"Buscamos un modelo educativo que trabajase sin el sistema repetitivo y que tuviese sentido para el alumno". El director del colegio Padre Collado, Antonio Sánchez, explica con estas palabras la razón por la que el centro de Lomo Magullo ha decidido apostar este curso por la introducción de la metodología educativa Amara Berri. Esta iniciativa convierte al colegio en el primero de la Isla en tratar de implantarlo ya que tan solo en Tenerife y Fuerteventura se puede encontrar este procedimiento educativo.
Surgido en el País Vasco en los años 70, Amara Berri basa el aprendizaje en la simulación de situaciones habituales de la vida cotidiana. "Se crean escenarios y entornos para que el niño se desenvuelva", explica Sánchez, "porque para el alumno la mejor forma de entender las cosas es a través de un juego". Así, por ejemplo, para conocer el valor del dinero se crea una tienda en la que los niños compran y venden en vez de usar la memoria.
Durante el curso académico anterior siete maestros conocieron de primera mano este sistema en el CEIP majorero Agustín Millares Carló, donde está en pleno funcionamiento desde hace años. Según expone Antonio Sánchez, en el centro que dirige se está implementando de forma paulatina en todos los niveles, desde infantil hasta sexto de primaria, con la intención de abarcar con el tiempo todas sus características y adaptar de forma plena la estructura organizativa del colegio. Pero a pesar de lo innovador de este modelo, en el que no se precisan libros de textos, el colegio lleva desde hace una década aproximadamente trabajando por proyectos, de tal modo que en función de la temática pautada los pequeños investigan en esa materia.
Los 160 estudiantes de esta escuela se muestran contentos con la llegada de este método pedagógico que viene a complementar el que ya conocen y que se aleja, también, de la metodología tradicional. Para el director, la ventaja fundamental es la motivación que adquiere el colegial. "El alumno se implica y muchas veces aprende sin darse cuenta", asegura. Este método de enseñanza también compromete la labor de los padres en casa, aunque considera que "el compromiso no va más allá al del método tradicional".
El centro cuenta con 17 maestros. María del Carmen López lleva 34 años ejerciendo la docencia y la mayoría en esta escuela. Ella está totalmente entregada al sistema Amara Berri porque los alumnos se forman, junto a la metodología que se inició hace años, "para la vida, la real, no para la de las películas". Remarca, en este sentido, que este tipo de sistemas contribuye a que los niños aprendan a desenvolverse y a asumir retos por sí solos. Pero para algunos docentes supone también un reto. Es el caso de Guacimara Reyes, quien admite que a pesar de conocer el funcionamiento del centro aparece el agobio una vez se pone todo en marcha. Aun así, se muestra positiva como López, que confía en el éxito del proyecto y anima a todos a dar un paso adelante: "Los libros encorsetan y hay que perseguir la autonomía".
