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Francisco Henríquez en su Arcadia

El poeta agradece la medalla al mérito cultural "de estas benditas tierras" con unos versos y la donación de su biblioteca al municipio

Emocionado, orgulloso y feliz. Así se mostró ayer el poeta de nacionalidad cubano-española Francisco Henríquez, hijo y nieto de teldenses, tras recibir por parte del Ayuntamiento la medalla al mérito cultural. Durante el acto de entrega se desveló, además, que el lírico ha donado en los últimos años todos sus libros a las bibliotecas de Telde.

"Mis lazos con estas benditas tierras nunca estuvieron rotos", sostuvo. De hecho explicó que su segundo libro, Jardines de la Rima, tuvo "el alto honor de ser presentado en la histórica y prestigiosa Casa de Colón" de Las Palmas de Gran Canaria e indicó, asimismo, que esta "hospitalaria" isla hace gala a su denominación, como el resto del Archipiélago, de "puente entre el viejo y nuevo continente". Su relación con la vida cultural de las Islas se remonta a veinte años atrás, tal y como señaló durante su intervención, "primero con los poetas de la organización literaria Universo y ahora con los de Arcadia".

Rima e improvisación

Francisco Henríquez, de 87 años, no perdió la oportunidad de dirigirse a sus "a sus amigos y hermanos de sangre, de nacionalidad y, en su más noble concepto, de la Hispanidad", para recordarles que su padre nació "en estos bellos e históricos lares el 11 de marzo de 1896" y fue llevado a Cuba por sus abuelos cuando apenas contaba con cuatro años. "Ahora lo siento asomado a un balcón de barranco, mirando y oyendo lo que se diga en esta suntuosa sala", esgrimió.

Carmen Hernández, alcaldesa del municipio, destacó que "la movilización forzosa ha sido una constante a lo largo de la historia", y que el abuelo del poeta, quien decidió emigrar para buscar nuevos caminos nunca olvidó su ciudad "y la inculcó a su hijo y a su nieto". Por eso insistió, a su vez, en que ayer se hacía "un reconocimiento al hombre, al poeta, a la obra y a la cultura".

Guadalupe Santana, edil de Cultura, subrayó, por su parte, que Francisco Henríquez posee "grandes dotes para la improvisación y la rima". Ella fue la encargada de leer las décimas que el poeta creó especialmente para esta ocasión y en las que Henríquez ensalza a la Ciudad de los Faycanes.

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