conocía: "Se le daba algo y era capaz estropeado y buscaba la forma de arreglarlo y casi siempre lo lograba".

Algunos compañeros de la víctima recordaban ayer que Domínguez se caracterizaba por ser muy trabajador y echaba una mano al que hiciera falta, "era buena gente".

Por este motivo, por su bonhomía, nadie de los consultados por este periódico entiende su trágico final. Tranquilo, bohemio y amable con todo el mundo, su violenta muerte sigue siendo un misterio para todos y ha sembrado de consternación a quienes conocieron a este extrabajador del Ayuntamiento de Telde, de 68 años de edad, divorciado, padre de cuatro hijas y que vivía solo. Su misa funeral en la iglesia de San Venan cio, en Casas Nuevas, el barrio donde residía, en la calle Galileo Galilei, contó con la presencia de familiares y vecinos. Su entierro tuvo lugar en el cementerio católico de San Gregorio donde, según han señalado varios consultados, dibujó el mural mencionado. Sus restos mortales habían sido velados en el tanatorio municipal situado en el parque empresarial de Melenara.

A la espera de respuestas

Ayer los investigadores que llevan el caso, que está bajo secreto de sumario, mantenían abiertas varias hipótesis sobre la muerte de Domínguez, unas pesquisas que buscan esclarecer esta muerte.

De momento, los policías han descartado que el asesinato del extrabajador municipal tuviera como móvil el robo y se está indagando en si se trata de algún ajuste de cuentas como mencionó un familiar de la víctima a un medio de comunicación cuando fue preguntado por alguna explicación sobre la muerte. De momento, la investigación continúa abierta.

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