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La Fraternidad reordena su deuda y se postula como motor de San Gregorio

La sociedad cultural y recreativa negociará con Ayuntamiento y comerciantes su papel como centro social y económico del barrio

Manuel Santana, en el interior de la cafetería, ahora cerrada. YAIZA SOCORRO

La Fraternidad quiere convertirse en el Ayuntamiento de San Gregorio, un rol que la sociedad cultural y recreativa del barrio comercial negociará con la patronal y la corporación municipal para recuperar la antigua pujanza que tuvo en décadas anteriores. Para ello, la financiación de su deuda -450.000 euros- con las entidades bancarias, la consolidación de sus fuentes de ingresos y su declaración como edificio singular, según Ramón Santana, su presidente, son los argumentos para lograr este reto.

"La Fraternidad siempre tuvo un papel vital como motor económico del barrio y también como lugar de encuentro de la sociedad civil, pero su decaimiento en los últimos años ha propiciado que haya estado al borde de su extinción", apunta Santana, quien considera que después de la celebración de la última asamblea general la pasada semana, el futuro se aclara para esta entidad sin ánimo de lucro.

En dicha asamblea, los socios aprobaron la reorganización de la diversificada deuda de la sociedad, cifrada en 450.000 euros y que ahora, alega su presidente, "podemos tratar con entidades financieras para su pago". La entrada de futuros ingresos cuando se abra la cafetería, que todavía continúa cerrada después de su rescate el pasado 23 de julio y cuya apertura se demorará un tiempo, esa una de las clave de este resurgimiento planteado por Santana y su equipo. "Nuestra intención es que el futuro concesionario de la cafetería, por la que se han interesado varias empresas, nos pague 2.700 euros al mes y que se comprometa a no realizar actos en la plaza como hacía el anterior, aunque sí que organice los eventos que considere necesarios", explica Ramón Santana.

El presidente de La Fraternidad calcula en unos 150.000 euros lo que deberá invertir el adjudicatario, "por lo que el plazo de concesión que planteamos es que sea largo para que pueda recuperar lo gastado y estimamos al menos que la explote durante diez años o más. Será algo que se negociaría".

La adjudicación de este servicio de hostelería se aprobaría en una asamblea una vez vistos los proyectos que más guste a la directiva. Así, según Santana, "el concesionario tendrá seguridad jurídica porque no dependerá del cambio de la directiva -las elecciones son cada dos años-, sino que será la asamblea la que decida".

La otra fuente de ingreso es un importante contrato con una multinacional de comunicaciones, que ofrece un contrato de 10 años y otros 10 más prorrogables y una importante cantidad para la entidad de Los Llanos. Con esos ingresos, el presidente de la sociedad considera que se puede negociar una buena operación de crédito con los bancos, sin contar que ha quedado exenta de pagar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que le suponía un desembolso de 10.800 euros anuales. Un alivio para sus gestores, argumenta.

La propuesta para declarar a La Fraternidad -cinco plantas- como edificio singular tiene dos ventajas, expone Ramón Santana. Por un lado, "conseguimos que el edificio se incluya en el plan de ordenación de San Gregorio y, por otro lado, que se nos permita realizar actividades que nos daría un mayor protagonismo como dinamizador del barrio". Pide el apoyo del resto de sociedades e iniciará una campaña en change.org

El reto es llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento de Telde para que el inmueble se convierta en punto de encuentro de la sociedad del barrio. "El Ayuntamiento no tiene en San Gregorio ninguna representación, salvo la concejalía de Desarrollo Local, por lo que La Fraternidad sería el sitio perfecto para el desarrollo de actividades, una especie de Ayuntamiento para el barrio donde la corporación municipal pudiera tener un enclave.

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