La Policía Local investiga desde hace dos meses la supuesta celebración de rituales de santería en Playa del Hombre tras encontrar una cabeza de carnero clavada en una estaca y restos de gallinas decapitadas en aceras y terrenos aledaños a la calle Goya. El hedor y los ruidos que generan estas prácticas esotéricas mantienen con un nudo en la garganta a los vecinos del pago costero.
El eco de cánticos o golpes de utensilios metálicos retumban al anochecer en los descampados cercanos a la residencia de mayores de Taliarte. Cuando sale el sol los vecinos que suelen pasear al perro por la zona se topan con cabezas de carnero incrustadas en un palo, sostenido a su vez por un montículo de tierra que esconde el resto del cadáver del ejemplar ovino. Alrededor un enjambre de moscas y un olor "insoportable" se cuela por las ventanas de las viviendas aledañas.
A escasos metros, en las escaleras a la playa, yacen en un charco de sangre gallinas degolladas y pollos decapitados. La escena se repite durante días en el pago costero hasta que un vecino decidió el pasado 25 de agosto llamar a la Policía y "poner fin" a esta pesadilla.
Los agentes encontraron en dicho solar de propiedad militar varios indicios, como altares de piedras, relacionados con la práctica de rituales de santería. Al día siguiente, el servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) se unió a las labores de investigación por tratarse de una cuestión que afecta directamente a la salud de los residentes y al maltrato animal.
Sin embargo, según señalaron ayer fuentes cercanas a la Benemérita, resulta difícil "abrir diligencias penales" contra este tipo de sospechosos por desarrollar sus cultos en plena oscuridad. Si estas prácticas religiosas se realizaran de día, con presencia de restos de animales muertos, la Guardia Civil podría calificar de alguna manera estas actividades como un delito contra el maltrato animal o por alteración del orden público. En este último caso, la responsabilidad cae sobre la persona que organiza la celebración del ritual en un lugar público sin autorización previa. Sin embargo, el misterio de la noche sirve de coartada para una práctica que se remonta en la costa teldense a la década pasada.
Durante los últimos años han sido varias las denuncias que han interpuesto tanto particulares como la asociación de vecinos Las Olas de Playa del Hombre "por las repercusiones higiénicas y de seguridad" que genera este tipo de actividades clandestinas. Algunos vecinos han sufrido, incluso, agresiones en plena calle de visitantes con vestimenta blanca.
La celebración de rituales en Playa del Hombre, no obstante, no constituye un episodio aislado en el municipio. Según fuentes policiales, hace unos años en la playa del hotel Bahía Mar, en La Garita, se requisaron dos muñecas, una de ellas con un cuchillo clavado en la cabeza, algunos puros habanos, miel y cabezas de gallinas. Hace apenas unos meses, en el yacimiento de Cuatro Puertas se identificó a un grupo de personas que estaban "meditando" por la noche en el enclave cultural y otra cuadrillas de vecinos en la finca de San Rafael, que intentaba grabar las voces que supuestamente emite el caserío abandonado para enviarlas al programa Cuarto Milenio.
