El destacamento Orión del Ejército del Aire con base en Yibuti recibirá a los 18 militares que despidió ayer el Mando Aéreo de Canarias (Macan) en acto oficial. Este personal, perteneciente al 802 Escuadrón de Búsqueda y Salvamento (SAR Canarias), se sumará a la Operación Atalanta lanzada por la UE en 2008 para la lucha contra la piratería, convirtiéndose así en el segundo contingente de este batallón que despliega sus fuerzas en la zona. Los oficiales, suboficiales y tropa constituyen el 43 relevo de una misión en la que los medios aéreos, terrestres y navales de diferentes países colaboran para tratar de erradicar las acciones piratas en la zona del Océano Índico más próxima al cuerno de África. En este caso, el personal de Gando contará con el avión CN-235 VIGMA Delta 4, un modelo modificado expresamente para la vigilancia marítima. Dispone, además, de un equipo de infrarrojos (FLIR) en la parte delantera de la aeronave, una tecnología que permitirá buscar a los militares indicios de movimientos piratas para luego transmitir la información al mando central, que será el encargado de distribuir tales indicaciones a la flota naval para tratar de paralizarlos.
Condecoraciones
Al inicio del acto se entregó a los 16 militares del 40 relevo de esta operación la medalla de la Política Europea de Seguridad y Defensa Atalanta, concedida por el Secretario del Consejo de la UE. Dos de ellos repiten misión en esta nueva partida, como el teniente Juan Antonio Álvarez, quien asegura que esta circunstancia le valdrá para acudir con mayor experiencia. "Ahora ya sé lo que me voy a encontrar y serviré de apoyo al resto del personal hasta que se acostumbre", esgrimió.
Miguel Ángel Villarroya Vilalta, general jefe del MACAN, indicó a quienes se sumarán a Atalanta a dejar el listón muy alto como "fiel reflejo del adiestramiento que han recibido". Asimismo, Villarroya subrayó que ésta es una de las operaciones europeas que más éxito ha tenido y comparó su finalidad con la labor del SAR. "Están acostumbrados a salvaguardar vidas en el SAR, que acude cuando más lo necesita", por lo que recalcó que los militares están "preparados, cualificados y equipados". Finalmente, el general jefe tuvo unas palabras de aliento para los familiares, quienes "sobrellevarán la ausencia con la certeza de que están arropados" por sus compañeros.
Sonrisas y lágrimas
Los familiares de los militares destinados a esta misión reflejaban en sus caras sentimientos encontrados. Así, Eva Rodríguez, novia del soldado Jonathan González, no podía contener las lágrimas ante la inminente marcha de su pareja. "Quiero que regrese ya", confiesa, "porque es la primera separación desde que estamos juntos". Sin embargo, sabe que forma parte de su trabajo este tipo de desplazamientos. "A él le gusta la aventura, pero es mucho". Sus padres, más resignados, confían en que no pase nada "aunque siempre te quedas con la incógnita de lo que pueda suceder". En cualquier caso, optaron por no decir adiós a su hijo sino un cálido "hasta luego" a sabiendas de que quienes se quedan aquí "son los que están todo el tiempo pensando".
María del Carmen Valiente vive una situación similar. Ella es la esposa del subteniente Mariano Suárez, que se dirige a su primera misión: "Es duro, pero estamos preparados para que se marche". Él afronta esta experiencia con "absoluta normalidad" y su hijo Luis, también militar, no quiso perderse la ocasión de despedirlo: "Venimos de una generación de militares, es algo que sabes que te va a tocar y lo asumes", apuntó.
